La política cultural que desarrolla el ministro Pedro Calzadilla no se diferencia en nada a la del INCIBA Y CONAC


El Ministerio del Poder Popular para la Cultura, es el ente público
encargado de estimular el desarrollo de la capacidad creadora de
quienes se encuentran en el área de la cultura, y de fomentar y
garantizar condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos
necesarios, dentro de una visión integradora que facilite el
desarrollo de una visión de cambio distinta que debe ir más allá de lo
superficial y de las concepciones que fueron impuestas a través de un
proceso de transculturización que deshumanizó nuestra memoria y que
conllevó a la instauración de modelos fosilizados, que sólo ha servido
para diseñar procesos que solamente han permitido su fortalecimiento,
que no permiten desentrañarlos y crear alternativas en función del
momento histórico que estamos viviendo.

En este sentido, hemos visto con mucho pesimismo como el Ministerio
del Poder Popular Para la Cultura se les olvidó que no existe su
presencia en las comunidades desde hace muchos años y que todavía no
ha creado un vínculo que le permita interactuar con los diferentes
imaginarios que interactúan en el mundo de la cultura, en el que se ha
lesionado la estabilidad de quienes deambulamos alrededor de sus
predios, en vista que se ha caracterizado por tener una conducta muy
personaliza que se caracteriza solamente por el desarrollo de las
empresas culturales y la industria de boulevard, lo cual ha conllevado
a crear una atmósfera negativa que incita al escepticismo e
intolerancia que pone en peligro la paz, la salud, la convivencia
pacífica que debe existir en el imaginario colectivo que integra la
cultura (se nota claramente que existen recursos para sus megas
proyectos, pero no para el desarrollo de las comunidades y cuando
existe…, se les exigen una cantidad inapropiada de requisitos
inter-institucionales que culminan en su no otorgación porque se hace
imposible su consecución)…, pero que hasta el momento se ha hecho
sentir como una Entidad Cultural aislada y con una marcada omisión, al
sentir de quienes nos encontramos en el área, puesto que dicho
organismos institucional se ha encargado de cultivar una acción
(nótese que solamente la Editorial el PERRO y LA RANA publican a
quienes se encuentran cercano del Poeta William Osuna y se veta a los
venezolanos que poseen una melanina negra, como fue el Caso de Juan
Veroes o si no los incluyen dentro una lista que se hace interminable,
donde hay un número grande de escritores que no se le han publicado
sus trabajos porque no pertenecen a su entorno elitesco) que sólo se
toma en cuenta proyecto como el Obelisco que se creó en la Plaza el
Venezolano de la Ciudad Capital de Caracas, el Encuentro Internacional
de Filosofía, la Feria Internacional del Libro, Encuentro
Internacional de la Danzas, Encuentro Internacional de Poesía,

Encuentro Internacional de la Salsa o la construcción y ampliación de
nuevas galerías museos que no justifican su inversión (véase el caso
de la Nueva Galería Nacional y el Museo Cruz Diez o el Museo Miquel
Otero Silva), lo que quiere decir, que solamente están interesados
solamente en el desarrollo de la empresas culturales y la Industria
de boulevard, puesto que detrás de este, se ha desarrollado una gran
maquinaria que implica la prestación de servicios para la realización
de una serie de eventos locales, nacionales e internacionales, es
decir que se deja a un lado, el desarrollo de las otras áreas de la
cultura (por ejemplo, se han olvidado del fomento y los estímulos a la
creación, la investigación y al desarrollo de la actividad artística y
cultural) para darle cabida a esta gran maquinaria económica, puesto
que ella deja grandes dividendos económicos para quienes usufructúan
su personalidad jurídica, como para quienes los contratan.

En este sentido notamos que el Ministro Pedro Calzadilla no ha
logrado cambiar la estructura que dejo el Arquitecto Farruco, por el
contrario la ha reafirmado y eso se puede notar porque no ha hecho
cambios a profundidad y el programa que actualmente desarrollo es el
mismo, el cual se ha venido caracterizando por:

