Por eso, Lucio es Lucio y Chávez es Chávez

La caída de Lucio Gutiérrez en Ecuador debe ser ejemplo para todo aquel presidente que, a pesar de asumir el poder con el voto popular, se olvida de su pueblo y corre a echarse en los brazos de Bush o del inquilino que esté de turno en Washington.

Aunque Lucio cuando triunfó en las elecciones en enero de 2003 y los analistas lo compararon con el presidente Hugo Chávez, enseguida dejó ver la costura. Sus declaraciones reseñadas en el diario El Nacional parecían mostrar el comportamiento de un niño travieso que se ensucia la ropa de chocolate y corre a informar a su progenitora el problema, pero levantando el dedito en busca de un culpable y entonces señala al niño de en frente y acusa : “fue él mami, fue él”, para evitar la reprimenda de esas madres implacables que castigan con toda severidad.

Refresquémonos la memoria con la nota de El Nacional. Cuando Gutiérrez ganó los comicios, este diario publicó en palabras de Chávez : “Los pueblos de este continente se levantan de nuevo contra las oligarquías, contra las campañas mediáticas, contra la mentira. Lo han llamado golpista, le han dicho de todo y ahí está el pueblo ecuatoriano votando por Lucio Gutiérrez”.

Chávez, dice la nota, expresó abiertamente su satisfacción por la elección de Gutiérrez como gobernante ecuatoriano, al frente de un proyecto político que incluía a movimientos de izquierda, grupos indígenas y organizaciones de defensa de los derechos sociales, incluso, lo ubicó en lo que denominó el eje del bien.

Pero resulta que el hombre no aguantó dos pedidas. Según la misma información, Gutiérrez dijo antes de la toma de posesión, que no constituiría alianzas con Chávez o con el presidente Luis Inacio Lula Da Silva y expresó: “A mi no me ubiquen en ningún triángulo, ubíquenme en un circulo. Trataré de mantener las mejores relaciones con todos los países del mundo”.

En declaraciones más contundentes, de acuerdo con lo que publica El Nacional, y en las que pareciera un infante asustado indicó durante una visita a Washington en febrero de 2003, que su supuesta cercanía a Chávez formaba parte de la campaña de sectores implicados en la corrupción en Ecuador, para tergiversar su imagen en el exterior. “Se crearon muchas fantasías sobre la manera de pensar de Lucio Gutiérrez. Se dijeron cosas que ni siquiera pensé, expresó.

Bueno, realmente uno dice que no aguantó dos pedidas, pero el tono de esas declaraciones también reflejan temor. Quizás fue un regaño.

Lo cierto es que en el tiempo que estuvo al frente del gobierno ecuatoriano, Lució abrió realmente un círculo, pero le dejó una brecha que se ensanchó tanto que terminó en una línea recta y directa a Brasil, donde le dieron asilo en contra de la voluntad de los ecuatorianos que lo quieren en su propia tierra, para cobrarles una a una sus acciones.

Gutiérrez excluyó a los grupos de izquierda, a los movimientos indígenas y organizaciones de defensa de los derechos sociales, para apoyar al Plan Colombia, al Tratado de Libre Comercio y hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sustentado en la dolarización de la economía, entre otras medidas antipopulares como el control que tienen los militares yanquis de la base de Manta.

Nada más lejos de la revolución que adelanta el presidente Hugo Chávez Frías en Venezuela, que desde que asumió la presidencia se deslindó del FMI y de todo lo que oliera a políticas neoliberales y comenzó a aplicar planes y programas, inicialmente, de salud y alimentación a una población que ya no soportaba más la indolencia de los gobiernos de la IV República.

Luego, pasando por el 11 y 12 de abril, el sabotaje petrolero, las guarimbas y tantos otros eventos que se han puesto en práctica en el país para derrocarlo, continúa las misiones de educación y alfabetización, de salud, de alimentación, de empleo, viviendas, hechos concretos que prácticamente, lo han soldado en la silla de Miraflores.

En síntesis, la recuperación económica y social del país es tal, que ni siquiera los profetas del desastres pueden ocultar ni descalificar el desarrollo de Venezuela y sólo han quedado para hacer de marionetas movidas por las políticas de Washington.

Chávez, actualmente, es uno de los presidentes con mayor popularidad, goza del respaldo de la mayoría de los venezolanos y , verdaderamente, sí ha hecho un circulo de sus relaciones con el mundo. Por eso, Lucio es Lucio y Chávez es Chávez, como igualmente dice el depuesto presidente ecuatoriano en la información que publica El Nacional.


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Alberto Morán


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