Algunas recomendaciones a tener en cuenta para todos los venezolanos

Con motivo del reciente anuncio de la nueva política gubernamental contra la violencia

En primer lugar quiero citar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tantas veces citada, manipulada y malinterpretada, en su título Primero, cuando trata de los Principios fundamentales y en especial el tan olvidado ARTÍCULO CUATRO (4): La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y CORRESPONSABILIDAD.

Coloco esta última palabra resaltada y en mayúsculas porque siempre ha sido mi impresión que muchos que habitan en nuestra patria (nacidos o no en nuestro país) tienden a olvidar (no sé si ex profeso o por supina ignorancia) esta parte del artículo en cuestión y colocan en manos de otros la responsabilidad de su propia seguridad (sobre todo en manos de nuestros gobernantes, sea cual fuere el nivel: Nacional, Estadal o Municipal).

La propia constitución asigna a cada poder sus competencias y es verdad que cada nivel gubernamental, posee fijadas las mismas en materia de seguridad y también se reserva al Estado el monopolio del uso de la fuerza, limitada por la misma Constitución y las leyes, para evitar en lo posible los excesos, que siempre pueden cometerse, pues no hay algo más difícil de aplicar o emplear que el poder (de ello existen numerosos tratados).

Pero la violencia y sus repercusiones o consecuencias son algo muy personal, voluntario y por tanto no puede culparse a otro de haberlo obligado a ejercerla. Inclusive en cargos donde existen mandos militares el subordinado puede negarse a ejecutar una orden contraria a la legalidad, aunque ello traiga como consecuencia una sanción de tipo administrativa e inclusive penal (no se puede aducir cuando se comete un delito, que se encontraba cumpliendo la orden de un superior jerárquico). Quien cometa un delito de violencia física contra una persona, causándole una lesión o la muerte debe ser castigado conforme a la ley con penas privativas de libertad y es inexcusable aún si ha recibido órdenes superiores. Igualmente sucede si la violencia se ejerce contra una propiedad (pública o privada) deben resarcirse los daños mediante el pago de los mismos (en ocasiones el daño es tan grave que es imposible repararlo, por ejemplo, cuando se trata de una obra de arte).

En el caso de una autoridad gubernamental se habla de violación de los derechos humanos, cuando se comete un atropello contra una persona, pero si se trata de un particular no existe tal figura (no puede llevarse al sujeto ante la Corte Internacional de los Derechos Humanos como se estila en el sector oposicionista, en los últimos años), pero si puede ser llevado ante los tribunales competentes, pero para ello debe existir la acusación ante los órganos jurisdiccionales (autoridades policiales y el Ministerio público, léase Fiscalía), quienes luego de la investigación respectiva llevarán a la persona ante el tribunal y luego del juicio si es encontrado culpable será sancionado (las penas pueden ser: administrativas, en los casos que impliquen funcionarios públicos, que pueden ser destituidos; civiles, con resarcimiento pecuniario de los daños causados y hasta penales, con privación de libertad o penas sustitutivas cuando la ley así lo disponga).

Toda esta argumentación previa la coloco por los hechos recientemente ocurridos en nuestro país y que a menos que uno sea un redomado estúpido o un oposicionista recalcitrante, no se dé cuenta como se ha analizado exhaustivamente desde que se inició este Gobierno (que es una continuación del Gobierno del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías) una serie de acciones con la única finalidad de desencadenar desestabilización y provocar un Golpe de Estado o lo que es más probable una Intervención extranjera ante el clima de ingobernabilidad que existe en esa nación suramericana. Dentro y fuera del país existen numerosos voceros que siempre solicitan dicha Intervención y en las últimas manifestaciones estudiantiles lo han declarado abiertamente los entrevistados que parecen repetir la misma frase del 2002 donde sólo ha cambiado el sujeto, pues en lugar de: CHÁVEZ VETE YA ahora la consigna es: MADURO VETE YA. Muy originales en las filas oposicionistas, que parecen tener una mente nórdica o estadounidense.

Esperamos que ante todos los atropellos que han causado los manifestantes y en especial las lesiones y muertes de personas no se presente la misma impunidad que nos ha caracterizado y se conviertan en ciertas las palabras que han difundido a través de los medios de comunicación social diferentes funcionarios de alto nivel, respecto a no permitir la impunidad, que como bien se sabe es el mejor caldo de cultivo para que prolifere la violencia, que sin lugar a dudas nos afecta a todos Chavistas u oposicionistas.