I. Mantener una conducta excluyente, donde solamente predomina la
imposición del ejecútese y en el que no hemos visto preocupación
alguna por crear un estilo de participación que incorpore a los
diferentes entes que la integran (como la de las poblaciones negras
venezolanas) al proceso de toma de decisiones. Actitud que se
caracteriza por la arbitrariedad en aras de evitar la reflexión
crítica, la acción, la capacidad creativa y eso se puede notar en la
forma como remodeló su arquitectura funcional (donde prevalece el
criterio de la élite intelectual que siempre han rodeado el área de la
cultura en nuestro país que hoy son socialistas, pero que ayer fueron
liberales y que más de una vez, se sentaron a degustar sus buenos
vivo, buenas mujeres y buenos placeres, dejándose de lado, al poder
popular), en el perfil psicológico de sus autoridades (Véase el caso
de UNEARTE, la Decana le niega a los activadores de la Misión Sucre
que continúen estudiando en dichos espacios y ha sido tanto las trabas
impuestas, que han llegado al extremo de negarle el Título Superior de
Artes Plásticas, después de haber cumplido con todas las exigencias
académicas, como el de seguir estudiando para alcanzar el nivel de
Licenciado en Artes plástica y para ello inventaron un horario
nocturno. Esto quiere decir, que dicho Decanato de Artes Plástica se
burla de las decisiones tomadas por el Ejecutivo Nacional, en que se
deja entrever que parecieran estar recubiertos de un poder especial,
que los pone por encima de las decisiones establecidas por el
Ejecutivo Nacional, en el que se ve al Presidente de la Republica como
un pelele, uno más del montón que ellos pueden manejar a su antojo y
muestra de ello, es que el Programa de Formación de Grado de Artes
plásticas – Hijo de la Revolución Bolivariana- se encuentra desde hace
tres años paralizados y hasta el momento el Ministerio del Poder
Popular para la Educación Universitaria, Misión Sucre y el Ministerio
del Poder Popular para la Cultura no han hecho nada por cambiar la
actitud asumida por el Decanato que se encuentra establecido en sus
predios…, lo quiere decir, que no existe la voluntad de cambiar tal
actitud), posturas en lo personal que no permite definir con claridad
los límites de esa presencia que no permite concederle al estado un
papel decisivo y una presencia efectiva que lo caracterice como factor
de apoyo, estímulo y de principal gestor ante las demandas de
participación por parte de la ciudadanía que haga posible el
seguimiento y desarrollo autónomo de sus expresiones culturales
(principalmente de aquellas que desencadenan procesos, acciones y
matrices que actúen como punto de partida para desarrollos
espontáneos, demostrándose que los cambios efectuados responden a una
composición concepción cerrada que se caracteriza por una serie de
contenidos que niegan la proporcionalidad y armonía que debe de
existir en un espacio creador de paradigmas que se encuentra definido
para el desarrollo del proceso sociocultural, negándoseles ese derecho
de goce, disfrute y participación a las poblaciones que se encuentran
en circunstancia de fragilidad definida (principalmente las
originarias y aquellas que se caracterizan por poseer una melanina
negra, a la cual nos les han dirigido políticas, porque pareciera que
quienes tiene el derecho al goce, usufructo y disposición deja ver
claramente su posición de clase, que como dice el dicho popular ”POR
MAS QUE TE TOGONEES, SIEMPRE SE LE VE EL BOJOTE”), en vista que se
está vulnerando una serie de derechos y garantías que les competen,
puesto que la atención debe centrarse consesuadamente en resaltar los
elementos en común que permitan construir una Políticas Públicas en
función de la búsqueda del bien común y no para lesionar nuestros
derechos en la forma como lo está haciendo dicho Ministerio, que de
forma irresponsable y discriminatoria niega la posibilita de que se
estimulen procesos inéditos de innovaciones que permitan revitalizar
y enriquecer la vida social, los cuales se dan a la tarea de
desconocer su propios procedimientos.

II.Ampararse con una conducta omisiva ante lo que está sucediendo, sin
darse cuenta que su desconocimiento implica sanción, puesto que se
están vulnerando (además de existir arbitrariedad, desviaciones de
poder, usufructo personal y colectivo y errores cometidos en la
prestación de los mismos, en el que no se ha entendido que la cultura
es un servicio público y un Derecho Humano, un derecho de derecho,
legítimo, colectivo y difuso, en vista que no pueden seguir imponiendo
la postura que ven a los creadores e innovadores como sujetos
incapaces de pensar y discernir sobre el quehacer artístico…, lo cual
ha conllevado a que se imponga el imperio de la subestimación,
discriminación, dogmatismo, sectarismo, en el que el irrespeto a la
diferencia se transforman en barreras que nos consideran como
personas no capaces de construir nuestro propio destino (Percíbase el
caso del Decanato de UNEARTE, con respecto a los Vencedores de la
Misión Sucre y no existe poder en Venezuela que les ponga freno), no
entendiéndose que el derecho a la libertad de creación ha constituido
el principio rector y fundamental de la cultura y del imaginario que
deambula entre los matices que se desprenden del amasijo de pigmentos
que le ha dado a nuestro país ese sentido de pertinencia, en vista que
se ha convertido en un derecho fundamental del imaginario colectivo
que conforman la venezolanidad, la cual deben ser considerados en
condiciones de igualdad y proporcionalidad por quienes rigen las
Instituciones Culturales en nuestro país (Adviértase que el trato que
se le da al Movimiento Sinfónico Nacional e Internacional, no es el
mismo que se le da a otras instituciones culturales en condiciones de
igualdad), las cuales no gozan de una atención especial (como lo
sostiene el Art. 99 y 100 de la CRBV.) mediante una adecuada política
de estímulos consensuada, recurrente y oportuna que garantice su
permanencia, producción, conocimiento, uso, goce, disfrute y
disposición

