Base de operaciones

*** El Cono Sur es vital para una integración sudamericana. Sin su concurso no habrá el campo unificado culturalmente necesario para una constelación regional de estados.

Se critica la proximidad de Venezuela hacia Argentina y Brasil, dentro de sus propósitos de fomentar el proceso de integración suramericano. Y, no se trata esta conducta de una actitud del gobierno de turno. Se le reconoce a los gobiernos del Dr. Caldera, la misma inclinación, dentro de un propósito semejante. Lógicamente con bases ideológicas y objetivos prácticos diferentes, y hasta antagónicos. Y ello no es casual. Las circunstancias geográficas y sociopolíticas –las variables geopolíticas- condicionan estas dinámicas. Las barreras naturales y la tecnología disponible para superarlas, junto a las murallas culturales inciden fuertemente en la posibilidad de materialización de tales propósitos. Unos fines orientados a la diferenciación de una población de un contexto limitante para sus propias expectativas de realización. Ya sea por restricciones espaciales. Ya sea por la falta de libertad para su acción. La última variable ha sido la que ha estimulado históricamente esa vocación totalizadora en el ámbito sudamericano. La dominación e integración forzosa de las poblaciones que han habitado el subcontinente, con las limitaciones correspondientes a la acción de las fuerzas internas, ha sido el estimulo originador de la aspiración integradora. Una acción política, pues se trata de un reordenamiento espacial y poblacional de la humanidad en el planeta. Es una redistribución de las fuerzas que dinamizan la vida del sociosistema universal.

En términos físicos, esta dinámica implica el movimiento de una masa de un campo gravitacional hacia otro. Pero ese nuevo espacio requiere de un polo de atracción con la masa (poder) suficiente como para sustraerle a la anterior constelación sus elementos periféricos. Hay necesidad de un debilitamiento (perdida de poder) del polo atractriz previo – y esto esta sucediendo en la actualidad – con un fortalecimiento (ganancia de poder) en el polo rival. Y, este polo rival en el siglo XX se ha venido conformando en el Cono Sur. Así, al menos, lo han entendido los estudiosos de la geopolítica. Pero la generación del nuevo campo, en el terreno antropológico, requiere una idea que permita la unificación de fuerzas para realizar una diferenciación cultural que contrarresta las fuerzas de la inercia. Un lenguaje y unos usos que unifiquen la conducta social. Y ellos son los ausentes actuales del proceso, una vez que se ha iniciado la superación de los obstáculos físicos por la creación de infraestructuras comunicacionales y viales. La masa esta presente. Las interacciones se multiplican. Pero el código lingüístico y los nuevos usos aceptados no han cristalizado. No existe la decisión política en la masa crítica que impulse el movimiento. De allí que la diferenciación cultural y el movimiento liberador venezolano no tenga posibilidades de persistencia, si el lenguaje y los usos que esta creando no son compartidos por el potencial polo atractriz.


alberto_muller2003@yahoo.com


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Alberto Müller Rojas


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