Corina, esa chica plástica

Noticia de primera plana en casi todos los diarios nacionales, la foto de
la chica de plástico dándole la mano a Bush. No fue noticia para esa
prensa, los más de 20 mil bachilleres graduados por la Misión Ribas. Eso
no vale nada para El Nacional o El Universal. Pero la cosa es seria, la
derecha está dividida y la reacción ante la propuesta de candidato de
Primero Justicia no se ha hecho esperar: la CIA quiere una candidata de
¨consenso y de confianza¨ al estilo de Violeta Chamorro (de Nicaragua) o
de Mireya Moscoso (de Panamá). La SIP ha sido pieza clave para impulsar a
esta flaca, semi-reina de belleza, por cuanto que en cónclave propuesto
por Gustavo Cisneros, ella reúne las excepcionales condiciones para
promover una verdadera democracia en Venezuela con amplia respetabilidad
hacia los derechos humanos y hacia las empresas privadas y le va a
imprimir una gran confianza a las inversiones extranjeras. Además, todo
ese dinero de más de 27 millones de dólares entregados por la NED a SUMATE
y a otras organizaciones, no se pueden perder. El informe de la CIA sobre
Julio Borges es escueto y brutal: ¨No sirve, es bobo, y nada tiene que
buscar frente a Chávez; en cambio María Corina es esbelta, serena, bonita
y con una espectacular cultura a lo norteamericano, es decir amante de la
libertad y del libre mercado¨.

Así que realmente es Bush lo único que le queda a la oposición venezolana.
Para los lacayos esa foto de ultra-titular de prensa, vale más que 200 mil
o 300 mil personas marchando por las calles de Caracas, y el titular que
coloca la pajarraca Patricia Poleo en su bazofia es más que
cursi-patético: ¨Por favor Bush, SUMATE¨.

De modo pues, que la oposición se cansó de marchar: guardó sus pitos,
charrascas, gorras y banderas. Ya no da un paso atrás ni mucho menos uno
adelante. Están petrificados y estáticos. Ya no gritan desgarradamente que
Chávez es un asesino, que se avecina el mar de la felicidad y que gimen
bajo una horrorosa dictadura. Ya no hay Trancazos ni Firmazos ni Catiazos.
Ni Fraudazo. Ni Reafirmazo. Ni Septiembres Negros ni Octubres Rojos (de
sangre). Ahora se dedican a masticar chicle, a comer helados y a pasear
por el Sambil y por los McDonals. Han dejado que los que marchen ahora
sean Bush, Roger Noriega, Otto Reich o Condoleeza Rice o Rumsfeld. Ya no
están tan empecinados en tomar calles, plaza y avenidas. Se les acabó el
¨fuego sagrado¨ tan rápidamente. Ya no suspiran por pronunciamientos
militares, porque desaparecieron del mapa los ¨héroes¨ como Rosendo,
González González, El Cuervo o Vásquez Velásquez, todo los que decían que
sus vidas peligraban horriblemente.

Ya El Nacional no muestra aquellos titulares a plena página: “Más de un
millón”, refiriéndose a cada marcha de la oposición. Cómo aguantaba aquel
papel. Cómo truqueaban las imágenes por televisión, ya se acabaron las
tomas a larga distancia, ahora le meten los lentes a los letreros, a las
pancartas y ya no muestran masas.

Y hay que tener en cuenta que los escuálidos jamás marcharon un día
domingo. No. Un día domingo para ellos era para dormir hasta las diez u
once de la mañana. Jamás hicieron como los chapistas que amanecían
amanecían en El Poliedro, luego de recorrer quinientos o mil kilómetros
durante toda la noche viniendo de los lugares más distantes del país. Eso
es mística, es conciencia, es por amor por lo que luchan. No señor, un
domingo para los escuálidos era para ir a la playa, para ver dibujos
animados o películas. Un domingo no es para caminar diez o quince
kilómetros bajo un sol ardiente, y tener al día siguiente que estar en los
puestos de trabajo fajándose duro. Mientras los revolucionarios salían a
pedir trabajo y más trabajo en una marcha de un día domingo, los
escuálidos iban a marchar un día jueves para pedir huelgas y paros, para
pedir que los cuarteles se alzaran, para que los empresarios se negaran a
invertir en el país y sacaran sus dólares: para que se negaran a producir,
para llamar al caos, a la vagancia, al desconcierto.

Contaban con miles de medios y no pudieron. Mil periódicos, cien canales,
millares de locutores y millares de palangristas, todas las cadenas y
corresponsales internacionales, montones de ricos comerciantes
comprándoles la conciencia a docenas de cobardes periodistas, segundo a
segundo, minuto a minuto, hora a hora, día a día con esa memez de echarle
pestes al gobierno por todo, y Chávez sereno sin perder el pulso.
Chávez no aparece un día y el país se vuelve loco preguntando por él, en
cambio ya nadie se acuerda de Carmona Estanga, de Miquilena, Carlos
Ortega, Timoteo Zambrano, Guaicaipuro Lameda, Rafael Marín, Alfredo Peña,
Américo Martín, Carmelo Lauría, Liliana Hernández, Carlos Fernández,
Molina Tamayo, William Dávila Barrios, de Marcel Granier, del Omar
Calderón de Enríque Mendoza, Salas Romer... De ese mar de sifrinos que
asediaron la Embajada de Cuba y que amenazaban con hacerle comer las
alfombras a los hermanos fidelistas.

Quién se acuerda de los bocones que acaparaban todos los programas de
televisión como el Rafael Poleo, el Napoleón Bravo, Ybéyise Pacheco, Marta
Colomina, Marianela Salazar.

Qué fue de aquel Enano de la Alcaldía Mayor que provocaba a Chávez,
diciéndole que se atreviera a intervenir a la PM. Se creyeron tan listos.
Eran tan inteligentes, otros tan meritócratas, tan geniales y preparados.
De todo aquello sólo quedan los reductos traidores y antipatrióticos de
esos equipos que manejan a sus antojos a la UCV, a la ULA, a LUZ.
Ya en el horizonte de tantas derrotas, retiradas, capitulaciones y
muertes, a la oposición no quedan sino la CIA, la SIP, Human Right Watch,
SUMATE, CTV, OEA, FAPUV y la NED, y de esa hez y de ese detritus está
alimentada Primero Justicia.

Ahora Primero Justicia no quiere hablar ni de golpes ni de golpistas, ni
de huelgas ni de huelgueros, de morcillas ni morcilludos, de gritones ni
de sopla truenos. Quieren hacerse los decentes. Quieren salir a abrazar
viejitas y a cargar niñitos pobres en los brazos para después
¨desintoxicarse¨ (como lo hacía Alicia de Caldera) con alcohol. Eso es lo
que queda del pasado. Ya no hay Coordinadora, ya no hay coordinación, ya
no queda sino que ir sin trucos ni trueques al combate electoral. Gracias
a Dios.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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