III. Observamos que pareciera que al Ministerio del Poder Popular para
la Cultura se les olvidó profundizar los Lineamientos Generales que se
encuentran enmarcados en el Proyecto Nacional Simón Bolívar
(2.007-2011), el cual se orienta hacia la construcción del Socialismo
del Siglo XXI. Por ello, se nota que no existe la inquietud en
ahondar las raíces que conllevaran a la fusión de los valores y
principios de los más avanzados de las corrientes humanistas y en
resaltar la herencia histórica del pensamiento del libertador Simón
Bolívar, porque no están interesados en que se refleje de forma
expresa y escrita el nuevo Proyecto Ético Socialista Bolivariano que
parte de la constatación de una realidad cuyos rasgos se visualizan en
la confrontación entre un viejo sistema que no ha terminador de
fenecer (capitalismo) basado en el individualismo egoísta, en la
codicia personal y el afán de lucro desmedido y un nuevo sistema (el
Socialismo) que está naciendo y cuyos valores éticos promueven la
construcción de una nueva ética del hecho público, en donde se exhiba
una conducta moral donde el estado y sus Instituciones están llamados
a ser el espacio ético por excelencia (Esto representa que el estímulo
que han recibido ciertos sectores que no tienen nada que ver con la
venezolanidad, responde a una posición discriminatoria,
segregacionista, prejuiciosa, clasista, politiquera y violatoria de
nuestros derechos que se encuentran garantizados por la Constitución
Bolivariana por parte de quienes dirigen esa institución e irrumpe
contra la criollisidad).

IV. Por otro lado, quienes integran dicho organismo cultural, no ha
comprendido el papel que juega la cultura como política de Estado,
por lo tanto el enfoque que se le debe dar tiene que responder a la
necesidades de una gran cantidad de venezolanos que quieren y
necesitan continuar desarrollándose dentro un nivel que los conlleven
a construir un futuro mejor y digno. Ello implica poner el hecho
cultural (como política pública que debe satisfacer necesidades y
crear las base para la mayor suma de felicidad posible como lo plantea
el Proyecto Simón Bolívar) al servicio de las grandes mayorías para
que se apropien hoy del mañana que les pertenece, donde se debe
establecer un diálogo autentico, donde a la cultura se vea, como
instrumento transformador, fundamental para el desarrollo del
Socialismo del Siglo XXI que debe jugar el papel que le corresponde
dentro de la sociedad venezolana con el propósito desmontar y superar
las formas de dominación que se reproducen en la dinámica capitalista
liberal, para luego extenderla y ser permeable a esta práctica
liberadora. Pero notamos que no existe una política cultural que se
encause bajo estos parámetros, por el contrario se continúa
incentivando posturas ideológicas que se encuentran dentro de los
predios que acentúa el pos-colonialismo, no ha perdido su vigencia, lo
cual se puede notar en el carácter que se le imprime y en la filosofía
que se imponen en las diferentes escuelas de artes en el país.
V. Por otro lado, las actividades que desarrolla el Ministerio, no
fortalecen el momento histórico que estamos viviendo y no permite que
la población conciba la consolidación del nuevo ciudadano que se
quiere formar, porque pareciera que quienes están a la cabeza del
Ministerio del Poder Popular para la Cultura no están interesados en
crear las condiciones que permita ubicar nuestras utopía ante los
nuevos retos que forman parte del devenir cultural, porque se nota que
pareciera que no se quisiera revisar sus cimientos epistémicos que se
encuentra vagando dentro su ámbito, para no incluir otras corrientes
(Arte Negro, Caribeño, Árabe-Andaluz, Africano, etc.), lo cual
permitiría un mejor tratamiento y manejo de los factores en juego que
integran nuestra vida. En vista que el Ministerio se ha encargado de
poner un conjunto de trabas que demuestran que no tiene la intención
de impulsar procesos creativos e innovadores que conlleven a que su
energía se expande en función fortalecimiento del marco
intercultural, la convivencia pacífica y fundamentalmente (…) dentro
de un ambiente donde el Ideario Bolivariano y los conceptos de patria
se robustezcan.

