Astrolabio

Una gestión eficiente y socialista

En una disertación magistral de alto contenido político el gobernador Aristóbulo istúriz, expresó que su gestión tenía que ser Eficiente y Socialista, y propuso avanzar en los indicadores que puedan determinar esa dualidad.

Un gobierno que necesita, - hoy mucho más que ayer -, transitar por el camino del socialismo debe empezar por derrumbar, descontruir, el lo que Mezzaro, llama el metabolismo social del capitalismo e imponer otra lógica que enfrente la dominación hegemónica del globalismo, y dejar de lado los indicadores de gestión enfocados desde la fenomenología del valor de la producción.

Para derrotar la racionalidad de los instrumentos de medición capitalista es necesario estructurar nuevos indicadores a través de la experiencia práctica en las visitas a pueblos, caseríos, aldeas, barriadas, donde los valores expresen las carencias y las necesidades de los pobres y humildes, y tengan los callos de sus manos, las arrugas de su frente, los ojos asustadizos de los desvalidos, es decir el rostro de los sin rostro.

La pobreza con todas sus penurias tiene formas concretas en el mal estado de la dentadura de los pobladores, en el acné desproporcionado de los adolescentes humildes, en las enfermedades por falta de tratamiento preventivo, la pérdida de visión por cataratas, los pisos de barro, los ranchos con dormitorios comunes, la falta de agua, luz, cloacas, y un sinfín de elementos que terminan por afectar la auto estima.

La fórmula básica para crear indicadores de medición socialista, tiene que estar ligada indisolublemente a la potenciación de la propiedad social, a la creación de nuevas formas de organización comunitaria, al impacto concreto en el ámbito territorial de las zonas de pobreza, y a la distribución socialista de las riquezas que se generen de las asociaciones comunitarias.

Por ejemplo la construcción de un mercado pesquero en el tiempo estipulado, y con el uso apropiado de los recursos puede ser prueba de una gestión eficiente, pero será socialista si ese mercado es propiedad social, si garantiza el acceso al consumo de los pobres, un indicador para medirlo pude ser el impacto territorial que genera en las comunidades adyacentes, y la forma como las comunidades se organicen para distribuir e invertir parte de la utilidad obtenida en la venta.

Para avanzar en la búsqueda de nuevos indicadores es necesario estructurar espacios de planificación junto al pueblo, clarificar y determinar las zonas de exclusión, y sus necesidades industriales, crear pequeños espacios productivos que puedan desarrollar una economía local independiente del beneficio global de la renta petrolera.

Una gestión solo será socialista cuando los pobres reciban los beneficios, cuando se sientan respetados y tomados en cuenta, cuando puedan expresar sus carencias y discutirlas sin complejos, cuando se sientan libres como el pájaro, porque el socialismo es en el fondo un problema de espiritualidad.



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Luis Figuera


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