Ayer el presidente Nicolás Maduro le dio una lección de dignidad y amorosa coherencia al cantautor panameño y ex.revolucionario de la música, Rubén Blades Bellido de Luna,- suena bleids según su ancestro anglosajón su primer apellido- quien para mantener su imagen de hombre "correcto", decidió irse por el medio aparentando descalificar a la oposición violenta de Venezuela, y al gobierno al que le dijo que no tenía la sagacidad. Desde que lo entrevisté en exclusiva en 1996 durante una gira en Barranquilla, me consta que Blades es un hombre inteligente e informado, y sí tomó esa posición es para entrar en un cómodo espacio, en el cual sin salirse del closet como Willie Colón, hacer una "rectificación" avispada sino prospera el golpe de estado y no triunfa la invasión del tiburón, al que ahora no le da palo, sino que le soba el lomo y le canta, a través de carticas de amor a estudiantes que son en realidad, indirectos y cursis escarceos ideológicos disfrazadas de análisis políticos, al gusto de Miami y Washington.

Lil Rodíguez, mujer de revolución y música de Venezuela, también conoce lo falso y voltereta que es Rubén Blades, lo incoherente y buen actor para aparentar ser un luchador social desde la música; crítica también sostenida por el investigador y melómano Orlando Montenegro Rolong, quien viene cuestionándole al revolucionario de discoteca y vestido de costosa ropa de marca, su falta de coherencia con la prédica por la justicia y la libertad. Blades que estuvo estudiando unos cursos en la Universidad de Harvard, donde realizó un trabajo sencillo pero brillante sobre el análisis histórico de la institución democrática, no es un ignorante que sólo sabe de maracas, clave y bongó, por el contrario conoce a fondo sobre ciencias políticas y sobre las tesis del golpe suave, es capaz de identificar sus etapas.

Blades no es un bobo que ignora que sí el tiburón reclama la liberación de estudiantes que "protestan pacíficamente", es porque los está financiando con sus dólares; y mucho menos sí el tiburón a través de senadores mafiosos de Miami como Bob Menéndez, uno de los más connotados políticos corruptos de USA, habla de mover "a la gente de guerrero"- es decir a los marines- no es precisamente porque sea una monjita de la caridad que busca resguardar las "libertades democráticas", que por ejemplo, no supo respetar a sus propios congresistas y comunidad que en estos días exigían una ley migratoria más justa, precisamente para con la gente que en busca del sueño -norte- americano, se traslada de esa América al sur, que Blades y Colón, cuando cantaban temas revolucionarios, decían buscar y "temían no encontrarla, porque la habían desaparecido quienes temían la verdad".

Blades no es un ignorante cualquiera como para no saber a quien pertenece Univisión, y qué intereses concretos defiende este canal, que es el órgano oficial de la mafia mayamera con voz y voto en el USA congreso, donde tienen en la Ross Lethinen, los hermanos Díaz Balart o Bob Menendez, y en fin, a la cloaca humana más retrógrada que más asuza al tiburón en las aguas "del ancho mundo que domina", que no sólo es ese "gran Caribe descansando", sino también las aguas del Mediterráneo y de los otros océanos, donde no ha hecho más daño este cetáceo, precisamente porque le han salido otros tiburones tigres rusos y chinos; y hasta un barracuda iraní que no le teme para nada, ni al tiburón que ahora le canta Blades, ni a la rémora sionista que se alimenta de la carroña de palestinos masacrados en la franja de Gaza.

Cuando Blades invitó a los estudiantes a crear un programa nuevo, lo hizo ignorando a consciencia que existen otras mayorías estudiantiles que votaron por el gobierno que les abrió más universidades y les financia en dólares los estudios en el exterior a muchos de los que ahora protestan "contra el presidente que no tiene estudios" y que por eso no los comprende, porque son estudiantes formados en un odio psicótico clasista y racista blanqueador, que muchos de ellos llegan a extremos de estupidez supina y falta de consciencia histórica, que hasta adoran abiertamente a Hitler, teniendo biotipos mestizos - como Lorent "Sofío" Saleh- y marcádamente afrocaribeños, como algunos captados por la cámara de Zurda Conducta, cuando López llamó a desconocer la victoria de Chávez, que Capriles había aceptado en una impensada actitud democrática para octubre de 2012.

