Auditórium

Mi lucha contra el cáncer

“La verdad jamás daña a una causa que es justa”

                                                   Mahatma Gandhi… 

Al público lector en el océano de las comunicaciones sociales pendientes de estos casos, voy  con este entremés, en el momento preciso. Mi intención es brindar un mensaje de apoyo, solidaridad y de esperanza, a todas las personas que padecen de esta  terrible (cáncer) enfermedad.

Quien tenga o  haya pasado por esta enfermedad habrá sufrido, como el que suscribe esta crónica, viendo de cerca el cielo o el  infierno, y quizás buscado las explicaciones necesarias donde parece no existir, porque nadie tiene la culpa.  En esta vida lo que se nos presenta no es un castigo, pero tampoco es de gratis, son cosas que suceden en la vida y de manera fortuita, como me pasó a mi, también le sucede a cualquier venezolano, sea cual sea su posición social y política. Como en toda lucha, batalla o guerra, todo se reduce a una cuestión de cual actitud o estrategia tomar en estos casos. Si algo existió en mi en este caso, y algo que nunca hice, fue el bajar la guardia, ante esta terrible enfermedad, nunca bajé los brazos, la moral, ni perdí la fe; porque, como le ocurre a todo el que esta en un momento muy difícil, “Ahí es que nos damos cuenta del material de que están hechos nuestros valores; palabras estas que me dijo en una, oportunidad, mi querido maestro, amigo, político e ideólogo de la izquierda venezolana ,Antonio José Pérez Luna, ya fallecido”.  Y este fue mi caso, me di cuenta del poder del amor que me unió con mis hijos, mis hermanos, mis padres, mis amigos, y que me permitió sobrellevar el duro trance del diagnostico primero, y de la quimioterapia después.

Llegue a este vida por amor, producto de la unión de mis padres, y comprometido de corazón a estar junto a ellos en las buenas y en las malas, en la enfermedad y en la pobreza. Y ninguna fuerza por muy poderosa podrá quebrar ese vínculo que nos une, junto a mis otros seres mas queridos, como son ahora mis nietos. Y esa poderosa razón es la que me permitió sortear bien el camino, aunque sé que no todos los casos son iguales y de fácil solución.

 El propósito de esta crónica es mostrar cómo con fe, amor y optimismo podemos capear los negros nubarrones, y las tormentas más fuertes. Aún continuó en la lucha, no puedo dar nada por terminado. El informe medico o protocolo del científico oncólogo que me trató, es hoy para mi  más que optimista, pero me alertó que hay que estar ojo avizor ante el destino, que muchas de las veces puede reservarnos futuras sorpresas que el todopoderoso quiere siempre evitar.

Muchos pensaran (adversarios)que estoy  escribiendo desde el lado contrario de la vida,  el tramo mas difícil por ahora lo he superado. Pero durante el trayecto no sabía que existía el final, si es que existe uno. Y ahora,  otra vez de este lado, no se si en algún momento me encontraré otro bravo río crecido por cruzar. He aprendido que la vida de uno ya establecida e inalterable puede dar un cambio violento en cualquier momento. Y aunque demos por vencida a la terrible enfermedad, me ha quedado en mi fuero interior una señal de alarma que puede sonar en algún momento de mi vida. Puede ser mañana, o en unos años mas adelante ¡O quizás nunca! Las bases sobre las cuales construimos nuestras vidas,  no son eternas o indestructibles como la mayoría de las personas que piensan que son como Matusalén.

Este mensaje es de aliento a todas aquellas personas que están  en mi misma situación, o con un diagnóstico en estado terminal, a todos ellos va este mensaje. Ojalá que estas palabras de esperanza los contagien de fe, ya que no hay nada escrito en ninguna parte de este mundo, que señale que cualquier destino por muy duro que sea, no se le puede torcer el rumbo, ni a una tormenta lograr capearse.

Lo más poderoso en la vida es nuestra fe, creer en el santísimo creador y en las personas, en los médicos especialistas, en los amigos, en la familia; que suelen siempre darnos no solo el solidario consuelo que precisamos, sino la fuerza moral para derrotar al más inconcebible, impensado e indestructible de todos los males, que se incrusten en nuestra humanidad.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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