Yo he sido testigo de todas las tropelías que se cometieron durante los años de la llamada Democracia puntofijista, desde el Gobierno de Rómulo Betancourt Bello hasta el Segundo Gobierno de Rafael Antonio Caldera Rodríguez, donde constituía Política de Estado la violación sistemática de los Derecho humanos y de ello existen múltiples testimonios escritos, que constituyeron la triste vanguardia de nuestro país en el expediente de los llamados desaparecidos, que se inició durante el Gobierno de Raul Leoni Otero, donde los detenidos por razones políticas, tenían pocas probabilidades de volver a ser vistos por sus familiares e iban a parar a los llamados Teatros de Operaciones, los T.O. de tan amplio conocimiento en el país.

Los maltratos y las vejaciones por parte de los personeros de las Instituciones de Seguridad del Estado han sido una constante en nuestro país (no es que aún no se puedan presentar, pero no se puede decir que constituya una Política de Estado) y ahora cuando se produce un enfrentamiento entre Organismos de Seguridad del Estado y manifestaciones de cualquier índole se observa que los funcionarios dialogan con los manifestantes y sólo impiden o tratan de impedir que existan desmanes y cuando en épocas pasadas en cada manifestación estudiantil habían muertos y lesionados del lado estudiantil, en el presente los lesionados y hasta los muertos se encuentran del lado de los Organismos de Seguridad del Estado. Estos sirven de protección a los manifestantes para evitar enfrentamientos con grupos opositores y sirven de barrera de contención para que no se cometan excesos y se produzcan daños a otras personas o se causen destrozos en als propiedades públicas o privadas. Cuando no se logran estos objetivos o en los casos donde quienes debían ejercer dichas funciones no lo hacen (como ha sucedido en los últimos días, en especial en los Municipios donde gobiernan los oposicionistas= Chacao, Baruta, Sucre, Mérida y San Cristóbal, donde se ha observado actitudes complacientes por parte de las policías municipales).

Existen numerosísimas pruebas y documentos fotográficos y de videos que ponen en evidencia la participación en los hechos violentos de personas (jóvenes y no tan jóvenes) que han causado daños a propiedades, lesiones personales y hasta muertes en las últimas manifestaciones producidas en esta semana y existen también numerosas pruebas de declaraciones tanto en el país como fuera de este de personajes públicos (de la extrema derecha) donde incitan a la violencia, lo cual es una costumbre reiterada, como es el caso de Leopoldo López, algo que se tiene que añadir a su extenso PRONTUARIO, y algunos otros no tan conocidos pero si previamente identificados por los Organismos de Seguridad del Estado como participantes en otros hechos de violencia y haber sido entrenados dentro y fuera del territorio nacional, tanto ideológicamente como en el aspecto estrictamente militar (o paramilitar) para producir todas las acciones desestabilizadoras que vienen produciéndose en nuestro país desde 1999 y sobre todo luego de haber tomado el mandato presidencial el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela: Nicolás Maduro Moros.

Reitero que todos y cada uno de los responsables de los hechos acaecidos en los últimos días deben responder ante la justicia, pues no debe existir IMPUNIDAD, pues no algo más desalentador que no se castigue al culpable o que luego de ser castigado se le indulte, para que nuevamente incurra en hechos delictivos, como es el caso de Leopoldo López, que es reincidente en varios delitos, entre ellos el de llamar a la desobediencia de las leyes e incitar a los más tontos a servir como carne de cañón para lograr los fines que lo han motivado siempre tanto a él como a quienes lo acompañan a reconquistar el poder que una vez tuvieron y que lo utilizaron para su propio provecho y el de sus allegados.

No debe olvidarse de ninguna manera el papel fundamental de la educación tanto formal como no formal, principalmente la educación intrafamiliar, en cuanto a patrones de conducta y apego a las leyes, lo cual no quiero tratar a pesar de su importancia, para no extender en demasía el artículo.

Para compensar esta falla me complazco en agregar el artículo que a continuación anexo, como siempre en mi afán de proporcionar algún tipo de orientación para el mejor vivir de nuestra población, quisiera incorporar una lectura que puede servir para mejorar la conducta, no sólo de quienes nos gobiernan (léase Presidente de la República y todos los demás que tienen funciones de poder a cualquier nivel y que se explica por sí solo), sino también a todos los ciudadanos si leemos con detenimiento el estudio comparativo que realiza Manuel Ariza Canales, sobre las obras de Erasmo de Roterdam (Educación del príncipe cristiano, lnstitutio principis christiani) y Francisco de Quevedo (Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás).

