Ser Chavista

Va siendo tiempo ya, de una aguda y objetiva revisión del sentido que tiene el “Ser cahvista”. Una Nueva forma de ver el chavismo, porque actualmente si se consideran todas las versiones o modalidades sobre este “Ser Chavista”, se concluye en una larga lista o inventario que poco aporta al proceso, porque van desde los grupos que viven del chavismo hasta los grupos que sufren el chavismo. “Sufrir el Chavismo”, es sentir que las ideas y los proyectos básicos del proyecto no avanzan con la rapidez que se desea.

No sugiero un diccionario al estilo tradicional. Más bien, creo que es necesario pasarse o saltarse las formas institucionales y colocar las tildes en sus respectivos sitios. La variedad cubre un amplio espectro. Están los chavistas que viven a Chávez. Esta variedad de chavista abunda y su campo natural de desarrollo son fundamentalmente las alcaldías y cargos medio burocráticos, sitios en los cuales han encontrado un espacio o refugio ideal para reproducirse y mantenerse. Esta forma de “ser chavista” y el espacio que utilizan para mantenerse, viene constituyéndose en una especie de desaguadero para que otra variedad de chavista, probablemente los más identificados con Chávez –Chavista de corazón-, encuentren una manera de angustiarse o desencantarse del proceso.

Este grupo que califico o identifico como “Chavistas de Corazón” y que es el mas abundante, siente angustia al ver las incompetencias de estos alcaldes, alcaldesas y burocracia media. Sienten que estas prácticas contribuyen a una pérdida de espacio del proyecto. Se animan cuando el líder hace un reclamo pero este tipo de chavista extremadamente Light que identificamos como “chavista que viven a Chávez”, siguen actuando mal porque saben que no hay ningún control sobre este tipo de gobierno y tienen suficiente tiempo para vivir de Chávez. Generan en torno suyo, una suerte de plantas que se nutren del tronco alcaldía-punto burocrático y por esa vía se mantienen viviendo de Chávez.

Se observa también otra tipología o variedad muy conocida, en la cual caben los que no se denominan pero se identifican como “Chavistas sin Chávez”. Tiene cierto parentesco o familiaridad con la primera variedad, pero lógica y políticamente tienen sus diferencias, que logran determinarse en la manera cómo utilizan el recurso de “ser chavista”. La primera variedad cree necesario dejarse ver y sentirse como chavista. Chávez es una necesidad para ellos. Esta otra variedad de “Chavista sin Chávez”, a diferencia de la primera, trabaja con la relatividad del tiempo y según esta concepción, parten de la idea, según la cual, habrá o debería haber un tiempo que Chávez no haga falta. Es un poco, una posible manera de ser peronista sin ponerle atención a la esencia del pensamiento Perón.

Ambos grupos tienen sus diferencias, que corre a partir del uso o utilidad que les ofrece Chávez, pero tienen igualmente un denominador común que los ha identificado. Si su plan de permanencia dentro del PSUV o Chavismo, es abortado por no lograr una chamba importante, que es una de las cosas que los sostiene dentro del proceso, tienen la percepción clara que desde la derecha los esperan para utilizarse. Revisemos la historia reciente y notaran que este hecho suele ser una verdad casi absoluta y somos de la idea, que este tipo de verdad no abunda. Todos los ex chavistas de hoy, una vez culminada sus pasantías por el MVR y PSUV, terminaron siendo muy idénticos y la permanencia dentro de las organizaciones de la derecha ha estado muy determinada por la manera de “ser chavista”.

@CaludioElcuaco

Dominguezclaudio15@gmail.com



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Claudio Domínguez


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