¿Caerá Maduro?

Alerta Venezuela: Notas sobre la situación política

Las recientes notas no pueden comprenderse sin una lectura atenta de los documentos a los que hacen referencia. De manera que las citas son esenciales para su cabal comprensión.

La reciente escalada de acciones de protesta opositora se manifestó inicialmente como parte de los objetivos del “programa de lucha” de la más anticomunista derecha opositora: “La Salida”[i] bajo responsabilidad de Leopoldo López, María Corina Machado, y sin subestimarlo, por parte de un operador político que no ha ocultado el apoyo que recibe del sionismo como Antonio Ledezma[ii].

No puede dejar de analizarse esta iniciativa fuera del contexto de la disputa por la hegemonía política e ideológica interna en el seno de la oposición luego de los resultados del 8-D.

En ese marco se comprende el distanciamiento inicial de la dirigencia de la MUD ante tal convocatoria[iii], pero si bajo la hipótesis o escenario radical, cobrara alguna relevancia en la opinión pública, en el apoyo internacional o en la fuerza de calle, implicará revisar a fondo los planteamientos iniciales y tímidos de “deslinde ante los atajos”.

¿Qué es el atajo político? Una alteración radical del orden constitucional, de sus cronogramas electorales, de la estabilidad del gobierno; es decir, un punto de quiebre político para forzar la salida de Maduro sin necesidad aparente (pero sin descartar) los esquemas clásicos de “Golpe de Estado”.

El eje de la propuesta “La salida” es la convocatoria a “tomar la calle”; es decir, que “sin calle y sin escalada de protesta” no hay viabilidad para “la salida”, que aunque se sigue presentando en lenguaje difuso, lo hace para evitar su canalización desde el gobierno a partir de políticas de resolución de demandas sectoriales o reivindicativas específicas.

De este modo, puede manipular y condensar diversas fuentes de descontento para ubicar como blanco exclusivo de la imagen-objetivo a alcanzar a la “salida de Maduro”, utilizando como grupo de choque a militantes activos de organizaciones de la juventud opositora, estudiantiles o no, bajo responsabilidades de comando, apoyo logístico, defensa jurídica y apalancamiento mediático en dirigentes de Voluntad Popular, Alianza Bravo Pueblo, Bandera Roja, Un Nuevo Tiempo y otros sectores activos de la oposición en Universidades, Medios de Comunicación, Sectores de la Iglesia católica, Militares Retirados y Cámaras Empresariales.

El movimiento cuenta además con aval (luz verde) de gobiernos opositores en el extranjero, tanto los EE.UU como en la UE, como de factores de poder de la derecha internacional.

El contexto favorable a tal iniciativa es la percepción de cierto calado en una “masa crítica disponible” de una deteriorada situación socio-económica y la percepción de que las medidas hasta ahora tomadas no resuelven sino que agravan los problemas.

Los detonantes de la acción de desestabilización son la reciente reunión de la CELAC, el tema cambiario, las inspecciones a los puertos para verificación de importaciones, la presión de la prensa privada para obtener divisas y la Ley de precios justos y regulación de topes de ganancias.

El sector radical de la oposición pretende cabalgar esta situación real de malestar y transformarla en un acontecimiento político, que sostenido en el tiempo puede fracturar la fuente de legitimidad del Gobierno de Maduro.

El 12 de febrero se consumó el punto de escalada de las expresiones de protesta que comenzaron el 23 de enero, generando muertes y heridos, localizándose estratégicamente en los estados con importante base social de apoyo opositora: Táchira, Mérida, Lara, Carabobo, Municipios de oposición de Miranda y distrito Capital. Geográficamente, se trata de un corredor territorial que marca justamente un vector de palanca y presión hacia el centro de poder en Venezuela, que pretende extenderse hacia otros territorios claves: Nueva Esparta, Bolívar, Anzoátegui  y que tiene claras expresiones de apoyo en sectores conservadores y paramilitares de Colombia.

Analistas de oposición vinculados a la MUD[iv] han cuestionado la estrategia de la tríada radical[v], pero se muestran completamente reacios a cuestionarla públicamente y a demarcarse de ella. Por ahora,  juegan a “esperar y ver”. Esta actitud de espera implica apostar a “pescar en rio revuelto” y capitalizar un resultado político generado por otros actores de oposición.

El deslinde inicial de HCR contrasta con la ahora canalización de la protesta estudiantil hacia su propia agenda política[vi].

Cualquier subestimación de la escalada, o lo que es peor, una inadecuada estrategia de manejo del conflicto puede llevar a generar las condiciones para la aparición de lo que desde el chavismo calificarían como deserciones o traiciones. No puede descartarse un caballo de Troya en la plaza interna de factores de apoyo de la revolución bolivariana. Incluso, como pronunciamiento, presión o intentona militar.

De manera, que entramos a una semana decisiva para la escalada o des-escalada del conflicto abierto, lo que conducirá o al agravamiento de las contradicciones planteadas con nuevos hechos de violencia; o  la posible recuperación de grados favorables de gobernabilidad para el Gobierno de Maduro.

Los sectores populares, especialmente los más organizados y militantes, que apoyan la revolución bolivariana deben evaluar a profundidad el momento político, pues si se convierten en brazo ejecutor de acciones que cumplen una función favorable y necesaria para el éxito del plan opositor (como atacar manifestaciones de la oposición) podrían hacerle un flaco favor a la necesaria acumulación de fuerzas organizadas alrededor de la defensa de la Constitución y el Gobierno de Maduro, lo cual no implica renunciar a llamados de rectificación de debilidades o errores del Gobierno. Allí se pondrá a prueba la madurez política y la superación de la actual coyuntura crítica.

Si el gobierno subestima el potencial latente de movilización de los factores de oposición en la actual coyuntura, y no resuelve de manera inmediata tres temas: a) La unidad política, social y militar de la base de apoyo de la revolución bolivariana, b) Aislar internacionalmente a los factores desestabilizadores, c) Replantear una estrategia eficaz en el terreno socio-económico; puede encontrase ante desagradables sorpresas.

Las sorpresas son con facilidad numerables: a) liquidar de un plumazo, producto de un mes de agitación de calle opositora, los resultados del 8-D;  y b) abrir las puertas a la caída del Gobierno Bolivariano.

jeroblanco67@hotmail.com


[vi] http://www.elpopular.pe/actualidad-y-policiales/2014-02-16-venezuela-henrique-capriles-pide-movilizacion-pacifica



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