Con Chávez me resteo

No estoy jugando con metras



Vivir en un país que intenta hacer una revolución no es cosa sencilla. Es una constante lucha que va desde lo ideológico hasta cosas tan cotidianas y fastidiosas como una toalla sanitaria. Es vivir bajo un asedio milimétrico; es tratar de avanzar esquivando zancadillas de derechas que se niegan a ceder, y de izquierdas que se niegan a entender que esto no es coser un cantar.

No es fácil hacer una revolución: lo deberían saber los expertos revolucionarios de todo el mundo que esta semana se dedicaron, en bloque, a renegar de mi Presidente, llegando al punto de insulto que salpica al pueblo chavista. Expertos que no han sabido hacer revoluciones propias pero que se dignan a decirnos a los venezolanos, a nosotros, los que roemos este hueso duro cada día, cómo la estamos cagando y de paso, nos amenazan con quitarnos un apoyo que no ha sido más que retórico… se los regalo…

Lamento mucho lo que pasó con Pérez Becerra, lamento que esta situación llena de incógnitas tuviera el desenlace que todos conocemos. Lo lamento por él, pero también lo lamento por nosotros y por la delicada, tal vez peligrosa, coyuntura a la que hemos sido expuestos. Y es que no deja de llamarme la atención los tiempos en los que estas cosas suceden, porque hace rato que no creo en casualidades: en Londres, revive el uribismo furioso en la súper computadora de Reyes, Colombia decide enviarnos a Macked, lo gringos también lo querían, hay un etarra fugitivo que alguien trató de endosarnos, mientras que María Corina Machado, con su ineludible vocación de vende patria, nos acusa en CNN de ser el vecino sanguinario, cruel y violador de los derechos humanos de un país civilizado y pujante que clama por su derecho a vivir en paz, lejos de la influencia maligna de este paisucho castrocomunista en el que le tocó nacer ¡Qué pena con ese señor, MCM en CÑM!

No digo que Pérez Becerra sea culpable de su propia desgracia, lo que digo es que en una guerra no se da un paso sin medir sus consecuencias, y esto es una guerra, por si no se han dado cuenta. Hoy lamentamos indignados una víctima, pero pudimos ser muchas si el guiso que nos estaban cocinando hubiese cuajado. Fuimos puestos en un aprieto en el que hiciéramos lo que hiciéramos saldríamos mal parados.

Así que el gobierno decide, basado en información que yo no manejo y yo debo repudiarlo, aun cuando tal vez se hizo lo que se hizo evitando el mal mayor. Entonces yo me olvido de todos estos años de lucha, de logros, de por qué hacemos lo que hacemos y doy la espalda bravísima y entrego el país a la MUD.

NO LO CREO, NO SOY LA REVOLUCIONARIA PERFECTA, SOY UNA MAMÁ TRATANDO DE HACER UN FUTURO PARA SUS HIJAS Y, COMO DIJO EL POETA: CUANDO SE TIENEN DOS HIJOS… ASÍ QUE NO ESTOY JUGANDO METRAS. CON CHÁVEZ ME RESTEO.


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

 tongorocho@gmail.com      @tongorocho

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