Militares candidatos

El alcalde derechista Antonio Ledezma declaró que el hecho de que la mitad de los candidatos "oficialistas" a las gobernaciones sean militares, significa "que van a una guerra para destruir a las gobernaciones porque no tienen querencia con los estados". Aquí se ve claramente la cola de la manipulación. Según Ledezma, los candidatos que forman parte de la Fuerza Armada van a la guerra porque son militares. Para este contrarrevolucionario, los militares solo sirven para la guerra. Es una cosa como el racismo: eres bruto porque eres negro.

Los oficiales venezolanos suelen ser gente bien formada, unos cuantos poseen títulos universitarios. Son además venezolanos con todos los derechos, una vez en situación de retiro pueden desempeñar cualquier actividad que ejerzan los civiles. Un militar puede ser presidente, como Chávez, ministro, gobernador, alcalde, jede de un hospital, rector de una universidad, taxista, conserje, puede hace cualquier cosa como lo garantiza la Constitución. Y ahí está el quid del asunto: el militar es un ciudadano más, que cumple funciones específicas de su carrera, mientras la ejerce, así como otras funciones que contribuyan al bien del país.

Precisamente, estos figurones de la Cuarta República son responsables de que los militares en Venezuela se convirtieran en especie de eunucos dedicados al cuidado del palacio de la burguesía, con harén y todo. Cuidaban a los burgueses individualmente y también a su sistema opresor.

Los que éramos adultos en la segunda mitad del siglo XX recordamos nítidamente la imagen de nuestros militares en esos años. No solo aparecían distantes de los demás ciudadanos, sino además eran percibidos como una amenaza o al menos con incómoda reserva. Si había una fiesta popular y aparecía un militar, hasta el aire cambiaba y se ponía pesado. El militar venezolano era vinculado por el pueblo con la represión, con la muerte, con la dictadura. No era gente de fiar. Pero el señor Ledezma nunca se mostro molesto con esa realidad cuando era un adeco de siete suelas (como todavía lo es, aunque lo esconda bajo otras siglas). Ese era el tipo de militar que ellos querían. Fueron esos mismos politiqueros quienes usaron más de una vez a los militares para masacrar al pueblo.

Esa ominosa realidad ha cambiado diametralmente con la Revolución Bolivariana. Ahora el militar es un personaje familiar, cercano, que es visto como a cualquiera de nosotros, ahora no se le teme sino que se le respeta, por el importante papel que nuestros militares han tenido en la redención social del pueblo. Recordemos que la primera gran misión de la Revolución, aunque no llevase ese nombre, fue el Plan Bolívar 2000. Por primera vez los militares se lanzaron a la calle no a reprimir, sino a ayudar al pueblo.

Significativamente, el Plan Bolívar 2000 fue lanzado por Chávez el 27 de febrero de 1999, en el 10° aniversario de la masacre que las Fuerzas Armadas de la burguesía realizaron contra el pueblo alzado contra las medidas fondomonetaristas que asumió Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato. Ese día de 1999, 40.000 soldados venezolanos se hicieron a las calles para contribuir con las primeras medidas de emergencia social que decretó el gobierno revolucionario. Se abocaron a tareas de vacunación masiva, distribución de alimentos, actividades educativas. En una entrevista de octubre del año 2002, Chávez habló así del Plan Bolívar 2000: "Mi orden fue: 'Vayan casa por casa peinando el terreno. El enemigo. ¿Quién es el enemigo? El hambre  Y comenzó el 27 de febrero de 1999, diez años después del Caracazo, como una forma de reivindicar a los militares, incluso utilicé el contraste y dije: 'Hace diez años salimos a masacrar al pueblo, ahora lo vamos a llenar de amor. Vayan a peinar el terreno, busquen la miseria. El enemigo es la muerte. Vamos a llenarlos de ráfagas de vida en lugar de disparos de muerte' Y, en verdad, la respuesta fue muy bonita. Mientras nosotros, los políticos, estábamos comprometidos en la batalla política, 40.000 soldados estaban en una campaña para atender la salud del pueblo, abriendo caminos con equipos de ingeniería militar, llevando personal en aviones militares a las zonas más pobres".

En realidad, la separación de los guerreros del resto de la sociedad es un producto de la división de clases, cuando los guerreros se transformaron de defensores de sus pueblos en represores de los mismos. En las sociedades originarias el rol de guerrero era asignado, en algún momento de sus vidas, sobre todo en el período de plenitud física, a todos los hombres del grupo social, de manera que no formaban parte de alguna institución diferenciada de las demás. Es claro, pues, que la institución del Ejército, tal como la hemos conocido, es un producto de la división de la sociedad en clases sociales. En la medida en que esa división se vaya superando, los militares volverán a ser una parte natural de la sociedad, y no un cuerpo extraño a ella. Por supuesto, que el gran deseo es que al final, de aquí a varios siglos, desemboquemos en un tipo de sociedad donde no haya guerras, y por lo tanto no sean necesarios ni las armas ni los militares. Esto puede parecer utópico, pero ya se sabe que en la naturaleza ocurren los cambios más inimaginables ¿por qué no puede ser así en la sociedad humana?

La nueva relación cívico-militar es un signo de estos tiempos de cambio. Los candidatos a gobernadores de la Revolución provenientes de las filas militares, van a esa nueva lucha con el mismo espíritu del Plan Bolívar 2000. Es eso lo que resiente gente como Antonio Ledezma. Por eso hay que apoyarlos sin asomo de duda.

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Néstor Francia


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