Este 17 de Diciembre, en la oportunidad de la inauguración del Mausoleo donde reposarán los restos del Padre de la Patria, Libertador Simón Bolívar, nos re-encontramos con la historia, se trata de una evidencia que pone de manifiesto las grandes contradicciones que hubo en la sociedad caraqueña de 1842 en relación a la repatriación de los restos de El Libertador.
A través de unas piezas musicales, que aparte de su valor historiográfico y musicológico, develan una situación inequívoca en relación a las verdaderas honras fúnebres a Bolívar aquel año.
Páez ejercía su segunda Presidencia en 1842 pero era visto como traidor a Bolívar, de ello se tienen pruebas documentales en las que, en muchos casos, no se nombra directamente a Páez (ni a Santander) pero es obvio que se refieren a ellos como traidores o “vendidos”.
En efecto, 15 años atrás, Páez se involucra en la llamada “Cosiata” que fue una reacción de Páez, entre otros, contra el poder que representaba el Libertador.
Pero el siempre Generoso Bolívar, en la búsqueda de la unidad, llega a Venezuela e indulta a todos los comprometidos en La Cosiata, por decreto del 1 de enero de 1827, y ratifica a Páez en el cargo de Jefe Superior Civil y Militar de Venezuela, y le da más poder.
Por su parte, Francisco de Paula Santander y José María Obando son los mejores representantes del poder político recientemente creado en Latinoamérica.
Santander crea el primer partido que tendrá fuerte ascendiente y predominio sobre la intelectualidad y la clase media (consiguiendo agrupar artesanos y comerciantes prósperos); logra también aglutinar, a un gran número de ricos afectados por la guerra de Independencia y que añoran los beneficios que detentaban en la época de la colonia. Algo parecido a el proceso de restauración de la Aristocracia durante la Francia Napoleónica.
Con Santander como estandarte, circularán personalidades entreguistas como los Miguel Peña, Antonio Leocadio Guzmán, José Antonio Páez, Francisco Soto, Vicente Azuero, Juan Manuel Arrubla, Florentino González, entre otros, todos ellos representantes ya de la incipiente vergüenza étnica que nos ha caracterizado y fervientes imitadores de todo lo importado o producido en Europa o los EE.UU.
Con ello se conformaron las dos grandes contraimágenes de las figuras del Libertador y Sucre. La contraimagen de Bolívar es Santander, la contraimagen de Sucre es Obando.
15 años después, ya en 1842, el Gobernante Páez, aparentemente ya seducido por la oligarquía criolla y ante el poderoso sentimiento de admiración y respeto que por Bolívar sentía la población y la intelectualidad (No quiero aquí entrar en la polémica de cierto discurso historiográfico venezolano, especialmente en el período 1830-1883 , cuya temática plantea el culto a los héroes o próceres de la patria, esto además quedó negado después de la investigación que realicé sobre la Canción Patriótica en Caracas entre 1814 y 1830), decidió repatriar los restos de Bolívar.
Páez necesitaba resarcir su imagen de traidor, ser visto como Bolívar, ser comparado con él y además, aparecer como el gran Humanista que hizo repatriar sus restos de Bolívar (restos que por demás sufrieron una accidentada travesía en donde casi naufraga el barco que los traía)
En fin, el 17 de diciembre de 1842, una vez subidos los restos del Héroe Americano, después de un impresionante protocolo de recibimiento en la Guaira (80 cañonazos mientras descendían del barco, 40 desde la gragata y 40 desde la plaza en tierra; luego, un cañonazo por hora mientras estaba en capilla ardiente en la Iglesia de la Guaira), Páez escenificó en Caracas una puesta en escena en la Iglesia de San Francisco
Este acto fue reseñado por Fermín Toro (quien había sido comisionado por el mismo gobierno para realizar una sucinta relación de estas Honras Fúnebres “oficiales”) como unas honras fastuosas en donde se tocó además el "Réquiem de Mozart".
¿Y era que no habían músicos compositores como para estar a la altura de este protocolo?, claro que si los había, pero Páez seguramente recibió la asesoría de cierta clase intelectual y política que siempre ha considerado lo nacional como inferior en relación a lo proveniente de los centros mundiales del poder, o sencillamente, de los constructores del tributo a los valores de la dependencia (cualquier semejanza con la actualidad política venezolana, es pura coincidencia).
He dicho que el acto liderizado por Páez el 17 de diciembre de 1842 fue una puesta en escena porque a todas luces, no se tenía preparado el protocolo para tan importante acto.
