Pildoritas 132 (año VI)

Una oportunidad de oro para adecentar la política venezolana


La verdad que lo sucedido este martes en la Asamblea Nacional lució deprimente, pero hay que admitir que era absolutamente necesario, para que por fin lo que es un comentario diario en pasillos, reuniones, busetas, buses, metro, taxis, es decir un secreto a voces pero en tono bajito, se dijese sin tapujos, porque no es posible que un país que ha dado en toda su historia muestras de hombría, de heroísmo y entrega incluso en los campos de batalla para buscar la libertad, se permita que gente con doble vida y un conducta inmoral, que raya en lo más bajo por sus características, pretenda hacerse del poder para convertir a la Patria de Bolívar en una verdadera Sodoma y Gomorra.

Y por decir lo que se dijo y mostrar lo que se mostró en la candente sesión, no se puede afirmar que la bancada socialista es homofóbica, pues basta con revisar la Constitución para entender que jamás como ahora se ha dado participación a personas del llamado “sexo diverso”, tanto que están integrados como organización al Gran Polo Patriótico pero con la característica de que ASUMEN su condición con hidalguía y valentía, no la ocultan, llevan una vida que respeta la moral y las buenas costumbres porque lo que hacen lo hacen sin involucrarse en festines, ballets rosados, en los que se incluye consumo de drogas, prostitución infantil masculina y femenina como quedó demostrado, sin pruebas en contrario, en lo que se mostró en la AN, y que apenas es una pequeña parte de todo lo que se ha destapado de la podredumbre moral de una organización política que huele a cloaca, pero también por sus acciones contra los fondos públicos que han pasado por sus manos y la connivencia con delitos conexos como el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, la trata de blancas y blancos, etc. etc.

Los escándalos protagonizados por Berlusconi en Italia o los casos de pedofilia de personajes de la Iglesia, se quedan casi que inadvertidos ante las dimensiones de lo que aquí, se ha comprobado es una rutina en connotados miembros de un partido que desde sus comienzos fue etiquetado, con razón, por un personaje muy conocido y de tradición en la política venezolana como el jefe de Acción Democrática, el diputado al Parlatino Ramos Allup como “lechuguinos”, “petimetres” y “maripozones”, lo cual ahora viene a confirmarse de manera irrefutable, y que si fuese solamente eso y que su conducta se quedara allí, no revestiría la gravedad que lo que ahora conoce el pueblo venezolano reviste, porque a esas características , aceptables en las sociedades modernas, se suman conductas diversas que rayan en delitos tipificados en la Constitución y la leyes venezolanas y de cualquier país.

Que no vengan los imputados ahora a querer defenderse acusando de homofobia a quienes destaparon la olla y están en el deber de hacer lo que les manda la Ley, denunciando y llevando ante las instancias correspondientes todas la pruebas recabadas, Incluyendo la de un nuevo delito que se le suma a los varios de carácter grave cometidos por quien presume de líder oposicionista, cuando públicamente confiesa que tiene resguardado al principal imputado, su financista y al parecer uno de los proxenetas más connotado, lo cual le convierte en cómplice y obstruccionista de la justicia.

Así pues, es la oportunidad de adecentar la política venezolana. una oportunidad que la revolución no puede desperdiciar por lo que hay que ir con todo, exigiendo, incluso en la calle, se aplique todo el peso de la Ley a esta caterva, que encima de ser piezas del imperio y garantes de la entrega de la patria a intereses foráneos, ahora resultan involucrados en acciones aberrantes en cualquier sociedad y más de las características históricas de la venezolana, acciones que no discriminen por militancia política, que aquello de “caiga quien caiga” sea prácticamente una norma, ya ha habido muestras de ello con la detención de funcionarios de gobierno de diferentes rangos y si así se opera, no habrá manera de que la especie que nos quieren vender desde la llamada MUD, para acusar al gobierno de persecución por “pensar diferente”, se posicione en la mente de los venezolanos.-

Al final se puede afirmar que: La libertad sexual es una cosa y la pérdida de valores otra y no podemos negar que esto que ahora se está viviendo en la politica venezolana, por parte de una organización creada bajo los auspicios de la corrupción, devenida en lo más putrefacto que se haya conocido en nuestra historia republicana es el más claro ejempo de esa pérdida de valores y el pisoteo de la moral por parte de hombres y mujeres públicos (as) quienes por serlo pierden su privacidad, si esta afecta la majestad de la Patria.



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Saúl Molina


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