Rubén Blades que tiene estudios de ciencias políticas, sabe que sagacidad es precisamente mantener la autoridad evitando causar el menor trauma posible a jóvenes que son llevados como carne de cañón al matadero, ejerciendo autoridad pero sin dejar de ser magnánimo porque lo cortés no quita lo valiente, como hace Nicolás Maduro, el hijo de Pablo Pueblo -como el arañero de Sabaneta de Barinas - que ahora gobierna a Venezuela. Sí Blades fuera coherente con Pablo Pueblo, con Juana Mayo, el Padre Antonio y su monaguillo Andrés, o con el indio Manrique que "falleció por golpes que daba el mayoral", debía pellizcarse al ver a las líderes y liderezas de los "estudiantes que protestan pacíficamente" quemando oficinas del estado y agrediendo a quienes piensan diferente, marchar abrazados de un asesino y represor a plomo limpio de Pablo Pueblo y de los estudiantes por extensión durante la curta república y el caracazo como Antonio Ledezma.

¿Será que Blades llegó a un estado de desmejoramiento ideológico y espiritual como para creer que la USAID, la NED, el USA departamento de estado, María Corina Machado y Barak Obama, están más cerca de Pablo Pueblo y los estudiantes, que la tendencia de gobierno que hoy sitúa a Venezuela por encima de USA como el país que más promociona la educación superior? ¿En qué cabeza de un verdadero demócrata que por supuesto Blades no es, cabe el que unas minorías violentas - así sean "estudiantes pacíficos"- tienen derecho a pasarse por la faja el derecho de otros estudiantes que son mayoría y del resto del pueblo que votó por el gobierno, que no le gusta a Blades porque lesiona sus sensibilidades de falsa meritocracia que termina siendo una vulgar forma de aristocracia con edulcorado nombre?

Todas estas respuestas obedecen a que Blades ya no pide darle palo al tiburón, sino que por el contrario le trova al tiburón y a los jóvenes que idiotizados por la USAID, la NED y los medios de propaganda de la SIP, convirtieron en peligrosos y mortales chicos y chicas plásticos, que no sólo le dicen a su niño de cinco años, oye no juegues con niños de color extraño, sino que salen a la calle dispuestos a matar a los hijos de Pablo Publo, a quemar los CDI, los Mercales, los Pdvales y todas las estructuras de transporte, para que Pablo Pueblo sea atendido con equidad social y dignidad; y se pueda movilizar en modernos autobuses, trolebuses y metros que por ejemplo en Colombia, donde también se critica con odio de clase y raza a los presidentes que de Pablo Pueblo gobiernan Venezuela, nada más tiene la capital de Antioquia Medellín, el cual fue construido bajo el manto de un gran escándalo de corrupción donde se robaron tanta plata, que el robo se declaró en revista Semana como "incalculable"...El gobernador de Antioquia para la época era Álvaro Uribe Vélez, ídolo de los estudiantes "pacíficos" a los que Blades dedica su carta cursi de renegado.

Rubén Blades, pertenece a la misma casta de renegados como Octavio Paz, Mario Vargas Llosa o Heinz Dieterich, que ahora le cantan al mundo de corazón oropel, en donde en lugar del sol amanece el dolar, canciones de un nuevo solar de los aburridos violentos, esos creyentes como buen chico plástico, del derecho discrecional a la violencia y la ayuda del tiburón, cada vez que no pueden conquistar en las urnas lo que pretenden conquistar con el odio, los paracos y la muerte. Todos vuelven al lugar donde nacieron, pero eso no es cierto, ni Blades, ni Colón ni todos los renegados, volverán al lugar ideológico donde nacieron, porque han demostrado que una cosa es cantar y predicar y otra muy grande, aplicar en la vida diaria, tener coherencia...Por eso, todos estos ilustres renegados, como el plástico, se derriten cuando les da de lleno el sol...Tienes mucha razón Nicolás Maduro, Blades terminó cantando para el tiburón que en 1989 convirtió a Chorrillo y Plaza Herrera en un sitio para probar armas de asalto que hicieron de esos barrios, el Guérnica de América.