La violencia y la paz

Tengo días dándole vueltas a la cabeza y no encuentro la forma más amigable no solo de entender sino también de plantear la dicotomía de la violencia y la paz.

En principio hay una escalada de violencia fomentada y practicada por la oposición en sus distintos niveles y estratos (por así decir), lo cierto es que lo manifiestan, lo escriben lo hacen y posteriormente, a esos hechos te los encuentras a tu lado compartiendo una butaca de un micro-bus o una ruta nocturna en sus distintas paradas, un Mercal o una compra en Venezuela productiva de un equipo tecnológico. Anoche me imagino se ”tripearon”, el acto de la Diego Ibarra.

Y en cada uno de esos episodios violentos de la oposición no puedo dejar de sentir la sensación de abandono del Estado, de las autoridades, de todo aquello que supongo debe constituirse en él o los muros de contención de las verdaderas hordas desatadas para que devoren todo lo que encuentren a su paso.

La violencia es el componente más importante que tiene el sentimiento del odio, lo vemos y lo sentimos, con la violencia se somete en la sociedad capitalista hasta al más pintado; desde la aparición del capitalismo ha reinado la violencia como único método para frenar y someter a los grupos disidentes, y si esa es la premisa pudiera estar entendiendo, el por qué la Revolución no somete a esos grupos que si muestran todo su arsenal en ratos de su aparición. Y es porque esta revolución no odia sino que ama.

Pero sigo con el tema de la violencia, miro con estupor que cuando los opositores salen en sus protestas arremeten con saña contra todo el mobiliario urbano que además de embellecer el espacio, les sirve de recreación, esparcimiento y hasta de encuentro para una reunión o intercambio de ideas, contra el Metro que lo traslada al sitio más cercano de su casa de habitación, entonces no logro comprender esta actitud, aunque quiera devanarme los sesos para darle una explicación “lógica” a estos comportamientos, los psicólogos tendrán mejor explicación que yo; aunque esa no sea la verdad.

Otro elemento del sentimiento del odio es que según la teoría conductista, debe haber un estímulo para que se produzca una respuesta. Responder, de cualquier manera. Preguntémonos como es que tu reaccionas desde ese odio visceral si no te he hecho nada, como mido tu reacción desmedida, esquizoide ante un banco de una plaza que solo estuvo allí al momento de tu protesta, como es que te pusiste bravo y salió tu odio porque no te presto seguridad si traje unas patrullas para brindártela o contribuir con ellas a bajar los índices de “inseguridad” y procedes a quemarlas. Pero no entiendo y no quiero hacerlo.

Ahora bien del lado de la revolución se está pregonando la paz, discúlpenme los sabihondos de este tema, porque si no mal entiendo la paz la pregono cuando estoy en guerra y guerra es cuando dos fuerzas chocan, pelean se matan, y uno de los sujetos procura el exterminio del otro. Sigo pidiendo perdón por no creer que estoy en guerra, porque así no lo siento. No veo ninguna trinchera llena de Chavistas disparando, confrontando, peleando con un opositor (por favor no me vengan a decir que la estamos dando en el plano de los medios, económico entre otros.), esa pelea se da una vez que tú te opones con las armas que te da (El Gobierno-Estado) todo el marco jurídico, usas las armas que te suministra el Estado para contener cualquier ataque para su destrucción, ¿O que fue lo que hizo y sigue haciendo la derecha mundial?

No estamos en guerra, para pedir la paz, solo veo un Estado, una revolución, unos dirigentes permitiendo que las armas, de todo tipo (vean la intervención del Ministro de Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández diciendo que han sufrido 61 ataques), minen al Estado, minen la confianza de sus electores, minen los principios de la confrontación ; aunado a esto la predica de algunos dirigentes llamando a los colectivos a no defenderse, a dejar que sigan asesinando ciudadanos, incluso a que se desarmen para que no haya una verdadera guerra.

Tengo días escuchando y viendo a altos dirigentes diciendo; sabemos que van a hacer, lo tenemos precisados, sabemos dónde se reúnen, los vamos a buscar, los tenemos en la mira y paren de contar, pero mi asombro es mayor cuando veo que todo sucede en nuestras narices y no agarran a nadie, no les instruyen ningún expediente serio por los delitos cometidos, a la postre a quienes detuvieron por los sucesos de los destrozos a la fiscalía y quema de las patrullas del CICPC, el pasado 12 de Febrero, acaban de salir en libertad, y nadie se molesta en informar al país que, salieron en libertad de acuerdo al Código Orgánico Procesal. Pero se le sigue la causa de imputación, lo que me recuerda la práctica que tenían los jueces del edificio “La Bolsa” donde antiguamente funcionaban los tribunales cuando iban a dictar un auto de detención, lo anunciaban por la prensa con bombos y platillos, para darle tiempo al imputado para que comprara pasaje hiciera sus maletas y partiera al exterior, así que este artículo se llama la violencia y la paz pero la PAZ solo es una convidada de piedra ´porque ella no seguirá participando de este guión donde ella no está jugando ningún papel, no hay diálogo sincero, no hay actos de contrición, entonces Yo Paz quedare para los escenarios parecidos a los protagonizados por Los Vietnamitas y Estados Unidos en París, o como el caso mas reciente de las FARC-EP y el Gobierno Colombiano allí si jugaré un papel activo. Por esta razón no dediqué mucho escribir de la paz.


El autor es: Sociólogo

aries41057@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2076 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter