Febrero histórico (Siglo XIX-XXI)

      Febrero es un mes de significado histórico, en el transcurso del siglo XIX hasta este siglo XXI encontramos un conjunto de hitos que deben ser objeto de reflexión, tanto en su significado histórico como en su representación política.

      Habría que comenzar analizando el tema de la instalación del Congreso de Angostura, en febrero de 1819. Al respecto, debe entenderse en primer lugar, el significado de Angostura para el planteamiento del desarrollo del proceso de independencia. El cambio geoestratégico que significo la toma de Angostura fue vital para el éxito de la gesta de emancipación. Entre 1811-1817 la insistencia de Bolívar de concentrar las acciones militares en el eje centro-costero se tradujo en una seguidilla de fracasos, motivado esencialmente al hecho que los españoles siempre contaron con un soporte de apoyo – en tropas y logística- proveniente de las Antillas (principalmente La Habana y Santo Domingo) que permitían anular cualquier accionar militar de las tropas patriotas. Con la toma de Angostura, se aseguró un espacio que tuvo una entrada por el Delta del Orinoco y facilitaba el acceso a los Llanos y sus fuentes de alimentos. Esas condiciones de logística y el hecho geográfico que el Orinoco divide en dos a nuestro país, le permitió a Bolívar la tranquilidad suficiente para afianzar su presencia y con ello, producir uno de los documentos más significativos de la historia política e intelectual: El discurso de Angostura.

      En él se plantea una estructura organizativa del Estado que se deseó surgiera al finalizar el proceso de guerra con España. Desde 1816, cuando se decretó la unidad territorial y se nombró un Poder Ejecutivo, encabezado en la condición de Jefe Supremo de Bolívar, se tenía una deuda desde el punto de vista política en lo que respecta a la estructura del Estado. El Discurso de Angostura, propone las bases para el desarrollo de un Poder Legislativo y Judicial que tan necesario era para adentrarse en la Sociedad de las Naciones. Ello fue posible a través de un Consejo de Estado y un Alto Poder Judicial, así como un Poder Moral. Esta estructura propuesta en 1819 ha sido incorporada en la Constitución Bolivariana aprobada en 1999, respondiendo a una deuda con el pensamiento político del Libertador. Angostura es el cenit del Programa Político de Bolívar en su vertiente nacional e internacional.

      Hay un segundo momento histórico, ya para el siglo XX. Nos referimos a los acontecimientos de la Semana del estudiante en 1928. Tradicionalmente se ha exaltado las figuras de Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt, dejando a un lado quién con su discurso dio inició a un debate político que aún tiene sentido: la Libertad. Nos referimos a la figura de José Pío Tamayo, luchador social, quién formó parte de la Liga Antiimperialista del Caribe (LAC) con personajes como Augusto César Sandino, Farabundo Martí, Juan Bosh, Victor Raúl Haya de La Torre, José Carlos Mariateguí entre otros. Pío Tamayo, con su Discurso y Proclama del Indio abrió el camino para la discusión acerca de una transición del sistema autoritarista-militarista de Juan Vicente Gómez, aunado al inició de la formación de lo que serían las primeras células del Partido Comunista de Venezuela (PCV). La Semana del estudiante, ha sido utilizada como una representación simbólica del “destino manifiesto” de la socialdemocracia en nuestro país, ignorándose con todo sentido de ocultamiento el papel de Pío Tamayo en la formación inicial del socialismo venezolano.

      Un tercer momento del Febrero histórico, está constituido por los acontecimientos de 1936. Luego de la muerte de Gómez, la transición encabezada por Eleazar López Contreras se enfrentó a movilizaciones de calle que reclamaban apertura y cambios políticos que se concretaron en la formulación del Programa de Febrero, que constituye la 1era versión de un Programa Político moderno con apéndices relacionado con vialidad, empleo, seguridad social, salud, educación, entre otros aspectos. El programa de Febrero ha marcado su impronta en el estilo de propuesta de las organizaciones políticas hasta ahora.

      Un cuarto momento, es el constituido por los acontecimientos del Caracazo en febrero de 1989. La acumulación y los efectos del ajuste liberal, bajo la óptica del Consenso de Washington generaron una explosión social que hará posible los cambios políticos e institucionales producto de la crisis del modelo representativo democrático. La revuelta popular de 1989 hizo tambalear el edificio de acuerdos institucionales vigente desde 1958, a través del Acuerdo de Nueva York y ratificado en octubre de 1958 en el más conocido Pacto de Punto Fijo. El quinto momento, es el determinado por la insurrección cívico-militar del 4 de febrero de 1992. La Alborada revolucionaria permitió conocer  un proyecto político alternativo al modelo populista y se habló por 1era vez de una Asamblea Constituyente y abrió paso a la transición hacia el modelo bolivariano socialista. Finalmente, el sexto momento del febrero histórico, es el constituido por el Decreto de Convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente el 02 de febrero de 1999, mediante el cual se concretó los mecanismos de esa transición, dejando sin discurso a una oposición que no comprendió los procesos de cambio histórico que aun no ha culminado. 

Dr.

Historiador

Juane1208@gmail.com



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Juan Eduardo Romero

Dr. Mgs. DEA. Historiador e Investigador. Universidad del Zulia

 juane1208@gmail.com

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