Biopolimerocidios, ¡ya basta!

Parada frente al espejo ella se miraba de medio lado y se daba la vuelta. Se dibujaba en su mente un pompis mas redondo, unos senos mas grandes, unos labios más libidinosos. Su mente estaba atrapada en su figura, era su mejor manera de sentirse mejor consigo misma.

Reunía mes a mes sus quincenas en el banco, y se miraba al espejo y miraba el calendario. Que felicidad sentía esta joven ya hermosa, como la vi en la foto.

Todo estaba casi listo, faltaba terminar de conseguir el dinero que la haría más bella y atractiva, su corazón latía con la emoción que la juventud impone en su sangre, se imaginaba las miradas disfrutando su hermosura, su seguridad en sentirse aceptada en esta sociedad de muñecas.

Amaneció y preparó todo para ir a esa casa extraña donde la habían atrapado con la mortal oferta, no importaba, solo importaba estar mas buena.

Había oído y leído que otras acababan de fallecer, pero eso no le pasaría a ella, joven, bella, nooo!, eras imposible que pasara algo malo.

Fue y las manos perversas tomaron su dinero en esa casa sucia y escondida, la desnudaron y la anestesiaron.. le colocaron las agujas que le inyectaron polímeros en sus gluteos.

Llegó a casa medio anestesiada aun y algo le decía en su interior que no se sentía bien. Llamó a su madre o a su padre, a su novio, ¿Quién sabe?

No podía respirar bien, ni pudo apenas pararse de nuevo frente al espejo de sus sueños para disfrutar su nuevo trasero. No pudo.

La llevaron a la clínica y cada vez empeoraba y se desdibujaba su dulce sonrisa . El miedo comenzaba a fluir por su sangre asombrada. El espanto de la muerte se le fue acercando irremediablemente. Falleció en la mañana del siguiente día.

Asesinada por las manos de brujos malditos, por las ilusiones vendidas en las telenovelas, por la mercancía en la que le pedía la sociedad de consumo que se convirtiera.

Solo la vi, en la reseña fatal, pero esa sonrisa se me quedó grabada, esa linda cara tan llena de vida me hizo llorar al saber su trágico destino.

¡Ya basta! Basta de permitir más esta sociedad de mierda que nos domina y nos hace caminar con nuestros pies al cementerio. Basta no solo de crueles médicos usureros y ladrones a quienes les importa un carajo la vida, basta de permitir que las sigan engañando y llevándolas al patíbulo estético.

¡No niñas o niños, mis jóvenes de esta patria amada!. Ya paren de ser engañados que no los queremos muertos. Aprendan a amarse como son que son hermosas y hermosos, nada los podrá hacer más bellos que la vida, que el crecimiento de sus espíritus, de sus conocimientos, de su autoestima. No solo somos la fachada, el estuche, el cuerpo. La belleza va por dentro!!!

¡Ámate como eres, no pagues para morir como ella, como tantas!


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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