Sentir bolivariano

“Nos vemos en Santa Inés"

Año 1859. 23 de Noviembre. El ejército federal al mando del general Zamora, sale de Guanare y entra a territorio barinés por el río Boconó, cruzando por el paso del Corozo e instala su cuartel general, como en otras oportunidades, en Barinas. Se dice que sobre todo en esos días, a finales de noviembre, se presentan las mayores desavenencias entre Zamora y el general Falcón, quien lo acompañó desde que salieron de Guanare. Sin embargo, Zamora se concentraba fundamentalmente en los planes de batalla que pondría en práctica en Santa Inés. Ya tenía en su mente todo el esquema de esa área de operaciones, ya pensaba en emitir una guía de planeamiento y asignar sectores de responsabilidad a sus comandantes para que fuesen interpretando y desarrollando su idea de maniobra,  llegado el momento. Cuentan que designó a un liberal muy enérgico e inteligente llamado José Ignacio Chaquert para que al mando de varios pelotones  construyera a izquierda y derecha del camino,  desde la salida de Santa Inés y en dirección hacia La Palma, un sistema de atrincheramientos, que permitiera aprovechar de manera ventajosa, los bosques, pantanos y alturas del área de operaciones. Con ello obtendría buena observación, cobertura y abrigo,  buenos campos de tiros y vías de repliegue cubiertas sobre posiciones retardatrices, donde pensaba destruir al enemigo. Se sabe que construyeron once trincheras; una de ellas a la entrada del pueblo y las demás en forma de trapecio, fueron construidas de trecho en trecho, aprovechando las zonas pantanosas y los bosques del área. La cuarta y última línea defensiva conformó virtualmente la reserva de Zamora. Con ella, reforzada poderosamente con las unidades replegadas, sabía Zamora que tendría mucha libertad de acción. Desde allí planificaba  lanzar una potente contraofensiva, sin duda, contundente para el enemigo. Ese era su plan.  

Ahora bien, entre el 28 de noviembre y el 4 de diciembre, el ejército federal se prepara para marchar a Santa Inés; y el 5 de diciembre parte Zamora de Barinas con 5 mil hombres y pernocta en el caserío denominado Caroní. El día 6 llegan a Santa Inés, sector bien conocido por Zamora y por lo cual, lo había estudiado como una segura posición militar; sobre todo, como narra uno de los protagonistas: “…porque el río cubre por un flanco, por el otro las sabanas que dominaban nuestras caballerías, sin peligro por la retaguardia por el inmenso rodeo que costaría cualquier propósito enemigo, y con una sola, larga y peligrosa entrada por el frente. En el centro, donde está un pequeño como bello caserío, se acamparon nuestras fuerzas. Desde este momento empezaron a recibirse a cada hora, las partes de cuanto el enemigo hacía. Los días 7 y 8 los pasamos en esta misma actitud; mucha vigilancia y simple expectativa”. 

El 9 de diciembre, con las tropas del gobierno  muy cerca del sector,  la batalla era inminente, como narra Vitelio Reyes: “Las primeras unidades tácticas, comandadas por los coroneles León  Colina y Jesús María Hernández, hicieron contacto con el enemigo en el sitio de La Palma. Mediaba la mañana y estas escaramuzas pusieron sobre aviso al general Zamora. Violentó mucho más los preparativos del teatro de los próximos acontecimientos: se veía venir la hora crucial”.  

Dicen que cuando el general Zamora supo que el ejército del gobierno había atacado y comprendió que seguiría avanzando, manifestó gran alegría y exclamaba sobresaltado:  “pisaron el peine”, e inmediatamente ordenó que, con mayor actividad, continuaran los trabajos de fortificación preparados, así como las veredas entre una y otra trincheras,  por donde debía comunicarse y retirarse su tropa. Cuentan que, “en estos trabajos se pasó el 8 y el 9, al propio tiempo que se escaramuzaba la vanguardia”.  

