El fascismo cura el guayabo electoral

*Al igual que todas y todos mis camaradas, el 15-A amanecí “con unas ganas ubérrimas políticas”, como diría Vallejo, y una resaca electoral por los –para mí- inesperados resultados de las votaciones. Sin embargo, el llamado fascista a la violencia del ex candidato biperdedor, Capriles Radonski, barrió con esa extraña mezcla de sentimientos –entre consternación y arrechera- que me acogotaba.

*Con Roberto Malaver, Néstor Francia, Cristina González y Vanessa Davies acompañamos a nuestro querido y recordado Jesús Romero Anselmi en la directiva de VTV por aquellos años de 2002-2004, entre golpes y guarimbas, cuando el acoso y agresiones contra el canal eran cotidianos. Al frente de un kiosco, hoy seguimos allí –Chucho ya no está-, con la misma determinación, sin subestimar al fascismo pero, también, sin que nos amedrente.

*Soy de los que creen que primero se gana y después se devalúa. Hacerlo al revés es casi un autosuicidio, como dijo Carlos André Pérez, quien a pesar de devaluar después de ganar, de todas maneras rodó. Los efectos de los “ajustes cambiarios” en víspera de unas elecciones resultan devastadores y echan por tierra el viejo adagio de que “nadie se muere en la víspera”. Hay quienes lo logran con admirable eficacia.

*La hoy envalentonada derecha, si fuera medianamente agradecida, debería prenderle una vela a algunos politólogos rollizos. Otro adagio postmoderno dice: “Ser buen politólogo y pésimo político es un azote”.

*En cada proceso electoral, cuando participaba el Presidente Chávez, le ponía un extra enorme al universo electoral del PSUV y el Polo Patriótico. Ahora tenemos el reto, deber y obligación de construir ese extra, lo que requiere y exige inteligencia, amplitud y tolerancia, sin que por eso tengamos que pactar con ninguna burguesía, pero tampoco sin someter a todo el que se nos acerque a una suerte de examen de admisión o prueba de aptitud ideológica.

*La medida –también en víspera electoral- sobre récipes médicos y anticonceptivos, casi que nos provocan un aborto no deseado.

*Nadie sabía ni a nadie interesaba que una actriz de reparto estuviera teniendo orgasmos teatrales en un hotel de Venetur. Una inoportuna prohibición seguida de una torpe “explicación” casi le da, a una pieza de baja estofa dramática, la dimensión del teatro de Ionesco o Tirso de Molina. Nunca cobra tanta vigencia como en vísperas electorales la consigna del Mayo Francés: “Prohibido prohibir”.

* Si Nicolás Maduro le saca a Capriles dos o tres millones de votos de ventaja, tampoco lo hubiera reconocido. Ese libreto no lo escribió él, se lo entregó la embajada. Ya el candidato biperdedor había anunciado que no saldría como el 7-O a reconocer de inmediato los resultados porque no era el mismo pendejo o algo así. Con Chávez el fascismo se activó en 2002, después de tres años de la primera victoria electoral del líder bolivariano. A Maduro lo quisieron agarrar verde y se pelaron. Recordemos el refrán del Comandante Eterno: “vamos a ver si el cambur verde mancha”. El pueblo sabe que mancha y, al igual que en 2002, se lo volverá a demostrar a uno de los actores golpistas de entonces: Henrique Capriles Radonski, enemigo jurado de aquel humilde personaje llamado Juan Topocho.


earlejh@hotmail.com



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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

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