METÁFORAS DEL PODER: ICONOGRAFÍA DE LA POLÍTICA CRISTIANA EN ERASMO Y QUEVEDO

MANUEL ARIZA CANALES: UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

"( ... )trace del uno y del otro, del tirano aborrecible y del príncipe paternal, una semblanza lo más gráfica y eficaz que pueda, que quede muy metida en sus ojos para que más y más se aficione a la del buen monarca y cada día cobre más horror a la del déspota"

1º En la primavera de 1515 Erasmo se alejaba de su hogar en Basilea con la intención de pasar una temporada en la Inglaterra que con tanto agrado siempre le había recibido. A su paso por Gante es hospedado por el canciller Le Sauvage, que lo entretiene en su casa durante tres días y le ofrece el puesto de consejero del archiduque Carlos. Ilusionado con las posibilidades del cargo, el humanista aceptará. Los doscientos florines de sueldo que estaban asignados al oficio no siempre se pagaron con regularidad, aunque Erasmo se dispuso con presteza a cumplir sus funciones de la mejor manera que conocía. Así nos lo comenta Marcel Bataillon: "Erasmo no podía ser consejero sino con la pluma en la mano, en el recogimiento de su gabinete de trabajo. No sería ya él mismo si interviniese en el detalle de los negocios. Un filósofo que se mete a gobernar puede resultar buen o mal político, pero deja de ser filósofo. Lo que de él podía esperarse era que trabajase con sus escritos en pro de la reforma de los espíritus y de los corazones y que invitase a los reyes al establecimiento de una paz sincera y perpetua".

2º El archiduque, que a la sazón contaba quince años de edad, al que debía asesorar, estaba, por herencia, destinado a ser el monarca europeo más carismático y poderoso del siglo: Carlos I de España y V de Alemania. Para él redacta la Educación del príncipe cristiano (lnstitutio principis christiani), "(...) tratado acerca de la educación de un príncipe, que, de acuerdo con la naturaleza y la inclinación de Erasmo, versaba más acerca de materias morales que políticas".

3º Esta pedagogía de tan encumbrado destinatario era, a juicio de Erasmo, el método más directo que se podía emplear en la preparación de un futuro venturoso para toda la comunidad, cultivando la calidad de una sola persona. Lo explica sirviéndose de una imagen sumamente ilustrativa; el príncipe de un Estado absoluto es "(...) una fuente pública donde todos van a beber".

4º La educación del príncipe reviste una importancia crucial porque cualquier influencia que se ejerce sobre él, positiva o negativa, se cierne posteriormente sobre toda la comunidad que se encuentra bajo su gobierno.

5º No duda Erasmo en afirmar "(...) que nadie es más benemérito de la república que quien imbuye el ánimo del príncipe, que debe mirar por el bien de todos, en sanos principios dignos de un príncipe". Su juicio no es menos taxativo en la valoración de un mal consejero, y así escribe que "(...) nadie ocasiona tan irreparables perjuicios a los

mortales como aquel que corrompe el pecho del príncipe con aviesas opiniones o malvadas pasiones; crimen comparable al de aquel que inficionare con tósigos mortales una fuente pública donde todos van a beber" .

6º Los contenidos de la enseñanza del príncipe no deben referirse a temas de abstracción metafísica, "(...) acerca de los principios, de la primera materia, del movimiento o del infinito (...)". Tales lucubraciones no serían más que un cúmulo inoperante de reflexiones que sólo sirven para embarazar torpemente el espíritu y la mente de un gobernante. Erasmo aboga por una educación empapada de experiencia y de pragmatismo; de ahí el carácter de manual, como ya antes había hecho con el Enquiridión, que le imprime a la obra, en la que aboga por un conjunto de reglas "(...) que liberando el espíritu de las falsas opiniones del vulgo o de las pasiones desordenadas, enseña el estilo del buen gobierno, a ejemplo de la Divinidad"

7º Lo que el humanista considera un gobierno a lo divino~ se verá más adelante; aunque, en cualquier caso, en su plasmación más inmediata podemos adelantar que escasa relación tiene con los arrobos del místico.

El estilo de Erasmo sintoniza con su filosofía, y se establece en este tratado una relación armoniosa entre la forma literaria y la materia doctrinal.

Puesto que Erasmo rechaza las abstracciones y los rebuscamientos intelectuales, expondrá sus doctrinas de manera simple, visual, decididamente didáctica.

Cuando describe al príncipe cristiano nos habla de las responsabilidades de un padre, de la desinteresada luz solar. Cuando alude al tirano presenta a un monstruo apocalíptico, que bien podría haber estado rondando la delirante imaginación de algún iluminador de códices medievales.

8º Las comparaciones llegan a extremarse cuando el humanista holandés pretende expresar a qué o a quiénes se parecen el buen y el mal príncipe. El símil que construye relaciona la actividad del monarca con dimensiones sobrenaturales.

Dados los objetivos básicos de esta comunicación, cobra singular importancia esta comparación de índole teológica, ya que constituye un claro precedente de lo que Francisco de Quevedo entenderá por Política de Dios y tiranía de Satanás.