Y así  llegamos al 10 de diciembre de 1859. Como lo describe Brito Figueroa: “A dos leguas de la entrada del caserío Santa Inés “a la boca de la montaña (…) sobre el caño llamado el Palito”, estaba la primera gran trinchera y la defendía el Coronel Rafael Petit y el Comandante Cumare, al frente de 200 soldados de infantería. A cada lado de esta fortificación había dos pequeñas trincheras, cuyas defensas corrían a cargo del Coronel Amador Armas y del Comadante de Ingenieros José Ignacio Chaquert, con 150 soldados cada uno. Estas fortificaciones permitían dominar la vía de comunicación principal. Desde el pie de la primera gran trinchera, también llamada trincherón comenzaba un lomo de perro, expresamente construido por indicaciones de José Ignacio Chaquert y que era la continuación “de una fortísima defensa edificada en El Trapiche”. En esta defensa estaban 300 soldados comandados por el General José Desiderio Trías y el Coronel Juan José Mora… Por el lado izquierdo, teniendo como punto de referencia El Trapiche, se extendía otra cadena defensiva formada por seis trincheras y construidas igualmente en forma de trapecio. Esta línea de defensa estaba bajo la dirección de Prudencio Vásquez, al frente de 300 y más hombres, que en su mayor parte habían pertenecido a la Columna Camunare. Más adelante, también por la margen izquierda, había otro conjunto de  pequeñas trincheras, en comunicación con las seis grandes trincheras defendidas por Prudencio Vásquez. El conjunto de las pequeñas trincheras estaba bajo la dirección del Comandante Martín Franco, quien había sido ayudante de Zamora en 1849, y en esta oportunidad estaba al frente de 150 soldados de infantería”. 

Muy temprano el ejército oligarca avanzó hacía Santa Inés, pensando como quería Zamora, que los federales huían hacía la selva. Se precipitó el enemigo y cayó en la trampa ideada por el General del Pueblo Soberano, siendo las fuerzas de aquellos, diezmadas por la acción retardatriz del plan Zamorano. Al respecto, nos narra el Dr. José León Tapia, en su obra Por aquí pasó Zamora, el final de la Batalla: “A las cuatro de la tarde comenzó Zamora la ofensiva y si no llega la noche, no hubiera quedado hombre vivo.  Cuando oscurecía muy rápido en la penumbra del monte, sonaron las cornetas federales ordenando el cese del fuego y en el silencio del bosque solo se escuchaban lamentos y también maldiciones de los más corajudos de todos...A media noche ordenó Pedro Ramos, retirarse silencioso, con su ejército reducido a la mitad de la gente... Más de mil hombres quedaron entre el camino y la selva…Rubín mantenía la retaguardia y se abría camino hacia La Palma….La fila de hamacas con los oficiales heridos ocupaba dos cuadras…En la sabana aún con rocío, abierta en alas, la caballería federal, al aire las banderas amarillas, hostigaba la retirada cuando amanecía el 11  y Ezequiel Zamora tocaba el clarín, como solo él sabía hacerlo”.  

He aquí  parte de la memoria histórica que debemos seguir rescatando, para continuar elevando nuestra conciencia revolucionaria y asumir definitivamente: de dónde venimos, en qué momento histórico estamos y hacia dónde vamos.  

Seguimos gritando hoy, a 152 años de la Batalla de Santa Inés, a 13 años de revolución bolivariana y a 10 años de la Promulgación de la Ley de Tierras: ¡Zamora Vive, la lucha sigue!!. Nos mantenemos en pié de lucha contra el latifundio y avanzando significativamente hacia la verdadera soberanía. No perdamos el rumbo para definitivamente elevar nuestra voz ante el mundo con orgullo patrio y decir: ¡Tierra y hombres libres!. ¡Horror a la Oligarquía!!. 

sentirbolivarianobarinas@gmail.com

Independencia y patria socialista!

Viviremos y venceremos!! 

12 de Diciembre de 2011



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Adán Chávez Frías


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