Las huelgas de hambre

Las recientes huelgas de hambre, en Venezuela, son muy distintas, a otras que se han conocido en el pasado. Las de Mahatma Gandhi, en la India. Las de Bobby Sands, en Irlanda. Sands entregó su vida, junto con otros nueve militantes del IRA, por la independencia de su país. Ambas luchas, la de Gandhi y la de Sands, enfrentaron al colonialismo británico. A la violencia del poder. A la soberbia. Si bien la de Gandhi fue pacífica y la de Sands violenta, fueron una misma lucha por caminos distintos. El punto de partida moral es la coincidencia. Expresión de aquellos que buscan hacerse oír. De aquellos que han sido humillados. De aquellos que han sido silenciados y que, a veces, están dispuestos a ofrecer sus vidas para lograr la difusión de un simple “remitido”… En esto encontramos grandes diferencias con las huelgas de hambre que suceden, hoy día, en Venezuela, por cualquier motivo. No menospreciamos los motivos. La lucha por la independencia de un país es importante, también lo son las luchas por unas tierras, por unos presos o un presupuesto universitario. Allí no radica la diferencia. La ausencia de “un punto de partida moral” es la diferencia. Las huelgas de hambre en la India e Irlanda fueron encabezadas por sus líderes. Gandhi o Sands se hubieran negado a que uno de sus múltiples seguidores hiciera lo que les correspondía hacer a ellos. Les hubieran ordenado que desistieran de sus acciones. Ellos utilizaron la única arma que tenían a su alcance, “sus propios cuerpos”. Eran la expresión “del que no tiene voz”. Los huelguistas venezolanos tienen a Globovisión, cuyo eslogan es “24 horas de información” y a muchos otros medios. Tienen la posibilidad de una cobertura total, día a día, hora a hora, o una primera plana. Cualquiera de esos medios les publica, gratuitamente, cualquier remitido. Los entrevista. Les toma fotografías. Los halaga. ¿Por qué no utilizan estos medios? ¿Por qué no expresan profusamente sus ideas por esas vías? La respuesta es obvia y se la dejamos al lector. Margaret Thatcher, ante la muerte de Sands, declaró: "El Sr. Sands era un criminal convicto. Eligió llevarse su propia vida. Una opción que su organización no dejó tomar a muchas de sus víctimas". Expresión abyecta del poder imperial y la arrogancia…

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Reinaldo Quijada


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