Un documento manuscrito (encontrado en la Biblioteca Nacional, tiene fecha de 11 de diciembre de 1842 Para las Exequias de nuestro Libertador Simón Bolívar , De J.M Montero (además de la Vigilia y Misa de Réquiem de Atanasio Bello) y dada la complejidad de las piezas y el enorme trabajo que suponía su realización (El papel pautado no existía en Venezuela y había que prepararlo haciendo copias manuscritas para TODOS Y CADA UNO DE LOS MÚSICOS) no podemos pensar que fueron escritas de manera espontánea por estos maestros, que además, conocieron a Bolívar.
La Vigilia y las tres lecciones de difunto de Atanasio Bello, tienen fecha de diciembre de 1842, obra de gran complejidad que difícilmente podría haberse llevado a feliz término a la ligera.
Pero Páez quería que su “puesta en escena” coincidiera con la fecha real de fallecimiento del Libertador en Santa Marta (Colombia), de manera que, aún cuando no estaba listo el Panteón en la Catedral de Caracas (lugar en donde descansarían sus restos), decidió hacer las Honras Fúnebres en la Iglesia de San Francisco que era en donde estaban depositados mientras se terminaba la capilla de la Catedral
En su acto (en donde fue el orador principal), hizo tocar el Réquiem del Austríaco, que además, era la misma obra con la que se habían honrado a los altos jerarcas del imperio español y a militares realistas muertos en la guerra de Independencia durante los años en que Caracas regresó al dominio de la corona española (1814-1821).
Seis días después, se realizaron otras honras fúnebres (reseñadas discretamente en la prensa de la época), en la catedral de Caracas, lugar a donde se habían trasladado los restos mortales de nuestro Libertador el 23 de Diciembre de 1842 en horas de la mañana.
Quienes en vida de Bolívar fueron sus hombres fieles, participaron de esta actividad donde se presentaron un conjunto de obras de Atanasio Bello y de José Lorenzo Montero (además de las que se escribieron para el resto del protocolo de bienvenida).
Atanasio Bello contaba 23 años de edad cuando en 1823 escribió con entusiasmo y alegría una canción patriótica para el cumpleaños de su Héroe...Bolívar ...Simón.
¡Salud a Simón!. Constante y Glorioso.
Padre Generoso de Nuestra Nación.
No es la Adulación, de la Esclavitud
Sino la Oblación de la Gratitud
Que al grande Hacedor hoy le tributamos
Cuando celebramos al Libertador
Diez y nueve años después, le tocaría escribirle de nuevo, pero esta vez con dolor y pesar.
Hoy, en Diciembre de 2012, 170 años después de estos hechos, nos presentan una obra arquitectónica diseñada y construida especialmente para servir de última morada a los restos de El Libertador, en donde descansará en nuevo féretro diseñado por el artista plástico y combatiente revolucionario Paul del Río.
Hace cuatro años, tuve el honor de rehacer la música que dedicaron nuestros Pardos Patriotas para sus Exequias u Honras Fúnebres, esta vez no el 23 de Diciembre, sino el mismo 17, en PDVSA La Estancia a las 7.00 pm.
Ese acto de rehabilitación patrimonial y reivindicación de la memoria de Bolívar fue posible gracias al apoyo, o más bien, tutelaje de esa Institución del Estado.
A manera de Arqueología del pensamiento y reconstruyendo partituras y realidades contextuales, presentamos en ese recinto el siguiente Protocolo:
1.-Segunda Lección de difunto de José M .Montero."Para las Exequias de nuestro Libertador Simón Bolívar" fechada el 11 de diciembre de 1842.
2.-Vigilia y tres Lecciones de Difunto. de Atanasio Bello."Para los Funerales del Excmo. Sr. Libertador de Colombia. Diciembre de 1842.
3.-Kyrie, Sanctus y Agnus Dei. De la misa de Atanasio Bello. (sin fecha pero de acuerdo con el estilo, pertenece al período 1827-1835 aprox.)
Las piezas 1 y 2 tenían 166 años de no ejecutarse y han sido restauradas por quien suscribe junto con la misa, cuyos documentos nos fueron cedidos por la Fundación Vicente Emilo Sojo después de una larga cadena de trámites.
Al calor de las investigaciones que he realizado durante estos años, hay otras composiciones musicales destinadas a el protocolo de ese año de 1842 en los actos de calle.
Por desconocimiento de la historia y la falta de interés en nuestros compositores, se ha venido haciendo un protocolo que ha incluido hasta piezas europeas (en el mejor de los casos, se ha incluido también a Teresa Carreño, con su himno a Bolívar) , inclusive en años anteriores, se volvió a hacer el Réquiem de Mozart, por los mismos protagonistas que siguen rindiendo tributo a los valores de la dependencia cultural.
¡Viva Bolívar!
¡Salud y larga vida para el Presidente Chávez!
¡Viva Venezuela!
SALUD!!!
diegosilvasilva@cantv.net
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