9º Estas son las contundentes opiniones de Erasmo: El príncipe bueno, como elegantemente dijo Plutarco, es, en cierta manera, un retrato vivo de Dios, que es, a la vez, óptimo y omnipotente, cuya bondad hace que a todos quiera beneficiar y cuya potencia le permite beneficiar a cuantos quiere.

Y, al revés, el príncipe malo y pestífero es viva representación del demonio. Toda cuanta fuerza tiene, consúmela para perdición del linaje humano.

10º Dentro de la tradición religiosa judeo-cristiana el demonio es la representación de la fuerza destructiva que se opone al plan de construcción del Reino de Dios, al proyecto culminante de salvación universal que beneficiará en

plenitud a todos los hombres. En plazos más breves el demonio puede ser considerado como factor de infelicidad entre los ciudadanos y de disgregación política del Estado. Sin embargo, Satanás, el Adversario, no deja de ser la contrapartida necesaria que lastra la elevación y que, precisamente por eso, contribuye involuntariamente al progresivo desarrollo de la potencia del espíritu humano.

Entre todas las formas posibles de gobierno, Erasmo elige la monarquía a causa de su semejanza con la concepción teocéntrica del universo. A pesar de ser uno de los más destacados precursores de la modernidad, esto apenas se pone en duda, la herencia antigua y medieval, sobre todo la relacionada con el platonismo y con san Agustín, que se detecta en la estructura fundamental de su pensamiento no deja de ser importante.

11º Sorprende en un autor habitualmente risueño, poco o nada sombrío, la terrorífica descripción que nos ofrece del tirano: "(...) una bestia infanda que tenga algo y aun alas de dragón, de lobo, de víbora, de oso y de otras semejantes alimañas, armada en todo su cuerpo de mil ojos, con fieros dientes dondequiera, con terribles uñas de garfio por todos

sus miembros, con un vientre insaciable, ahíto de vísceras humanas, ebria de humana sangre, que con sus ojos, perennemente abiertos, acecha la fortuna y la vida de todos, de los buenos singularmente, fatal calamidad de todo el orbe, execración y odio de todos cuantos amen la república, que no pueda soportarse por su inhumanidad ni eliminarse sin que arrastre consigo gran ruina, porque su malicia va armada de fuerza y de riquezas".

Siendo muchas las formas de gobierno, unánime es el consenso de los filósofos que la más ventajosa es la monarquía, porque es la más semejante al gobierno de Dios. Así que la suma de poderes esté recurrida en una sola mano, empero siempre que el monarca, a semejanza de Dios, se aventaje a todos los otros en sabiduría y en bondad, y sin necesidad de ningún auxiliar ni consejero, no tenga más preocupación que la de labrar el bien de la república.

12º Relacionada con sus comparaciones teológicas, pero modesta y sin afectada megalomanía, aparece la comparación más entrañable y humana que encuentra Erasmo al tratar de definir y concretar el comportamiento ideal del monarca: ser como el padre de una gran familia.

En la construcción de un modelo teórico que tratase de representar los vínculos jerárquicos del núcleo familiar de la época moderna habría que ubicar al padre en una situación privilegiada, aunque con importantes matices. La sumisión

de los demás miembros perseguía una finalidad de claro beneficio común. El padre era el jefe del grupo, pero también era el guardián y el celoso protector de la familia; siempre dispuesto a defender a los miembros de su clan. Sobre

ninguno de ellos debía depositarse la menor mácula, pues la ofensa o el desprestigio infligido sobre uno revertía de manera inmediata sobre todos los demás. El padre era también la cabeza de un cuerpo en el que cada miembro

desempeñaba orgánicamente su función. Nicole Castán ha destacado algunas de las notas más determinantes de la institución: La familia del Antiguo Régimen (...) para todos los que están instalados, sin que importe su rango, es un ámbito de dominación, de división autoritaria de las tareas.

La estricta disciplina del jefe de familia garantiza la cohesión indispensable para salvaguardar el patrimonio y el honor familiar.

13º Sin forzar el paralelismo, mediante una transposición casi natural, podemos proyectar el patrón familiar en el modelo político del Estado. Bastaría con hojear cualquier manual de historia moderna para caer en la cuenta de que, al menos en el plano más formal y superficial, la mayor parte de las campañas militares tuvieron su origen en la defensa de la integridad del territorio o del prestigio internacional. Así lo reconocía un observador de la talla de Nicolás Maquiavelo en su celebérrima obra El príncipe.

14º Velar por el dominio íntegro de sus posesiones y por la reputación de su país, a fin de cuentas, era la labor de un padre de familia; evidentemente el príncipe "salvaguarda el patrimonio y el honor familiar" a una escala mucho mayor.

