De esos polvos vienen estos barros

Reflexiones sobre la derrota

He leído con interés los artículos que escribe la gente de abajo, que a la postre es la que interesa, sobre los resultados de las elecciones del 26. Y de ello se concluye en que la dirigencia chavista, tanto la del gobierno como la del partido, dista mucho de querer y trabajar porque las cosas salgan bien. Pareciera más bien que desean exactamente lo contrario. 

Se le ha dicho al Comandante Chávez, en todos los tonos, que la gente de que está rodeado no es la mejor, no está trabajando para que avance la revolución. Desde el pata en el suelo que ocurre por necesidad a una oficina pública, y al quejarse por el pésimo servicio, recibe la respuesta del funcionario: "Siga votando por Chávez"; hasta los empleados públicos que, cansados y frustrados de tanto denunciar a los jefes que roban a mansalva,  observan cómo sus quejas caen en oídos sordos. 

En el PSUV ocurre lo mismo. Individuos puestos a dedo para medrar, para enriquecerse, pelean unos con otros por la mejor tajada, y no prestan la mínima atención a los humildes, con cuyos votos ellos se mantienen depredando a más y mejor. 

Decía yo que he leído con interés y preocupación lo que se ha escrito sobre los resultados de los comicios últimos, y nadie habla del caso de la comida podrida en PDVAL. Será que no nos damos cuenta que mucho chavista votó en contra por la justa indignación que le ha producido el hecho de que se hayan perdido miles de millones de dólares en la comida dañada, y no se ha enjuiciado a los verdaderos culpables de este crimen de lesa patria, sino que, al contrario,  se les ha pretendido exonerar de culpa, en una injustificable actitud que más que de solidaridad, linda más bien con el ámbito de la  complicidad. 

En el caso PDVAL pudiera representarse  la gota que rebasó el vaso, porque delitos de esta naturaleza deben castigarse con todo el peso de la Ley. Y no salir apresuradamente, como se salió,  a amedrentar a las autoridades que pudieran sentar a los verdaderos y únicos culpables en el banquillo de los acusados. 

De esos polvos vienen estos barros. Y cuando se cometen errores políticos de tamaña naturaleza, el pueblo pasa la factura en la primera oportunidad. O solucionamos los entuertos, los vicios, las desviaciones con firmeza, o nos hundimos.
Soy Carmen Edilio Acosta y vivo en Mérida.
 
crmnedilio@gmail.com
 



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