Cruzada y encrucijada, riesgos en recta final

El candidato de la ultraderecha, ha confesado en su cierre de campaña en Caracas que no es el candidato de la oposición, sino de las soluciones; por otra parte, en todos sus cortos discursos inicia diciendo que anda en una cruzada; desconocemos si este caballero conoce el origen de las cruzadas, movimientos motivados por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, así como el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente. Si conoce el significado de lo que dice sobre las cruzadas está consciente de su pape de representante de la oligarquía, sino lo conoce, es un ignorante que no merece gobernar ni siquiera un condominio.

Lo cierto es que esta cruzada de la ultraderecha está llegando inevitablemente a una encrucijada que tiene hora, fecha y lugar. Lo único que salvaría al “flaco” de una aplastante derrota electoral este 14-A, sería un terremoto de 6.9 grados en la escala de Richter con epicentro en el centro de totalizaciones del CNE.

En esta recta final, el proceso revolucionario debe aceitar la maquinaria para la movilización |el 14-A, clave determinante en la victoria y multiplicar sus sensores desde todas las instancias de inteligencia del partido y del Estado para la detección de amenazas y posibles peligros de lo que pueda estar preparando la ultraderecha y sus dueños imperiales.

De alguna manera, hasta ahora no han logrado que caigamos en provocaciones, pero el imperio no descansa y algo debe estar tramando, la llegada de los mercenarios salvadoreños debe formar parte de esto, nadie puede aceptar con facilidad una tercera derrota en menos de seis meses y ello puede dejar espacios para la aventura.

Ninguna elección ha sido tan determinante para el imperio y sus lacayos criollos en estos 14 años, sobre todo porque estos apostaban a que la partida del Comandante Chávez representaba su ascenso fácil al poder político, consideración surgida de una lectura superficial que la derecha ha realizado de la realidad socio política del país.

Cualquier cuadro de la derecha medianamente ilustrado sabe que es imposible derrotar electoralmente a Maduro, el capital político y electoral perdido por la ultraderecha en dos batallas electorales consecutivas ( 7-O y 16-D), es irrecuperable en tan corto período de tiempo y mucho menos con un candidato tan débil, sin carisma, sin ideas y con muchas ambiciones; candidato que acumuló 6.591.304 votos el 7-O, la mayoría de los cuales fueron contra Chávez, no por Capriles, producto del odio inoculado a través de la mayoría de los medios de comunicación privados.

Ing.

lazaroroger@gmail.com


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Roger Lázaro


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