Es preocupante escuchar a algunos en la calle: “Hace falta un Pérez Jiménez”

 

“No basta rezar, hacen falta muchas cosas

Para conseguir la paz”

Alí primera.

Cualquier análisis sobre la situación política por la que atravesamos en los actuales momentos, debe partir de una frase que se ha hecho popular a lo largo de los años “si vis pacem, para bellum” una frase que muchos le han atribuido a Julio César, pero que en realidad pertenece a un escritor en la época del imperio Romano, sobre temas militares, llamado Flavius Veguetius Renatus. Pero más allá de a quien pertenezca o no la frase, lo importante es la vigencia de la misma en nuestro contexto actual, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Ahora bien, cuando decimos “guerra” no necesariamente quiere decir muertes o derramamiento de sangre o todas las calamidades que representan las guerras convencionales. Se ha venido diciendo desde hace mucho tiempo que las guerras del siglo XXI se están librando en el campo virtual, unos la han llamado guerra de cuarta generación, otros guerra asimétrica, en fin la cuestión es que estamos en medio de una verdadera guerra en todos los frentes, siendo los principales generadores de zozobra, el económico y el comunicacional.

En el ámbito comunicacional ha habido grandes deficiencias por parte del estado, siendo este tema, unas de las principales preocupaciones del presidente Chávez, sobre la necesidad  de una estrategia comunicacional que hiciera frente a las constantes manipulaciones de los medios nacionales e internacionales. El gobierno nacional no ha hecho sino vivir en una defensa constante a los ataque de las estrategias que surgen desde los laboratorios de creación de “opinión pública” liderados por su gurú predilecto en las tareas de manipulación social y de creación de escenarios virtuales con fines específicos a su conveniencia. La guerra que se debe librar debe ser en este campo, no basta con denunciar que tal o cual personaje es el encargado de la guerra sucia, es necesario comenzar el contraataque, cosa que se ha hecho a medias, que se hace muy mal. No hay una política comunicacional que sea capaz de enfrentar con altura al enemigo que acecha y que hace muy bien su trabajo, que se ríe de lo fácil que se la ponen. Estamos en guerra, y no se logra la paz pidiendo clemencia, hay que atacar, crear estrategias comunicacionales que aniquilen la manipulación.

Resulta preocupante este tema comunicacional, porque es evidente que ha hecho un gran daño en la sociedad venezolana, especialmente en los jóvenes, el bombardeo psicológico al que han estado expuesto sin advertirlo es verdaderamente terrible, y como resultado se puede tener de ejemplo a estos que hoy están en el este de caracas y el algunas zonas del país “protestando” muchos de ellos sin saber por qué, muchos de ellos porque eso es lo que está de moda, y otros por manipulación expresa, claritos en los que están haciendo y que son los encargados de captar y envolver en un manto de violencia a desubicados sociales para ponerlos a sus servicios.

Hace dos o tres meses leí con asombro lo que una joven caraqueña escribía en una de estas llamadas redes sociales, ella de unos 22 o 23 años se lanzó tremendo anhelo  “lo que hace falta en este país, es un Pérez Jiménez” al mismo tiempo manifestó su deseo de implantar un cuerpo policial “ejemplar” como lo era  la “seguridad nacional”. Más allá del asombro que me produjo leer esto, no le quise dar mayor importancia, sabiendo que venía de alguien que tal vez desconocía la historia de esos años terribles que le toco vivir a nuestro país, o que solamente repetía lo que había escuchado en algún otro lado. Pero ahora las alarmas saltaron cuando en estos últimos días a partir de los acontecimientos generados el 12 de febrero, he escuchado en la calle cosas como “lo que hace falta para poner orden a todo el país es un hombre como Pérez Jiménez”, “lo que hace falta es un Pérez Jiménez”, “alguien como Pérez Jiménez ya tendría tranquilito al país”, “hace falta un hombre de carácter y serio como lo era Pérez Jiménez”.

Entonces es ahí cuando uno se da cuenta de la magnitud de lo que está sucediendo, lo que está detrás de todo esto, lo que no se ve a simple vista, la creación del caos, en este caso, caos económico y caos social, inestabilidad política, como herramienta que trabaje el subconsciente, manejar las emociones y dictar líneas de necesidades sociales y políticas, para que así la población sin poder advertirlo estén deseando a alguien que llegue para ordenar y dar tranquilidad al país. Y es por esta sencilla razón que uno logra entender el accionar tan violento en estos últimos días de los manifestantes del este de caracas, y que muchos de ellos no son solo del este, sino que viven en zonas populares de caracas, los he visto en bandadas que se dirigen en metro a zonas como Propatria, Catia, agua salud etc. No son más que jóvenes-maquinas, preparados para tales fines, jóvenes-programables, jóvenes con identidad disociada. Cuando se ve la carga de violencia y desorden que estos ejecutan sin sentido muchas veces, como los ataques a la infraestructura, estaciones de metros, metrobuses, bancos (y no solo los del estado), sedes ministeriales, perturbaciones a los vecinos de las zonas, daños a sus espacios de convivencia, uno no se explica que beneficio político les puede traer esas acciones, que contradicen sus pocos planteamientos, y que no se les ve ningún sentido porque simplemente los desacredita hasta con su propia gente.

