Nuestro comandante consideró como política fundamental disminuir, las desigualdades sociales, asegurándole a los sectores populares la atención médica oportuna, para que todas y todos posean una nueva esperanza de vida.
Hoy “quizás” producto de ese proceso que dirige, en esa dialéctica socio-biológica, le produce un desequilibro interno, como a cualquier ser humano.
Las enfermedades existen en todos los países y en todas las clases sociales. Personas sin necesidades materiales y sin los riesgos a los que se enfrentan las clases populares, enferman y mueren antes que estos.
En nuestro planteamiento colectivo nos proponemos libertar a los hombres de la explotación, pero también superar la carencia de valores morales como la justicia y dignidad humana.
El contenido moral del uso de los medios, para desacreditar, enlodar, burlarse, mostrar alegría por la muerte o enfermedad de una persona porque es contrario, es la práctica política de unos seres deshumanizados, práctica que nos convence más aun de nuestros ideales de transformación e instauración del socialismo.
Nosotros como pueblo idealizamos a nuestros líderes, ya casi que considerábamos a el comandante inmune, nos olvidamos de su condición de ser humano, su discurso y solo su discurso, no los cientos de patrañas de unos desquiciados, nos entristeció, pero en lo inmediato nuestro sentir y decisión fue por continuar en la defensa de lo logrado hasta ahora,
Aquí continuaremos peleando por el socialismo, a través del gran Neruda, reciba usted una expresión del sentir de este pueblo que le ama y le agradece todo su inmenso esfuerzo por lograr nuestra liberación.
¡PA ‘LANTE COMANDANTE!
NO ME LO PIDAN
Piden algunos que este asunto humano
con nombres, apellidos y lamentos
no lo trate en las hojas de mis libros,
no le dé la escritura de mis versos:
dicen que aquí murió la poesía,
dicen algunos que no debo hacerlo:
la verdad es que siento no agradarles,
los saludo y les saco mi sombrero
y los dejo viajando en el Parnaso
como ratas alegres en el queso.
Yo pertenezco a otra categoría
y solo un hombre soy de carne y hueso,
por eso si apalean a mi hermano
con lo que tengo a mano lo defiendo
y cada una de mis líneas llevan
un peligro de pólvora o de hierro,
que caerá sobre los inhumanos,
sobre los crueles, sobre los soberbios.
Pero el castigo de mi paz furiosa
no amenaza a los pobres ni a los buenos:
con mi lámpara busco a los que caen,
alivio sus heridas y las cierro:
y estos son los oficios del poeta
del cantor y del picapedrero:
debemos hacer algo en esta tierra
porque en este planeta nos parieron
y hay que arreglar las cosas de los hombres
porque no somos pájaros ni perros.
Y bien, si canto a todos los que quiero,
o cuando ataco todo lo que odio,
la poesía quiere abandonar
las esperanzas de mi manifiesto
yo sigo con las tablas de mi ley
acumulando estrellas y armamentos
y en el duro deber americano
no me importa una rosa más o menos:
tengo un pacto de amor con la hermosura:
tengo un pacto de sangre con mi pueblo.
Pablo Neruda
martaortega4@gmail.com