Una "piedrita" que parece un peñón contra la revolución bolivariana

Una de las justificaciones que tuvieron los militares golpistas chilenos, con el criminal Augusto Pinochet a la cabeza, para derrocar al presidente Salvador Allende, fue que el gobernante socialista era permisivo con grupos de extrema izquierda, particularmente con el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) chileno, al permitirles a sus militantes andar armados públicamente.

No pocos analistas de aquel histórico, y más aún, dramático momento, coinciden en señalar la no poca responsabilidad de esta organización en la maduración de las condiciones del putch fascista que sobrevino con su impronta de muerte y terror durante 16 años en el hermano país austral

Pues resulta que hoy y aquí en nuestro país, y cuando se aproxima el 4O aniversario del derrocamiento del "Chicho", como cariñosamente lo llamo su pueblo, cobra nuevamente notoriedad pública, gracias a una mediática de derecha y sus laboratorios de guerra sucia que no duermen, la acción tristemente célebre como todas las anteriores de otros similares suyos, de un auto denominado Colectivo “La Piedrita”.

También, como en las anteriores, esta nueva aparición de “La Piedrita” ha estado asociada a la presunta comisión por su parte de un hecho de violencia también nuevamente repudiable, si bien en esta ocasión se trató de una acción simbólica más que física.

Lo cierto es que vía redes sociales, y en páginas web como bbcmundo.com, circulan varias fotografías donde niños y niñas de la popular comunidad capitalina del 23 de Enero, fueron captados exhibiendo al menos un par de presuntos fusiles automáticos de alto poder en un supuesto acto de celebración de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez en esta misma fecha hace 53 años. Más grave aún, el hecho de que junto con estas imágenes también se ha difundido otra foto en la que presuntamente aparece en el mismo momento el diputado pesuvista por esta circunscripción electoral, Robert Sierra.

Ahora bien, hay detalles que no deben pasar desapercibidos sobre las apariciones públicas del llamado Colectivo “La Piedrita”, ni de otros similares suyos, como el “Colectivo Carapaicas” que, gracias a sus declaraciones a un periodista de un canal derechista español que logró contactarlos clandestinamente, tuvo sus “cinco minutos de gloria”, para luego ser mostrado en el reportaje audiovisual "Los guardianes de Chávez", a su vez retransmitido al mundo por el canal estadounidense de ultra derecha Fox New, y en el que se ufanaban de su condición de “guardianes civiles” , y peor aun: armados de la revolución bolivariana..

Corrían los días de la alta tensión entre Venezuela y Colombia por los supuestos vínculos del presidente Chávez, a través de sus “emisarios”, con las Farc. Señalamiento este supuestamente extraído de las supuestas súper computadoras indestructibles de su asesinado propietario, el comandante guerrillero Raúl Reyes; las mismas que la Corte de Justicia de Colombia ha desestimado como evidencia acusadora válida. Pero además, esa aparición de “Los Carapaicas” se daría justo en el marco de la campaña para la elección de la nueva Asamblea Nacional de septiembre de 2010.

A la luz de estos nada desestimables detalles, ¿no es a caso llamativo al menos que “La Piedrita” aparezca de nuevo con tan presunta como repudiable impostura, como la mostrada en esas imágenes de niños portando supuestas armas largas y de alto poder, no menos execrables? Y más grave aún: que aparezca justo cuando, por un lado, se anuncia desde el Ejecutivo Nacional la implementación de un plan de desarme al que se le ha dado el carácter de una Gran Misión Seguridad; y por el otro, cuando a decir de las encuestas, incluso para nada chavistas, la popularidad del presidente Hugo Chávez alcanza un 66 por ciento a tan sólo 9 meses de las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

Es valido entonces desde este punto de vista, especular sobre los posibles efectos perseguidos con la difusión de estas imágenes, en el entendido de que los responsables intelectuales pudiesen escudarse bajo el rótulo de "Colectivo la Piedrita", que es algo así como convertir a éste en un "falso positivo" al cual le endilgan todas las peores trapisondas, las mismas con que la mediática derechista nacional e imperialista vienen satanizando y criminalizando desde hace 13 años a los bolivarianos. Sin olvidar, claro está, que hay un largo historial en Latinoamérica de cómo fueron infiltrados –el presidente Chávez lo señaló en una ocasión- los grupos de extrema izquierda para ponerlos al servicio de la desestabilización contra gobiernos populares. No es difícil adivinar por quién, pero recordémoslo: por la CIA.

Se trata, pues, de una piedrita en el zapato para la revolución bolivariana que, con justeza, enarbola orgullosa su condición de pacífica y democrática; y que es de esperar no se le convierta en un peñón contra su avance y continuidad histórica. Ah, por supuesto, otra lectura a esta repudiable acción es que respondería, por lo visto, al desespero de la derecha nacional y del imperialismo yanki ante la inderrotabilidad electoral del máximo líder bolivariano.



*Miembrode la Coordinación Nacional del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).

mov.soc.mac@gmail.com


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Carlos Machado Villanueva*

Integrante del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC).

 mov.soc.mac@gmail.com

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