Auditórium

El valor de la crítica revolucionaria

“Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es salud: pero con un solo pecho y una sola mente”.
José Martí


Para lograr el socialismo en este mundo globalizado debe haber constantes cambios, y cambiando todo lo que debe ser cambiado, sin caer en el autoritarismo y menos en el totalitarismo. No hay cambio posible fuera de la Revolución y del socialismo. Fuera del socialismo solo está la barbarie. Una Revolución sin cambios permanentes, una Revolución que no se mire de manera constante y en forma crítica hacia adentro para mejorar cada una de sus imperfecciones, una Revolución que no se replantee ella misma todos los días, está condenada a fracasar por el inmovilismo y la apatía. El socialismo es una constante construcción colectiva, o no es socialismo.                

Los que practican la crítica revolucionaria, son los inconformes con la realidad que les rodea, y que ellos también construyen, ahí no están alistados nuestros adversarios históricos; aunque algunos se mimetizan de esta manera para hacer daño o buscar algunos honorarios monetarios. Los mayores enemigos de la revolución bolivariana están en “los patria socialismo y muerte” y también, en muy pocos casos, en los que mantienen todo el tiempo un discurso dogmático, sectario, y combaten permanentemente la crítica, no con argumentos sino con descalificaciones. Los hechos en estos 11 años han demostrado que muchos de los que  mantuvieron esa actitud están hoy en la acera del frente. Pero el daño no es solo esto, sino que la mayoría de esos individuos, cuando adoptan una actitud represiva ante la realidad, y contraria a todo tipo de crítica revolucionaria emanadas del PSUV y del gobierno, en cualquier de sus niveles, impiden que la Revolución Bolivariana avance, y vaya cada día que pasa vaya alejándose cada vez más del pueblo que la eligió.                         

“Dentro de la Revolución, todo; fuera la Revolución, nada”.  Excluir esta vieja frase de la crítica revolucionaria no da frutos. La crítica revolucionaria es un debate rico y creador debe ser la savia fundamental de nuestro proceso revolucionario, para que avance y se perfeccione cada día más. La ausencia de debate y de crítica revolucionaria fue una de las causas que condujo al derrumbe del campo socialista en la URSS y la Europa Oriental.  Uno de los argumentos más canallas utilizados para descalificar o evitar la crítica, se basa en la idea de que el enemigo puede aprovechar cualquier crítica para golpear y destruir a la Revolución, por lo tanto los que ejercen la crítica pueden, sin estar conscientes de ello, ser útiles a los intereses del enemigo. Sin embargo, con el paso del tiempo he llegado a la conclusión: Que el principal objetivo del enemigo es destruir la Revolución, y en ese combate una de sus tareas primordiales es evitar que la misma se perfeccione y consolide; sin una crítica dentro la Revolución, y por la Revolución, es imposible que esto se logre, por lo tanto, el limitar el pensamiento critico, es donde realmente estamos sirviéndole en bandeja de plata la revolución bolivariana al enemigo que nos acecha, y no desea que nuestro proceso avance superando sus errores. Si no planteamos los problemas, estos no se  resolverán solos y, en fin de cuentas, el enemigo nos va a tomar la delantera refiriéndose a ellos sobredimensionándolos y tergiversándolos, pues el adversario se aprovecha de lo que decimos, pero también de lo que no decimos. Suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacen el juego al enemigo, ayudan al enemigo  contrarrevolucionario es un craso error. Siempre existe el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser utilizado por el enemigo. Y se ha descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante su divulgación por los medios de comunicación ya sean públicos o privados. Hay que estimular el espíritu crítico. Llegándose a la convicción de que es necesario desarrollar con mucha fortaleza el espíritu crítico. Porque constituye un factor fundamental para perfeccionar la revolución. Se sabe que hay limitaciones, pero necesitamos una crítica responsable. A pesar de las consecuencias que nos pueda acarrear, todo esto es mejor antes que la ausencia de la crítica.                                       

Las sociedades humanas Siempre han sido regidas por múltiples sistemas de dominación, lo que pasa es que en el socialismo la dominación está concebida en función de la liberación humana. El socialismo es un movimiento constante de superación de cosas anteriores, dirigido siempre hacia mayores espacios de emancipación. Como socialismo, se entiende el  socializar: socializando el poder, la gestión económica y la agenda de los cambios revolucionarios. En este proceso de la emancipación progresiva, tiene que existir la libertad para ejercer la crítica revolucionaria esta no puede depender de las jugadas del enemigo, no podemos caer en su juego, pues la mejor manera de demostrarlo, es que nuestra revolución bolivariana sea la mayor expresión de libertad humana, y que nuestra conciencia crítica, nuestra voz revolucionaria, no esté maniatada por los ecos que la misma produce en la nación.                                                                             

Si los argumentos esgrimidos por un revolucionario a la hora de hacer una crítica nos parecen desubicados, solo deben ser atacados con otros argumentos revolucionarios, en medio de una sana y respetuosa discusión. Decía Ernesto “Che” Guevara: La opinión que haya que destruirla a palos es una opinión que nos lleva la ventaja a nosotros… ¡No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente es lo que mata todo desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia!”.La mecánica no está en solo en hacer la Revolución, sino también en pensar críticamente la revolución, con herramientas teóricas enriquecidas constantemente con la práctica. Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria; pero al mismo tiempo la teoría no puede forzar la realidad, sino viceversa. Considero que no solo debemos preocuparnos por nuestra actuación revolucionaria, sino también por nuestro pensar revolucionario. Decimos constantemente que somos revolucionarios, que somos comunistas y que somos marxistas. ¿Pero nos hemos dedicado a fondo a estudiar y a pensar que es un revolucionario, que es un comunista y que es un marxista?”. Fin de la cita.                              

Los revolucionarios debemos ser vanguardia no solo en la actuación revolucionaria, sino también en el mundo de las ideas revolucionarias. Más cuando nuestra tarea fundamental es convencer y sumar, no imponer y restar.

Percasita11@yahoo.es



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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