Capriles con o sin Uribe y la llavecita del futuro

Creemos que juntos podemos construir un mejor país y una mejor Venezuela: fue lo primero que dijo, Capriles, montado en una tarima en Caracas y, no se refería a Uribe, sino a las tres cuadras de gentes que tenía al frente que le bañaban sus ojos de alegría y, sin pensarlo dos veces, agregó: -una mejor Caracas, un mejor futuro -¿cómo? Se interrogó y respondió: -eso, lo sabemos y es lo que tenemos que hacer.

 -El futuro es nuestro –siguió diciendo: –y, la esperanza también, es decir, futuro y esperanza, esperanza y futuro son nuestro camino en este largo o, quizás corto peregrinaje en que andamos metidos en recorrer durante esta campaña la geografía nacional.

-Viviremos sin miedo -¡claro que viviremos sin miedo! El miedo es un subterfugio de los flojos y de los pobres también -enfatizó y, en algunos años, les diré, a todos desde arriba: -¡misión cumplida! Y ustedes felices y contentos con su futuro y conmigo.

-El camino existe, pero nosotros –ambos a la vez- lo cambiaremos, le torceremos el pescuezo del rumbo y ustedes los sentirán como se siente una ansiedad inesperada y, posiblemente como me sienten a mí que estoy frente a ustedes, lleno de esperanzas y cubierto de sol radiante que alumbrará permanentemente el camino que buscamos.

-Eso de homicidios, robos, atracos y secuestros, pertenece al pasado de catorce años de mal gobierno, porque eso antes no existía en Caracas ni en Venezuela tampoco y, yo como gobernador de Miranda: encendí el pebetero de la descontaminación ambiental y acabé de una vez con todos esos vicios de mala sociedad allá, lo que me da un rotundo aval político –como dice, Tulio Hernández que, me escogieran por mis habilidades intrínsecas- para alcanzar el futuro que se los entregaré con estas mismas manos, para borrar de una buena vez el saldo rojo en que nos hallamos y, que presenta a Caracas delante el mundo como la más violenta, pero conmigo eso cambiará sin retorno, pues tengo la facultad de decir lo que siento –motivo por el cual- necesito de la ayuda de Uribe, porque yo sé que Uribe como buen colombiano me será fiel en la frontera y, lo hará como él –sólo sabe hacerlo- sin entrada ni salida, pero lo hará, porque ése es hombre de palabra y sabe cómo hacerlo como lo hizo en Colombia como buen formador del paramilitarismo y narco complaciente-veterano que sabe usar sus contactos en esos menesteres extra lastimosos que ha dejado a Colombia sembrada de bases militares yanquis como acercamiento de países amigos, además contagió a ese país de sudor sangriento –necesario quizás-, ríos de lágrimas –ríos al fin- y muchos dólares del negocio de la droga -lo que está de moda- con muchas tumbas y miles de desplazados de colombianos por todo el mundo –necesario para desconcentrar la economía que daña al neoliberalismo.

-Y, retornando a lo nuestro: acá todos somos importantes y las promesas incumplidas serán cumplidas, aunque sea en retroceso con un buen retrovisor de paciencia.

-Cuando veo tanta gente junta –yo digo: -¡Oh, dios mío! Cómo no vamos a lograr abrir la puerta del futuro, para que toda esta gente entre –auque sea a bañarse de ansiedad sin lucro

-Sé que todos mis seguidores: tienen la llavecita como llave maestra, así que pónganla en el orificio de la cerradura y ábranle la puerta del futuro a Venezuela que lo está necesitando, ahora más que nunca y que haga posible que la oligarquía y el imperio regresen de nuevo a disfrutar de lo que tienen derechos consagrados por las leyes universales que nos corresponde respetar.

-¿Qué les puede ofrecer este gobierno?: Nada. Ya el piche tiene el brazo cansado y la cháchara no da más. –En cambio yo, les ofrezco: el futuro.

-Yo y, sólo yo, tengo la llave del futuro, porque el que piensa tiene la libertad de soñar y, yo sueño, despierto y abro los ojos y sigo soñando con el futuro.

-¿Y, qué sería de ustedes sin mí y sin el futuro? –piénsenlo y se darán cuenta de la gran contradicción en que nos metemos, al no tener el futuro.

-Quiero agradecerle a los grandes líderes de la oposición acá presentes, pero en particular a Antonio Ledezma, Ismael García, Julio Borges, por haber recogido tanta gente y traérmela a mi presencia para enseñarles a abrir la puerta del futuro que lo tenemos ahí mismito a cuadras y, el que no quiera el futuro que se baje rápidamente del autobús del progreso y, se vaya a coger colita para el otro lado a vivir de promesas incumplidas y de casas por fabricar en el aire que se van volando como las de Alí Primera.

 -Los necios siempre se la pasan viendo para abajo en vez de ver para arriba hacia el infinito que, es donde están las puertas del futuro y, como tal se quedan mordiendo el polvo de la tierra, por no abrazarse a nosotros que tenemos la voluntad de acercarlos y abrirle la puerta grande en que esperanza y sueños se juntan de las manos y, las alas del alma con futuro.

 -¡Los que quiera futuro –firme conmigo-¡ Para que vean de lo que somos capaces con nuestras propias manos y con la orientación del sentido común que es tan común como el suyo y, a todos nos sacará fuera de la tentación del mal y, yo como buen armonizador y excelente dirigente y, seguidor de las explícitas profecías de mis dos grandes filósofos políticos como lo son Ramos Allup y Ramón Guillermo Aveledo que, me han dado la fuente de la inteligencia a mi pensamiento de arropar el consenso y, por ello: seremos la llave de la cerradura que nos llevará al futuro.

 -Jamás olviden que el futuro como tal nos pertenece, porque somos más audaces y será a petición mía que Uribe velará internacionalmente a que nuestra elección como candidato de la oposición se respete cualquiera el resultado.

 -Y, dentro de algunos meses Caracas será la puerta grande del futuro.

 Aplausos y más nada.



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Esteban Rojas


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