Historias de la guerra económica (II)

I.
Decimos que Venezuela sufre la guerra económica mas intensa, perversa y violenta que se tenga conocimiento en el mundo, porque su teatro de operaciones está en cada una de nuestras mentes y busca matar el pensamiento e implantarnos ideas huecas que impiden entrar en razón.

No es casual que mucha gente, incluida la que militó en la izquierda y fue dirigente, hoy se niegue a debatir y se quede en un simple “porque si” impregnado de odio, ante cualquier pregunta inteligente.

Tampoco es causal que esa gente, que son asalariados como nosotros, niegue la historia del país, se olvide del pasado de los actores políticos actuales, banalice la agresión imperial, defienda automáticamente los intereses de la oligarquía y asuma una posición de desclasado.  

Es algo estructurado que nos pone a pensar como la burguesía.

No se escucharon cacerolas, ni estudiantes protestando contra la especulación, el acaparamiento y la usura que ha sufrido el pueblo venezolano: carros usados mas caros que los nuevos, productos con precios 3000 % por encima del precio internacional, alimentos y bienes abandonados en puertos de Venezuela y el Caribe. Sin embargo, hay cacerolas, twitter y protestas estudiantiles defendiendo a raspa-tarjetas, acaparadores, usureros, contrabandistas y mercaderes de CADIVI.

II.

Ante una guerra económica,  lo primero que hace un pueblo consciente y guerrero, es defenderse.

En el mundo hay muchos ejemplos. Uno, se dio en Argentina en Febrero 2010 con el boicot a la carne. Donde Héctor Polino Presidente de Consumidores Libres dijo: "Hay un boicot de consumidores para que dejen de comprar carne hasta tanto los precios bajen”.

Lo segundo, es investigar las razones que impulsan la guerra económica.  En el ejemplo presentado Polino argumentó: "es inexplicable que el precio de la hacienda en pie esté en alrededor de 5 pesos, y que la carne en el supermercado valga hasta 10 veces más. Es evidente que la cadena de comercialización está teniendo actitudes especulativas y antisociales”. 

Tercero, es la resistencia. En palabras de Polino: Habrá que buscar alternativas para sustituir la carne”.

III.
Se entiende que la guerra económica en Venezuela se da en todos los planos de la vida diaria (Alimentos, medicinas, cosméticos, líneas blanca y marrón, vehículos y pare de contar), que eso causa ansiedad, angustia, molestias e indignación, condiciones que facilitan la manipulación de nuestras mentes por parte de los capitalistas interesados, sobre todo cuando estamos amaestrados para consumir modas y cosas importadas. Sumando que no existe organización fuerte para enfrentar la guerra.

Entonces, qué hacer?

Hay que asumir la postura de pueblo heroico con mente libre para ganar la guerra económica, poniéndose a resolver las necesidades mediante experiencias propias y ajenas, independientemente que sean actuales, recientes o lejanas.

1. En lugar de Harina Precocida consumir casabe, yuca, plátano, papas, ocumo chino, cachapa, arepa pelada, yancin, ñame y otros productos que eran componente fundamental en nuestra dieta antes que apareciera al Harina Precocida.

2. Ante la falta de medicinas importadas, los farmaceutas del país tienen que poner en práctica sus conocimientos, mas allá de ser vendedores, deben seguir el ejemplo de los grandes boticarios que ha tenido Venezuela.

3. La escasez de repuestos automotrices hay que combatirla con producción nacional artesanal. Mecánicos, latoneros, torneros, fundidores y  soldadores vamos a seguir ejemplo de Colombia en esa materia.

4. En el caso de los cosméticos y artículos de limpieza, la escases es de marcas pero tenemos abundancia de materia prima.

5. No hay línea blanca ni marrón porque no queremos fabricar ni neveras, ni lavadoras, ni cocinas, ni televisores.

6. Los alimentos vegetales no son abundantes porque no producimos, nos amaestraron para consumir, a tal punto que vemos campesinos en hipermercados comprando para llevar verduras y hortalizas para la zona rural.

Proponemos una Mesa de Dialogo para el Proceso Social del Trabajo que garantice: a) productos con las etiquetas “Hecho en Venezuela” y “Del Campo Venezolano” y b) fijar la idea “Aquí se compra venezolano”.

Estamos obligados a ganar la guerra económica trabajando.



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Alexis Adarfio Marín


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