Pero ya queda claro que el fin no es la coherencia política con sus acciones, no es lograr un discurso de calle que agrupe propuestas y salidas democráticas, el accionar tan “contradictorio” que ejecutan no es más que una estrategia del caos generalizado, que permita crear la sensación nacional e internacional, que en Venezuela lo que falta es alguien que “ponga orden” alguien de mano recia, que “gobierne como es debido” y ahí es donde entraría en juego el golpe de derecha, la dictadura militar, el hombre fuerte que ha llegado como “salvador” del país. Este escenario queda en evidencia, y ahora se ve que se ha venido desarrollando con una precisión milimétrica, fruto en lo comunicacional e imagen de laboratorios expertos en crear sensaciones sociales y manejos de emociones en masa, manejo de crisis y opinión pública, expertos en rumores etc. Ellos tienen sus expertos, de este lado, del nuestro no se hace sino defenderse y apenas a medias eso, no hay ataque, no hay previsión, no hay olfato, no hay estrategia comunicacional capaz de salirle al paso a esta gente, no hay una política comunicacional coherente, no se puede estar todo el día respondiendo o peleando solo por twitter o Facebook, hay mecanismos en los que nos llevan mucha ventaja, son expertos en ver las debilidades, tienen su gente trabajando 24 horas para sus fines, y nosotros qué, no hay nadie capaz de crear una línea comunicativa de guerra que se oriente a aplastar el laboratorio mediático del enemigo. Pareciera que no, o que no le interesa a cierto sector hacerlo, pero la necesidad es urgente, sino nos aniquilan, y ya nos llevan ventaja. Recuerdo siempre al presidente Chávez preocupado por este tema, pero si no le paraban a él, que se espera para el pueblo. Se debería llamar con urgencia a la creación de un equipo comunicacional con la creatividad militante no burocratizada, no institucionalizada, que sean capaces de combatir en el terreno mediático con igual o mayor fuerza que el enemigo, el ministerio de comunicación e información debería ser un órgano de dirección colectiva orientado a la guerra comunicacional, no necesariamente debe dársele ese nombre si les preocupan las apariencias, pero que su orientación sea esa, la guerra comunicacional.

Verdaderamente preocupante es cuando uno descubre los intersticios que conforman todo el cuerpo-manipulado de los grupos fascistas que se ocupan de las acciones violentas de calle, estos son los encargados de generar la imagen del caos general, activando algunos focos que les permitan unas buenas fotografías y tomas de algún fueguito para condicionar a su antojo la percepción de desastre nacional. Estos son seguramente entrenados y preparados para estas tareas desde Colombia, por grupos neonazis expertos en estos temas, esto queda demostrado con la presencia a mediados del año pasado del estudiante neofascista Lorenth Saleh en el lanzamiento del partido neonazi “Alianza Nacionalista por la Libertad”, en la universidad de Santander de Bogotá, http://www.elespectador.com/noticias/politica/el-proyecto-politico-de-los-neonazis-articulo-435123?page=3 donde sin mucho reparo sale en un video relatando los hechos de las pasadas protestas de principios del 2013 y que culminaron con los hechos criminales de abril, hablando en la misma tónica de los que están hoy en las calles, acusando de aguados y de desmovilizadores y desconvocantes de la protestas a algunos de sus líderes políticos, y que ellos están dispuesto a todo, porque están preparados para la “toma del poder” http://www.youtube.com/watch?v=sqnLsjjm9IA Esto evidencia la maquinaria fascista que está detrás de todo esto que sucede con la situación social en el país, principalmente en caracas, con “lideres” de derecha incapaces de controlar a los suyos, porque estos al parecer ya no responden ni responderán a sus llamados, el plan es otro, y está claro, desatar toda la arremetida criminal posible y responder únicamente al llamado del coordinador de todo, el hombre alianza con Uribe y todos los grupos radicales de derecha en Colombia, Leopoldo López.  JJ Rendón y toda su estrategia de manipulación mediática y en la creación de escenarios virtuales, de percepción social y Leopoldo, Uribe y los grupos Fascistas colombianos apoyando y coordinando las acciones de calle.

La paz como todos deben imaginar, no es algo que se decreta, no es algo que se logra mediante la creación de comisiones y altos comisionados de la paz, la paz en el escenario  que vivimos no se logra mediante discursos y llamados a que tal o cual líder de oposición se pronuncie sobre si está de acuerdo o no sobre la situación, ellos saben que de cualquier forman y cualquiera que sea el resultado ganan, así los “estudiantes” neonazis en el discurso no los quieran y los detesten, la paz solo podrá ser construida desde el nosotros, no se puede tratar de ser razonables y reivindicar un discurso de conciliación con estos criminales, ellos no conocen de razones, solo los mueve el odio, a nosotros los mueve la risa y la alegría. Esta risa será una risa de la resistencia, una risa de la destrucción, la risa de militantes armados con herramientas del combate del siglo XXI, la creatividad, la creatividad rebelde, la creatividad revolucionaria tiene que acabar con ellos, la institucionalidad del poder reprime esa creatividad, en la mayoría del común están las herramientas para derrotarlos, esta destrucción no tendría nada que ver con la destrucción que ellos practican, que es basada en el odio, nuestra risa debe estar condensada en la mayoría que somos, en el poder hacer de la militancia revolucionaria, en la capacidad de mostrar lo que somos y lo que queremos, como nos dice Foucault y que hoy en Venezuela cobra gran fuerza sus palabras: “No imaginéis que hay que estar tristes para ser militantes, aunque aquello contra lo que se combate sea abominable. El vínculo del deseo con la realidad posee una fuerza revolucionaria” qué esperamos, ya hemos perdido mucho tiempo.

 

Volvemos por todos los caminos!!!

durthang@gmail.com



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