Los "Padrinos" de Catia

Catia tiene el dudoso privilegio de contar con numerosos "padrinos" y tal vez alguien diría que esto la coloca en un lugar privilegiado, pero la triste realidad es otra muy distinta, pues los padrinos de Catia son aquellos que apadrinan cubriéndose con nuestro glorioso Proceso a los buhoneros para que a pesar de la prohibición de nuestro flamante alcalde, continúen vendiendo productos regulados de la cesta básica a precios de hasta tres veces más de lo regulado, para que la mayoría de los buhoneros de la calle Argentina tengan los pesos alterados, para que ocupen las aceras de tal manera que las personas deban caminar en lo que se conoce como “fila india”, y si por alguna razón tropiezan la mercancía, pueden terminar en el hospital.

Una muestra de esto es la de un ciudadano que justo adyacente a la entrada del metro en la calle Panamérica ocupa cuatro o más metros de acera con una exhibición de blue jeans los cuales transporta en camionetas 4x4 que estaciona al lado de su tienda en la vía publica. Observando a este ciudadano tal vez podríamos darnos cuenta de lo que hay detrás de esto, pues cuando se anuncian medidas de restricción o de vigilancia para los buhoneros, él recoge su mercancía y coloca dos o tres pantalones en su camioneta y aparenta ser alguien que de manera muy modesta trata de ganar algo vendiendo esos pantaloncitos. Imagino que cuando el padrino arregla el asunto, vuelve a tener luz verde para restablecer su negocio.

Para que adopten la modalidad de vender licores en la vía publica, provistos de cavas y con una persona que regularmente les va cambiando las botellas vacías por llenas. Quien quiera ubicar uno de estos puntos de venta solo tiene que preguntar por la esquina caliente en las inmediaciones del mercado de Catia o dirigirse a la avenida Sucre, justo frente a la barbería PESCARA. En estos lugares inclusive guardias nacionales y policías motorizados detienen sus motos y se dan una refrescada con una cerveza fría.

Para que un ciudadano que vende discos quemados en la cuadra entre la calle Argentina y la esquina de la farmacia La Fe, escandalice con música a altísimo volumen a toda hora, para que los propietarios de la licorería “LAS MIL Y UNA NOCHES” ubicada en la esquina de la calle Argentina con Avenida principal de los Magallanes tengan una capilla permanente es decir cierren su negocio a la hora reglamentaria pero permitan el acceso de sus clientes dentro de los que se cuentan agentes del orden público uniformados y expenda licores hasta altas horas de la noche. Estos padrinos han zonificado Catia y se la repartieron y nombraron a sus jefes de zona que son los que cobran los tributos, cuidan que la zonas no sean invadidas por buhoneros que no estén bajo control, y vigilan que los comercios en general que no dan facturas a los clientes o que no emiten las facturas de acuerdo a lo establecido por el SENIAT, no sean molestados y paguen sus cuotas de protección, claro está que estos comerciantes fijan los precios a su real saber entender.

hernanjuan001@gmail.com


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