Asunción y muerte de un género literario (Literatura fascista)

Cuentos de computadoras II

Menos mal que La Real Academia Española de La Lengua, no se dio por enterada. ¡Que vergüenza con esa gente tan conspicua! El solo temor de que Uribe, utilizando su influencia en el lobby derechista mundial, haya logrado colar en el despacho de las Comisiones de esta honorable Junta, la consideración de estos explosivos textos, exacerba la pena ajena. No es lo mismo que el jefe de la Interpol, lea desde el plasma de una computadora, archivos Word, a que Vargas Llosa se deleite con ellos (Por cierto, hablando de realezas, en estos días de laxitud postmoderna, el rey Juan Carlos, ha acuñado otra celebre frase como aquella que pronunció en Chile: “¿Por que no te callas?”. Esta vez, ante la demanda: “¡Democracia Real ya! del movimiento “Los Indignados”, ha respondido: “¡Ya la tenéis!”. Dícese que uno de sus cortesanos que no quiso ser identificado, le preguntó: “¿Qué quisisteis decir mi Señor?” A lo que contestó con rancia hidalguía hispánica: “En España no hay coexistencia pacifica para lo Real y lo verdadero”. Dicen las malas lenguas, o fuentes extraoficiales, no las de la Academia, que tan elaborada idea, se sospecha, “no le pertenece”, que se parece mas a “una expresión zapaterista”, por lo cual se corrió la comidilla que la otra, la  que lo lanzó al estrellato por su autentico sello autoritario, digno de un rey, “tampoco sea de su acervo particular”. El monarca aprovechó esa ola y consultado por noveles periodistas, menores de edad de pueril memoria, negó “haber mandado a callar a nadie y menos a su amigo el Presidente Chávez” y retó a quien pudiese probarlo “que lo haga a la brevedad, pues la temporada de caza apremia”. Sospechosamente la real TV española, no posee ningún video de este episodio. “Total, la duda reinó”. Así terminó la nota de prensa aparecida en El País).

 Corre éste género, la misma suerte, de dos emblemáticos casos, opuestos por sus contenidos y cronologías, pero que los une la bárbara actuación de quienes sellaron su destino. Uno es el de  “Pedro, El Breve”, a quien se le adjudicó la autoría de aquella exquisita obra “El Decreto de Carmona” de tan brillante ejecución, pero que hoy en día goza del prestigio del anonimato, pues los intelectuales firmantes de su manifiesto se autojuran que jamás lo hicieron, depositándola en el limbo de la amnesia. El otro es el de “La Ley de Tierras”, obra de factura popular a la que intentaron acortarle la vida, quemándola en las hogueras del fascismo, augurando el límite de la existencia de novedosisimos géneros literarios, sin tomar en cuenta que las obras populares tienen la duración que el mismo, le adjudique.

 Duró lo que dura, en términos literarios, un peo en un chinchorro. El genero murió antes que subdesarrollara sus artes u oficios (por aquello de lo genuinamente latinoamericano y caribeño) y la cosa la decidió otra corte, La Suprema de Justicia que aun cuando en lo real mágico, o falso positivo, no maneja la pena de muerte en su sistema de justicia, si podría considerar el exterminio de lo humano y sus expresiones, como daños colaterales. Es decir, el género ha muerto por sentencia Superior, aunque esta no lo haya valorado en su dimensión literaria.

 A los Cuentos de Computadoras se le pronosticaban por lo menos dos décadas de holgada existencia, los que la inhabilitación a la Senadora Piedad Córdoba, procuraran dejar fuera de combate. Riesgos no calculados abren la posibilidad de dejar sin efecto procesos judiciales derivados del ejercicio de este género, atendiendo literalmente la decisión de la Real Corte Suprema de Justicia de Colombia.

 Sin embargo, así como pudiésemos hablar de idiomas muertos, inorgánicos, también pudiese ser valedero, dedicar algunos malos vocablos a  los personajes que fungen como protagonistas de estos relatos. Son macabros por su excelencia, obscuros y tenebrosos del gusto de su máximo exponente. Extraídos de las altas esferas del mundillo del lumpen mundial. Su pestilencia les antecede, los desguases y las fosas comunes le siguen los pasos. Uno de los mas famosos es el protagonista de “La Matanza de Sucumbíos”. El tronco de malandro que abandera la fuerza élite que penetra al campamento guerrillero. Intoxicado, eufórico, gritando “¡Déle bala, déle bala!” “¡No se dejen matar chimbamente!” “¡El chivuo que veníamos a buscar ya lo tenemos muñeco!”. All igual que aquel que aparece en una foto, necrófago, encima del cadáver del capo Pablo Escobar Gaviria, después de su abatimiento.  

 Desenmascarado los evidentes plagios y manipulaciones tecnológicas, La Corte, no tuvo más que contradecir a semejantes autores, exponiéndolos al escarnio público. La gente dice (The people say), que la sentencia incluye una frase memorable como aquella que otro tribunal pronunciara: “Preñados de buena voluntad”. Ésta, que no a sido corroborada con ninguna fuente, emulando aquella, añade: “Los que no leen, aunque los asista el derecho, no deben escribir”.    

 Para el colorín colorado, es menester decir, que su doliente mayor apelará, y tiene a su favor, a los movimientos alternativos que abogan o impulsan los “Derechos de genero” por lo cual, el pequeño fascista tiene que paradójicamente, buscar alianzas estratégicas con las mujeres, homosexuales, heterosexuales, bisexuales, lesbianas, etcétera. Menuda tarea para un militante de la diplomacia machista de carácter global.

¡Patria, Socialismo o muerte! ¡Venceremos!

miltongomezburgos@yahoo.es



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Milton Gómez Burgos

Artista Plástico, Promotor Cultural.

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