Asesinos por naturaleza

El imperio los parió así, digo, a los dueños del negocio capitalista:
arrogantes, egoístas, faltos de solidaridad para con el pobre,
cobardemente pendencieros. Y no responden con respeto sino ante la fuerza
y la determinación de los pueblos. Si aquí nuestro Presidente Chávez se
hubiese dedicado con suma moderación a tratar la descomunal trama que le
tenían montada para descabezarlo, pues miren, que hace ya tiempo que lo
habrían eliminado. Son tan miserables los políticos gringos, que se
declararon neutrales cuando Venezuela sufría el peor embate de las fuerzas
realistas (entre 1813 y 1819), e incluso su primer gran asesino James
Monroe proclamó que EE UU no haría absolutamente nada si España se
proponía recuperar sus colonias. Esto dijo el asesino number one del
protoimperio, el que proclamo: “América para los americanos (claro, del
Norte)”.

Así se expresó el Presidente Moroe el 2 de diciembre de 1817, en su
“Mensaje Anual” al Congreso sobre los próceres venezolanos: “un grupo de
contrabandistas, aventureros y saqueadores...”.

Estuvieron los gringos mirando desde lejos el posible trágico final de
nuestras luchas, sin aportar siquiera un chopo, ni una espada, ni diez
gramos de pólvora. Con la esperanza de que Bolívar y sus “huestes de
saqueadores” fuesen aplastantemente abatidos. Pero no fue así. El genio
del Libertador se impuso, a fuerza de constancia, de temeridad y
grandiosos sacrificios, y logró hacer libre todo un continente. Casi
enteramente solo, con la ayuda del país más pobre del universo: Haití. Por
eso siempre se espera más de los pobres que de los ricos. Y nuestra
revolución tiene esperanza porque está apoyada sobre el alma de los
pobres.

Pues bien, cuando en 1819 Bolívar derrota a Barreyro en la llamada Batalla
de Boyacá, los gringos tiemblan, comienzan a hacer planes para
reconocernos, y nos felicitan. Pero al mismo tiempo como la serpiente se
prepara para subrepticiamente meterse en nuestro propio terreno,
infiltrarnos con enemigos que destruyan los grandes planes de unidad
continental.

¡Camaradas, apréndanse de memoria la siguiente frase, que sobre esta
manera interesada de los gringos, expresó el Libertador: “Jamás conducta
ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros: ya ven
decidida la suerte de las cosas y con protestas y ofertas, quien sabe si
falsas, nos quieren lisonjear para intimar a los españoles y hacerles
entrar en sus intereses... Yo no sé lo que deba pensar de esta
extraordinaria franqueza con que ahora se muestran los norteamericanos:
por una parte dudo, por otra parte me afirmo en la confianza de que
habiendo llegado nuestra causa su máximo, ya es tiempo de reparar los
antiguos agravios. Si el primer caso sucede, quiero decir, si se nos
pretende engañar, descubrámosles sus designios por medio de exorbitantes
demandas; si están de buena fe, nos concederán una gran parte de ellas, si
de mala, no nos concederán nada, y habremos conseguido la verdad, que en
política como en guerra es de un valor inemistable. Ya que por su
anti-neutralidad la América del Norte nos ha vejado tanto, exijámosle
servicios que nos compensen sus humillaciones y fratricidios. Pidamos
mucho y mostrémonos circunspectos para valer más...”.
Todo esto está muy bien documentado y estructurado en el libro del
historiador cubano Francisco Pividal: “Bolívar: Pensamiento Precursor Del
Antiimperialismo”, libro de cabecera del Presidente Chávez, y del que
pronto en Mérida tendremos una nueva edición.

Si conocemos nuestra historia estamos irremediablemente jodidos, camaradas.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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