Vamos hacia las elecciones de gobernadores y consejos legislativos (¿hasta cuando esos mamotretos?) y ya los directivos del partido comienzan a ejecutar las mal llamadas estrategias de campaña, que no son otra cosa que tácticas electoreras. En los sitios designados para que se establezcan puntos rojos gigantescas cornetas atruenan el ambiente con los jingles de la campaña del Presidente Chávez mientras que sudorosos muchachos intentan convencer a apáticos conductores de que permitan pegarles fotografías del candidato a gobernador en sus vehículos. Los postes del tendido eléctrico están literalmente tapizados de sonrientes fotografías de los candidatos de uno y otro bando; el secretario general anuncia que para tal o cual día habrá una concentración en determinado punto y que la inasistencia será catalogada como falta muy grave (no sé porqué la frase “compañeros! Esta batalla es decisiva!” me suena repetitiva y hueca. De inmediato anuncia que el mismo estará supervisando quienes asistan y quienes no. Llegan las franelas y gorras, pintadas esta vez con frases y eslóganes alusivos al candidato regional y en la fría acogida de la gente uno percibe cuanta verdad hay en eso de que “Chávez es pueblo”. Sin la presencia y protagonismo directo del Comandante las frases y consignas lucen huecas y vacías. Se anuncia la visita de algún candidato al consejo legislativo del estado, algunas voces preguntan ¿ese quién es? ¿Cuándo y cómo fue escogido? Hay un silencio embarazoso y rápidamente el secretario general cambia de tema. Cuando insisto en traer a colación el hecho de que estas prácticas son contrarias al poder popular y a la construcción y desarrollo de una conciencia política el comisario político (con reminiscencias a Pancho Villa) me recuerda que “no se le puede dar armas al enemigo”, “que algún día esas cosas se discutirán con calma”, “este no es el momento para discutir esas cosas” y ya con franco tono de amenaza concluye con un “camarada, usted habla como un infiltrado!”.
Los candidatos a gobernadores, casi todos provenientes del círculo que rodea al Presidente Chávez en caracas, se presentan en los respectivos estados haciendo protestas de su unión, apego y su conocimiento de la realidad del mismo, esto a pesar de que en muchos años no se les había visto en estos pueblos, comunidades y barrios; ahora llegan para “patear” estas zonas o para hacer “caminatas” que a lo sumo cubren 3 o 4 cuadras, las necesarias para las respectivas fotos y reportajes; entregan algunas viviendas deteniéndose en esto el tiempo justo para que el fotógrafo de campaña inmortalicen la escena al lado de la agradecida señora y los descamisados barrigoncitos; luego viene la reunión con la prensa a la que poca gente de pueblo es invitada o incluso autorizada a asistir; el candidato en el centro de una mesa o tarima, flanqueado por el alcalde de la zona y por el secretario general del partido, se desfoga discurseando para los medios sobre socialismo, democracia participativa y protagónica y crítica y autocrítica, al tiempo que machaconamente insiste en recordar que el Presidente Chávez fue claro y enfático en sentenciar que “votar por él es votar por Chávez”!
Salgo del lugar y camino entre la multitud de camionetas 4X4 último modelo pertenecientes al candidato, su séquito y la escolta de contratistas que como una sombra lo siguen a todas partes y no puedo dejar de recordar los tiempos aquellos del CEN de AD, del Comité Nacional de copei y los gobernadores que nos enviaban.
Joelsanp02@yahoo.com
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