Esto quiere decir, que han pasado doce años de gobierno y el
Ministerio del Poder Popular para La Cultura no ha cambiado su postura
(Percíbase qué imagen y semejanza, es la continuación de la Políticas
culturales Implementadas por el INCIBA y CONAC, done la única
diferencia es que este Ministerio ha manejado mucho más presupuestos
que los anteriores, pero ha sido poca su creatividad para crear una
política cultural que entronice con el imaginario colectivo venezolano
y no con el desarrollo de posturas que vienen a exacerbar la tópica de
ciertos venezolanos, latinoamericanos y gente del mundo, que tienen
culturas distintas y en el que se puede notar que muchas veces se
imponen ante la venezolana. Véase el ambiente que se percibe en el
Feria del Libro que hoy se realiza en el Teatro Teresa Carreño, donde
el gasto que se está haciendo es exorbitante y pudiera tener
justificación, pero en otro momento de madurez del proceso
bolivariano, lo cual no sucede cuando estas políticas se quieren
implementar en la comunidad, a las cuales se les niegan esas mismas
posibilidades, gastos y madurez en la estética), en el que no se ha
notado la misma disposición por parte del Ministro Calzadilla y sus
gestores por realizar otro tipo de política cultural que este en
consonancia con el planteamiento socialista que se encuentra plasmado
en el Proyecto Simón Bolívar (como le dan rienda suelta al desarrollo
de sus inquietudes personales y en el que ponen todo porque sus
utopías se concretice, aunque estas no están consonancia con la del
imaginario colectivo, porque el poder como los sostienen algunos,
permite que algunas cosas del súper ello se puedan bajar a la
realidad, aunque no con las mismas magnitudes que se producen en los
sueños, donde se encuentra los instintos desconocidos ), en el que el
interés se trasforme y convierta, en un cambio de actitud que conlleve
al desarrollo intelectual, espiritual y tecnológico de las grandes
mayorías que integran esta nación, tanto en lo personal, político,
cultural, ideológico y tecnológico, enmarcado dentro un proyecto de
nación que se ha definido por el Socialismo del Siglo XXI, que plantea
la integración regional y caribeña a partir de nuestra propia
historia, problemáticas, necesidades, exigencias y sueños, con la
intención de cambiar la lógica de la depredación, a la cual sentimos
que se le alimenta de manera sublimar, en el que no se le quiere dar
importancia a la cosas que lo ameritan y que son importante para el
enriquecimiento de este proceso, y eso lo podemos notar en la política
pública cultural que el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura
implementa (Nótese que el personal que elabora en el Ministerio del
poder Popular para la Cultura, como en los espacios de UNEARTE, se dan
a la tarea despotricar de manera grosera, pública y notoria en contra
del proceso bolivariano y darse a la tarea de imponer calificativos
impropios en contra del Presidente de la Republica, lo cual no
pareciera interesarles a los que tienen cargos de importancia) y es
por ello que se hacen la vista gorda y no se interesan por poner el
énfasis en fortalecer nuestra geografía espacial, si se considera que
éstas son los chispazos que deben contribuir a inducir profundas
innovaciones que permitan revitalizar y estimular nuestro aprendizaje
en función de unos contenidos que correspondan con el segmento de
tiempo que estamos viviendo, consustanciados con los valores de una
identidad nacional, caribeña y universal.

Esto representa que hay que ir más allá de lo establecido por dicho
Ministerio, porque sentimos que no está claro o bien precisado los
paradigmas epistemológicos que deben permitir ubicar la propuestas
culturales en base a la diversidad y las diferencias (por ello
Bolivia es un país pluricultural) que hasta el momento tiene carácter
de imperium para alcanzar la mayor suma de felicidad posible, donde no
se ha logrado superar las concepciones fosilizadas que se han hecho
predominante en el discurso y menos, en la práctica que se ejerce, lo
cual debe conllevar a que dichos cambios deben pretender el desarrollo
de las capacidades individuales y colectivas, transformándose en una
experiencia de aprendizaje enriquecedora, provocadora de la
modificación, consciente y autónomamente sobre la práctica, como de
las percepciones que actúa sobre nuestro roles y responsabilidades y
para ello se hace necesario, contar con lineamientos estratégicos
idóneos para enfrentar estos retos que se hacen visibles cuando se
ignoran las pequeñas cosas, los anónimos anhelos y los proyectos
mímales para seguir a paso apresurado, sin importarnos que
silenciosamente la perdida desvele nuestros sueños, al no darnos
cuenta que se encuentra en silencio para recordarnos que está allí,
porque para olvidar lo perdido, se hace necesario negarnos a
olvidarlo, amarlo en su desaparición, llorarlo en su ausencia,
desbordarnos en su irrecuperabilidad y alguna vez el tiempo nos
recordará la serenidad de su ida.

brunildeplcs@gmail.com


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