La campaña de la oposición no deja de sorprenderme. Algunas veces pienso que es dirigida por mitómanos de profesión.
Puedo entender que un comando de campaña diga que las cosas van bien o
que, incluso, en medio de un pseudo optismismo afirme que el candidato
opositor está cerca de Chávez en los sondeos de opinión, o hasta que hay
un empate técnico. Pero aquí la cosa es mucho más grave: esta semana la
oposición sacó de su sombrero de mago unas encuestadoras de poca monta,
que aseguran que el candidato de la derecha superó a Chávez.
Pero ahí no se detiene la campaña mitómana del comando de derecha. Hace
pocos días le hicieron decir al candidato títere que a él no le importan
las encuestas, pues tiene la calle. Si a todos los venezolanos nos
costaba creer en las empresas fantasmas que dan ganador a Capriles, eso
de que “la calle es suya” nos hizo reír a carcajadas.
Todos hemos visto actos públicos de la oposición que, cierto, no son
desdeñables, pero no son siquiera comparables a las manifestaciones
multitudinarias del pueblo. No se puede tapar el sol con un artículo de
El Nacional o un programa de Globovisión.
Pero el colmo de los colmos pasó este fin de semana cuando crearon una
nueva campaña mitómana, según la cual Capriles tiene más seguidores en
Twitter que Chávez. Aunque usted no lo crea, como por arte de magia, los
más de 3 millones 300 mil seguidores de la cuenta @chavezcandanga son
mucho menos que el millón cien mil que sigue la cuenta @hcapriles.
Claro, esta práctica mitómana no es inédita en los opositores
venezolanos: aunque siempre están perdiendo en la realidad, van ganando
en el mundo de la fantasía donde viven, y quieren hacer vivir, a través
de sus medios privados, a una minoría.
Si tuviéramos que creer a la oposición cada vez que dice que alguien
será presidente, tuviéramos que haberle creído a María Corina Machado
cuando (antes de las primarias) le dijo a Chávez que la banda
presidencial la llevaría una mujer, o a Leopoldo López, quien aseguró,
por la fecha de la inhabilitación administrativa, que Chávez tenía miedo
porque él (Leopoldo) sería el próximo Presidente.
En la cabeza de la oposición todos los “frijolitos”, ya antes de las
elecciones, eran Presidentes de la República, y recuerdo que hasta los
han llamado “señor Presidente”. La paradoja es que hoy todos están
olvidados por la historia. Me pregunto, ¿Por qué Capriles sería la
excepción?
Miguel Ángel Pérez Pirela en Twitter: @maperezpirela