Soñé que el PSUV era un partido revolucionario

 Así es, amigo lector; en mi sueño me vi militando en un partido donde toda la dirigencia, en sus distintos niveles, la elegía la militancia y esa dirigencia no formaba parte del gobierno; lo que evitaba que el partido tuviera actividad política sólo en períodos electorales y además permitía que el partido pudiera hacer la necesaria crítica a la gestión de gobierno nacional, regional o local, como método eficaz de mantener a los gobernantes revolucionarios a tono con las necesidades del pueblo y con los fines de la Revolución Bolivariana. En ese sueño, era el partido quien mantenía informados al presidente, al gobernador y al alcalde revolucionario, del desarrollo de los planes de gobierno, por lo que nuestros gobernantes no necesitaban crear ningún organismo para ello, ya que el partido era el principal interesado en que sus cuadros gobernantes, tuviesen éxito en sus respectivas gestiones.

Ese partido se preocupaba por la formación política e ideológica de sus militantes, promoviendo constantemente el debate político, para el análisis nacional e internacional en todas las reuniones del partido, a todos los niveles (nacional, regional y municipal); además creaba escuelas de cuadros y círculos de estudio de formación ideológica y mantenía un trabajo político permanente en las comunidades, participando en movimientos sociales como organizaciones deportivas, culturales, de producción; organizando al pueblo en consejos comunales, comunas y todo tipo de organización que coadyuvara con los fines de nuestros gobiernos revolucionarios.

En ese partido, como trabajaba permanentemente con la militancia y con el pueblo, tenía tiempo para seleccionar y elegir a los cuadros que optarían a cargos de elección popular, a través de métodos democráticos y basados en el trabajo del militante, así como también, en su desarrollo político, ideológico, incluso académico y de su convicción revolucionaria.

Por supuesto, con un partido verdaderamente revolucionario como ese nuestros gobiernos revolucionarios se fortalecían enormemente y la oposición perdía espacio cada día más en todos los estratos de la sociedad venezolana.

Soñar no cuesta nada, sobre todo para los que tenemos toda nuestra vida soñando con un mundo más justo y amable. Pero quienes hemos soñado tanto, también sabemos que los sueños se hacen realidad. Luchemos por esos sueños, que el universo conspirará para que lo logremos.

 

¡Hasta La Victoria Siempre!

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Juan Carlos Valdez G.


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