Siguiendo el fluido cauce de esta comparación escribe Erasmo: "El buen príncipe no debe tener para sus ciudadanos otro espíritu que el del padre de familia para sus domésticos. ¿Qué otra cosa es un reino sino una gran familia? ¿Y qué es un rey sino el padre de una familia innumerable? Ocupa un lugar señalado, cierto; pero, con todo, es del mismo linaje: hombre que manda a otros hombres; una persona libre que manda a otras libres, no a bestias, como acertadamente dijo Aristóteles.

15º El buen gobernante, como el buen padre de familia, debe procurar que las desigualdades, siempre inevitables, dadas las características multiformes e individuales que adopta la naturaleza humana, que surgen entre los elementos que forman el conjunto que se encuentra bajo su tutela, no se extremen hasta un punto de ruptura indeseable. En los procedimientos para equilibrar la balanza social el símil padre/príncipe se disuelve. Si el padre equipara a sus hijos dotando a todos por igual, el monarca debe graduar el sacrificio que se impone a cada capa social mediante una política tributaria en la que se reclame de cada cual según sus posibilidades.

Por ventura, convenga reducir a los ricos a la parsimonia y a la frugalidad; pero empujar a los pobres al hambre y a la desesperación, así como es inhumanidad crudelísima, constituye una aventura preñada de peligros".

16º Una política fiscal excesiva e injustificada puede incluso poner en peligro la estabilidad política, soporte de la propia monarquía. "Si algún erudito tiene la curiosidad de doblar las hojas y sacudir el polvo de los viejos anales, reparará en que la mayoría de los movimientos sediciosos tomaron ocasión de la política tributaria exagerada

17º Ningún monarca sería juicioso si despreciase a los más débiles, abusando de su poder. Como recurso didáctico agradable y eficaz, Erasmo sugiere al tutor del príncipe "(...) sazonar con amenas fabulillas, con apólogos festivos, con lindas parábolas, aquellas mismas enseñanzas, que cuando sea mayor, habrá de darle con más austera severidad".

18º Y a continuación menciona a Esopo, aludiendo a varios episodios en los que animales pequeños y débiles humillan la soberbia de bestias salvajes aparentemente muy superiores: "(...) del león salvado y agradecido al beneficio de un ratón, el de la paloma, que por favor de una hormiga, no sufrió daño (...)", la historieta que cuenta cómo " (...) el águila, la altanera reina de las aves quedó muerta casi del todo por un escarabajo, que es la más vil de las sabandijas".

19º El mensaje que el pequeño príncipe puede y debe extraer de estos sucesos imaginarios no puede ser más real: no hay enemigo pequeño, a nadie es sensato menospreciar. Pero no se encuentra entre estas escenas, cuyo valor ético y práctico es universal, el retrato del príncipe útil y piadoso. Erasmo lo encuentra en la "república de las abejas".

Incluso en los animales irracionales se pueden colegir las diferencias que median entre el rey y el tirano. El rey de las abejas tiene la celda más amplia, situada en el centro, frágil alcázar, pero el más seguro para el jefe de la pequeña república. Él no tiene cargo especial; pero es el animador de las tareas ajenas. Desaparecido el rey, toda su corte, el enjambre todo, se dispersa. Hay más: el rey es de una prestancia insigne, distinto de los demás himenópteros por volumen y por su brillo.

Señálase, dice Séneca, principalmente de sus súbditos porque siendo las abejas extraordinariamente irascibles, hasta el punto de dejar el aguijón dentro de la herida, sólo el rey carece de aguijón. No quiso la Naturaleza que fuese cruel ni

procurase la venganza que le había de costar cara, sino que le quitó el puñal y dejó su ira desarmada. Vivo ejemplo éste para los reyes.

20º Nada omite la cita; es ésta exactamente la idea que Erasmo tiene acerca de las virtudes que deben adornar al buen monarca, a un príncipe cristiano:

1. Está próximo a su pueblo, no escondido como el tirano que siente amenazada su seguridad; en el centro del reino, equidistante de todos los ciudadanos, de todas las clases sociales.

2. No tiene otra función que no sea la de actuar como alma y razón, como soplo vital y principio armonizador. Si falta, todo su reino se descompone.

3. Es tan virtuoso que su propia dignidad personal se transparenta en una prestancia física especial, en una apariencia verdaderamente regia.

4. Prefiere la justicia clemente y la piedad restauradora a la ira destructiva y los deseos de venganza.

Aunque Francisco de Quevedo no hace alarde de ninguna afinidad erasmista, prudencia necesaria en quien pretendía salvar los barrotes de la censura de su tiempo, un cotejo, una lectura comparada de la Educación del príncipe cristiano y de Política de Dios y gobierno de Cristo revela los lazos de profunda familiaridad que ligan a ambas obras. La relación de Quevedo con el erasmismo no es un hallazgo novedoso, ya ha sido puesta de relieve por acreditados historiadores de la cultura.

