Ça pourrit

¿Cómo se detiene una revuelta generalizada y sin cabeza? Solo se puede negociar con una dirigencia, si la hay. Pero hay una pregunta que tiene prelación metodológica: ¿cómo se llega a esa situación?

Como se llegó al Caracazo. Un brote caótico de marginados contra lo que sea. En Venezuela hubo saqueo principalmente de alimentos, electrodomésticos y ropa. En Francia hay incendio de edificios y de muchos automóviles. Burn, baby, burn, ‘quema, chamo, quema’, decían los negros de los Estados Unidos en los motines de los años 60. Estalla la ira acumulada. Ciega como toda ira. Sigue leyendo, oposición borbónica.

Como a principios del siglo XIX en nuestra América. Como a mediados de ese siglo en Venezuela, porque la Oligarquía Conservadora, tatarabuela de la de hoy, no cumplió los programas sociales de la Independencia. Como en la Revolución Francesa de 1789; la de 1830, la que relampaguea en Los miserables de Victor Hugo; la de 1848; la Comuna de 1871; Mayo de 1968.

Los físicos llaman «criticalidad autoorganizada» a estos caos. También los llaman catástrofes, es decir, discontinuidades en un proceso continuo. Avalanchas, infartos, cracks financieros. Se acumula peso o piezas de dominó o finanzas sin respaldo y un evento fortuito (el aleteo de una mariposa, dos chicos electrocutados) dispara la discontinuidad. Tanto va el cántaro al agua hasta que por fin se llena, dice Manuel Brito. Algunas discontinuidades son pacíficas: alguien inventa la rueda, Giotto pinta la perspectiva.

La actual tragedia de Francia viene desde 1789 con la Revolución. Los mismos elementos: ira popular y clase dominante enceguecida y provocadora, como la policía francesa de estos días. Las variantes no deben ocultarnos la urgencia de lo importante. Lo recomienda Edgar Morin, en su Método 6, el último.

Apenas supe de esta Intifada europea hace 18 días, presentí lo que en setiembre en París. « Ça commence ? », ‘¿empezó la cosa?’, me pregunté en mi artículo pasado. Horas después confirmé: « Ça pourrit », ‘esto se pudre’. Así dicen los franceses cuando un embrollo se agrava sin arreglo visible. Ya salió de Francia, ¿hasta dónde? Hay toque de queda para los menores de 16. ¿Pueden entonces los mayores salir a quemar?

La tragedia es la hybris, ‘la desmesura’, y termina de maneras diversas y todas horribles. Lo trágico es que ya es tarde para prevenir.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

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