Cajas negras

1
Dicen los físicos que en el último estadio de su agonía, una estrella
que antes alumbraba adquiere tal pesadez que devora su entorno y
nada tiene suficiente velocidad para salir de ella, ni siquiera la
luz.

2
Desde entonces es imposible escrutar lo que ocurre dentro de su
perímetro, el llamado horizonte de los eventos. La materia de la
Estrella Negra se vuelve un punto sin tamaño, posiblemente se vierte
en otra dimensión u otro universo. La luz que alguna vez arrojó viaja
millones de años: nuestras noches son alumbradas por astros fantasmas
que murieron. Existimos mientras iluminamos.

3
O el hombre remeda al cosmos o viceversa. Desde la antigüedad existen
instituciones parecidas a Estrellas Negras, las Asociaciones de Manos
Muertas, que sólo pueden adquirir cosas y nunca venderlas. Muchas
órdenes religiosas eran así. Antonio Guzmán Blanco las desterró de
Venezuela. Más vale tarde que nunca.

4
Remedo de las Manos Muertas son las Cajas Negras, en las cuales todo
entra y nada sale, o viceversa. Como decía Bolívar, el crimen trabaja
en la sombra. Para ir entrando en materia, recordemos que en 1973
subieron los precios del petróleo, el ingreso público aumentó cuatro
veces, y en lugar de registrarlo en el Presupuesto, Carlos Andrés
Pérez decidió ocultarlo en un Fondo de Inversiones, de donde se esfumó
sin que nadie supiera cómo. Paralelamente, todos los funcionarios e
instituciones se dedicaron a incrementar otra Caja Negra, la Deuda
Pública cuyo monto nadie conocía, hasta que los acreedores aumentaron
unilateralmente los intereses, y desde entonces vivimos contrayendo
Deuda Pública para pagar la Deuda Pública. Las estrellas que van a
morir revientan en una Nova; las Cajas Negras se despiden con una
Explosión Social.

5
Recordemos la PDVSA de la Cuarta República, cuyo director Luis Giusti
declaró que la empresa que manejaba la principal riqueza de la
República, no rendía cuentas porque “no había interés” en saber lo
que pasaba adentro. Sí que lo había, y el intento de saberlo costó un
golpe de Estado, un cierre patronal y un sabotaje petrolero que
reportaron para Venezuela pérdidas de más de 15.000 millones de
dólares. Mientras más se tarda en abrir una Caja Negra, más cuesta.

6
Lo primero que la Estrella Negra deja de emitir es luz; lo primero que
deja de presentar la Caja Negra son cuentas. Hacia 2006 el ministro
del Trabajo me confió que no había una sola cooperativa que se pudiera
considerar exitosa o modélica. Conocí muchos ejemplos. Entregado el
dinero por el gobierno, el sabio administrador encontraba forma de
invertirlo en camionetones o en ruinosos contratos que transferían
todo a parientes o amigos. El efectivo siguió desvaneciéndose sin
controles ni sanciones ni resultados. Igual mecanismo facilitó la
desaparición en importaciones ficticias de más de 20.000 millones de
dólares otorgados por el Sistema de Transacciones en Moneda Extranjera
(SITME). La conducta que es recompensada tiende a repetirse.

7
Los ingresos de la Universidad Central de Venezuela no van a su
patrimonio, sino a una Fundación UCV que, según denuncia el miembro
del Consejo Universitario Miguel Alfonzo, lleva cinco años sin rendir
cuentas (Correo del Orinoco, 3-6-2013). Quizá por ello las cuentas de
la UCV a su vez presentan crónicos atrasos, el ex ministro para la
Educación Superior Samuel Moncada debió objetar universidades que
presentaban partidas para varios rectores y facultades con dotaciones
para múltiples decanos, y los sueldos de los profesores resultan
angustiosamente exiguos. Cielos sin luceros son preocupantes; más lo
son casas que deben vencer la sombra y no rinden cuentas o resultan
inauditables.

8
La ausencia de cifras verificables anuncia por sí misma que en el
sector donde se presenta sucede algo inconfesable. Inauditable es el
epitafio de una institución, de una persona, de una política. Tratar
de cuantificar mediante encuestas una magnitud que puede y debe ser
determinada mediante el conteo de hechos duros, como el número de
homicidios, equivale a confesión de parte. A fines de los años setenta
una reforma de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional eliminó
el control previo de la Contraloría General de la República y lo
sustituyó por control posterior por muestreo de algunas cuentas. La
Ley Orgánica de la Contraloría General de la República de 2001
instauró un control previo optativo, es decir, discrecional, y
permitió descentralizarlo delegándolo a sistemas internos de cada
organismo. Se verifican la legalidad, exactitud, sinceridad y
corrección de las operaciones y acciones administrativas, mas no si se
cumplen metas y objetivos. Pero los controles han de ser previos,
centralizados y verificar el resultado concreto de la inversión. La
crisis financiera mundial se debe a la proliferación de bancos que no
rendían cuentas a nadie. Nada peor que las Cajas Negras de los
aviones, que sólo registran las causas del desastre. Así como muere
una estrella, muere un país.


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Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 brittoluis@gmail.com

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