21º Entre ellos el profesor José Luis Abellán, que nos ofrece una definición bastante concisa y ajustada de las fuentes y el estilo de Política de Dios: tratado "(...) inspirado en fuentes de la ética medieval y renacentista tomada en sentido erasmiano.

En las primeras décadas del siglo XVI, Erasmo y sus seguidores, los españoles entre los más señalados, propugnaron con determinación el acercamiento a los Evangelios; no para fundar una nueva teología que oponer al hipertrofiado aparato escolástico, sino para reencontrar en la figura de Jesucristo un modelo de vida real y concreto. Recordemos algunas referencias de Bernardo Monsegú con respecto a la Philosophia Christi de Erasmo: La verdadera teología está en la Escritura, es bíblica, no dogmática ni especulativa.

Consiste en ponerse cara a cara de Cristo y de su doctrina para ordenar conforme a ella nuestra vida. Y es así como la teología resulta un bien común, y todo el mundo puede ser teólogo. Y eso es lo que busca la filosofía de Cristo, que en ninguna otra fuente se bebe mejor que en los escritos evangélicos y apostólicos.

23º Este mismo comentario podría aplicarse a las intenciones.

24º Que manifiesta Quevedo con respecto a una obra cuyo título conviene tener presente: Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás.

No vacila el polígrafo madrileño cuando otorga el siguiente consejo: "Imitad a Cristo y leyéndome a mí oídle a Él, pues hablo en este libro (...) con las plumas que le sirven de lenguas (obviamente se está refiriendo a los evangelistas)".

25º Aunque con su tono de predicador que se adjudica a sí mismo el monopolio de la exégesis evangélica, se distancia un tanto de la ductilidad del carácter humanista, el modelo que se invoca y las fuentes que se aducen apenas podrían estar más en sintonía con lo esencial del mensaje erasmista.

26º Ni siquiera aguarda el impaciente y fenomenal escritor barroco a que traspasemos los umbrales de su obra para recibirnos con mensajes que ya nos resultan familiares. También para Quevedo el ejercicio de la autoridad monárquica es un referente del orden cósmico regido por la divinidad (Política de Dios); de nadie mejor que del propio Cristo podrá aprender el príncipe su elevado oficio (Gobierno de Cristo); y del abuso de poder emanan sulfuraciones diabólicas (Tiranía de Satanás).

Veíamos, con la anterioridad de unas pocas líneas, que Erasmo recordaba a Séneca para hacer notar que el rey de las abejas es el único miembro de su pequeña república que carece de aguijón.

27º Y al filósofo estoico, como en tantas otras ocasiones, recurre Quevedo a la hora de aconsejar cierta benignidad que debe ejercer el monarca con decisión pero sin ira: Señor el delito siempre esté fuera de la clemencia de vuestra majestad, el pecado y la insolencia; mas el pecador y el delincuente guarden sagrado en la naturaleza del príncipe. De sí se acuerdan (dijo Séneca) quien se apiada del miserable; todo se ha de negar a la ofensa de Dios, no al ofensor; ella ha de ser castigada y él reducido. Acabar con él no es remedio, sino ímpetu.

28º El monarca debe ser compasivo de la manera que lo es un padre de familia responsable con sus hijos (otra imagen erasmiana); demostrando su amor unas veces con la caricia y otras, si con ello persigue la reforma y el bien de los suyos, con el castigo necesario, comedido: Quiera vuestra majestad estas cosas que le están encargadas, (...) y sea rey y reino, pastor y padre; y haga que la verdad enamorada de su clemencia descanse los labios del nombre de señor. Oiga ternezas de hijos, no miedos de esclavos.

29º En una línea de significado próxima a la imagen del monarca como padre aparece, tanto en el texto de Erasmo como en el de Quevedo una de las metáforas políticas más antiguas del devenir humano. "(...) Homero, cuando nombra para su honor a algún rey, acostumbra llamarle pastor del pueblo" (Erasmo).

30º "El mantener a los suyos y el sustentarlos es uno de los principales cuidados de los reyes. Por eso los llama Homero «pastores de los pueblos» (...)" (Quevedo).

31º Aunque ambos autores fijan su fuente primigenia en los versos del cantor griego (probablemente deudor de tradiciones tribales y pastoriles que se pierden en la noche de los tiempos), no es este pastor, todavía pagano, el trazo más visible en su diseño de un monarca ideal. Escuchemos la acreditada opinión de Fritz Saxl: El lenguaje religioso está aún más repleto de imaginería que el lenguaje de los poetas. Esto es cierto tanto si se abren los libros de narraciones del Antiguo Testamento o de los Profetas, como si se trata de los Salmos o del Apocalipsis.

Ciertas ideas religiosas sólo pueden expresarse por medio de imágenes: «El Señor es mi pastor. Nada me falta» (Salmo XXIII) o «Pues tus flechas han penetrado en mí, y pesa gravemente sobre mí tu mano» (Salmo XXXVIII). Estas ideas del Señor como pastor o del Señor como arquero están cargadas de significado, pero sólo pueden transmitirse a través de la imagen, no por medio de cualquier otra forma de lenguaje.

32º David, el líder militar y político del pueblo judío, fue pastor; de cuya estirpe descendía el Mesías que de sí mismo"

(...) dijo que era pastor: Ego sum pastor bonus (Yo soy buen pastor). No solamente porque guarda sus ovejas de los lobos, sino porque da su vida por ellas; y no sólo por esto, sino porque las da su vida".

33º La concepción del principado que se deriva del arquetipo del buen pastor late, cuando no se manifiesta de forma explícita, en toda la tratadística del humanismo, y es retomada con energía por todos aquellos autores que desde

posiciones contrarreformistas intentan rebatir las doctrinas de Maquiavelo. A la figura del príncipe dueño y señor del Estado oponen (...) una concepción patriarcalista de la monarquía, que tiene su expresión en la utopía del «buen pastor» (...). Sin duda, se dan aquí la conjunción de un elemento evangélico - Cristo como buen pastor- con una influencia clásica de tipo estoico, en la que el estado pastoril es exaltado como modelo de convivencia pacífica y sencilla entre los hombres.

34º Junto al pastor aparece el perro fiel; al lado del monarca debe estar el ministro laborioso y desinteresado, el protector de los intereses públicos. Pero podría ocurrir que el guardián aproveche su superioridad física y el poder de sus armas no para defender a aquellos que se encuentran bajo su protección, sino para aprovecharse de ellos y, en último término, para destruirlos sin piedad. "Si los mastines se truecan en lobos, ¿Qué se ha de esperar para el rebaño?".

35º (Erasmo). "El pastor ha de tener perros que guarden el ganado; mas él ha de velar sobre el ganado y los perros; que si deja al solo albedrío de los mastines los rebaños, como son guarda no menos armada de dientes que los lobos, ni de más bien inclinada hambre, ellos los guardarán de los lobos; mas, como lobos, para sí".

36º (Quevedo). Y es que el ministro, el valido, puede llegar a ser un elemento peligroso si no se controla y se supervisa de cerca su proceder. Esta es la opinión contundente de Francisco de Quevedo: Los ministros, muy poderoso Señor, han de ser tratados del príncipe soberano como la espada, y ellos han de ser imitadores de la espada con el príncipe. Este los ha de traer a su lado, ellos han de acompañar. Y como la espada para obrar depende en todo de la mano y brazo del que la trae, sin moverse por sí a cosa alguna, así los ministros no han de tener otras obras y acciones sino las que le diere la deliberación del señor que los tiene a su lado.

37º El rey es el sol que con su generosa energía provee de vida y de luz a su comunidad.

Dios, a guisa de hermosísimo simulacro suyo, colocó entre los hombres al rey como imagen visible y viva de Sí mismo. No hay cosa más de todos que el sol, el cual, aun a los mismos cuerpos celestes, imparte su lumbre. De la misma manera el príncipe debe aparecer completamente votado a la pública utilidad, y tener en sí la luz nativa de la sabiduría, de modo que, aun cuando los otros acuden a ciegas, él, en toda ocasión, esté libre de alucinaciones.

38º (Erasmo). Aunque, en ocasiones, tal vez lo más saludable sea dejar en sombra determinadas zonas de su administración: Si un príncipe quiere saber las fieras que se emboscan en la felicidad de los que malle asisten, hágalos unos día sombra, retíreles algunas veces sus rayos, déjelos (aunque sea por muy poco tiempo) a oscuras, y verá en qué sabandijas desperdiciaba sus luces, y cuanta más verdad debe a su noche.

NOTAS

1º Erasmo, Educación del príncipe cristiano, Obras escogidas, edición de Lorenza Riber, Madrid, Aguilar, 1964, p. 291.

2º Maree Bataillon, Erasmo y España, traducción de Antonio Alatorre, México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1966, p. 80.

3º J. Huizinga, Erasmo, edición dirigida por Carlos F. Maristany, Barcelona, Ediciones del Zodiaco, 1946.

4º Erasmo, op. cit., p. 274.

Vid. José Antonio Maravall, Estado moderno y mentalidad social, Madrid, Alianza Editorial, vol. 1, p. 251.

6º Erasmo, op. cit., p.274. La cursiva es nuestra.

lb.

8º Cf. Eugenio Garin, La educación en Europa (1400-1600), traducido por M" Elena Méndez Lloret, Barcelona, Editorial Crítica, 1987, p. 224.

9º Metáforas del Poder: Iconografía... 295

10º lb., p. 288 a. 1 Cf. Ernst H. Kantorowicz, Los dos cuerpos del rey. Un estudio de teología política medieval, versión española de Susana Aikin Araluce y Rafael Blázquez Godoy, Madrid, Alianza Editorial, 1985, p. 68.

11º Vid. José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1965, vol, p. 419.

12º Erasmo, op. cit., p. 291 b.

12º Erasmo, op, cit., p. 298 a.

13º Nicole Castán, "Lo público y lo particular", Historia de la vida privada (dirigida por Philippe Aries y Georges Duby), vol. 3: Del Renacimiento a la Ilustración (dirigido por Roger Chartier), Madrid, Taurus, 1989, p. 414.

14º Vid. Andrés Plumeo, "Dossier informativo", Nicolás Maquiavelo, El príncipe, Madrid, Alhambra, 1986. Metáforas del Poder: Iconografía... 297

15º Erasmo, op. cit., p. 296 a. 1 Cf. Norbert Elías, La sociedad cortesana, traducción de Guillermo Hirata, México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1982.

16º lb., p. 322 b.

17º lb., p. 321 b.

18º lb., p. 281 a.

19º lb.

20º lb., p. 293 a.

21º George Uscatescu, Erasmo, Madrid, Editora Nacional, 1969. 1 Vid. Maree Bataillon, op. cit., p. 775.

22º José Luis Abellán, Historia crítica del pensamiento español, vol. 3: Del Barroco a la Ilustración, Madrid, Espasa Calpe, 1981, p. 231. Metáforas del Poder: Iconografía... 299

23º Bernardo Monsegú, "Erasmo y Vives y la Philosophia christiana", El erasmismo en España (edición de Manuel Revuelta Sañudo y Ciriaco Morón Arroyo), Sociedad Menéndez Pelayo, Santander, 1986, p. 359.

24º Si estas intenciones eran sinceras o constituían una impostura es cuestión que desborda los objetivos y las posibilidades de esta comunicación. Al respecto anunciamos que este interrogante y otros recibirán algunas respuestas en un amplio trabajo de investigación acerca de Política de Dios.

25º Francisco de Quevedo, Política de Dios y gobierno de Cristo, Obras completas en prosa (edición de Felicidad Buendía), Madrid, Ediciones Aguilar, 1988, vol. 1, p. 657 b.

26º C. f. Monroe Z. Hafter, "Sobre la originalidad de la Política de Dios", Nueva revista de filología hispánica, año XIII, núms. 1-2, El Colegio de México, México D.F., Enero-Junio, 1959, pp. 102-103.

27º Vid. nota 20.

28º Francisco de Quevedo, op. cit., p. 605 a-b.

29º lb., p. 625 a. 1 Cf nota 15.

30º Erasmo, op. cit., p. 296 a.

31º Francisco de Quevedo, o p. cit., p. 665 a.

32º Fritz Saxl, La vida de las imágenes. Estudios iconográficos sobre el arte occidental, versión española de Federico Zaragoza, Madrid, Alianza Editorial, 1989, pp. 11-12.

33º Francisco de Quevedo, op. cit., p. 665 a. Metáforas del Poder: Iconografía... 301.

34º José Luis Abellán, Historia crítica del pensamiento español, vol. 2: La Edad de Oro (siglo XVI), Madrid, Espasa Calpe, 1979, p. 75.

35º Erasmo, op. cit., p. 294 b.

36º Francisco de Quevedo, op. cit., p. 695 a.

37º lb., p. 746b- 747 a.

38º Erasmo, op. cit., p. 289 a.

39º Francisco de Quevedo, op. cit., p. 746.

(Las palabras clave aparecen en cursiva, aparte del título de las obras).

RESUMEN

En 1515 Erasmo fue nombrado consejero de un archiduque adolescente, el futuro emperador Carlos V. Para él escribe Educación del príncipe cristiano (lnstitutio principis christiani), opúsculo destinado al adoctrinamiento moral y político de los príncipes. En la exposición de sus doctrinas Erasmo se sirve de imágenes que pueden ser interpretadas como metáforas del poder. Un siglo más tarde Francisco de Quevedo utilizará esas mismas imágenes en Política de Dios y gobierno de Cristo, en donde intenta construir una teoría cristiana de la monarquía absoluta.

juanstaback@gmail.com



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