Papeles para el Debate

Chávez: Colombia, ay Colombia

Para algunos actores internacionales válidos, amigos de Venezuela, la reunión de cancilleres producida en la Unasur terminó sin solución inmediata. Colombia –mejor dicho Uribe- rechazó toda posibilidad de conciliar el conflicto –parido allá e internacionalizado por ellos- que obligó la ruptura de las relaciones bilaterales.

Los vientos de guerra promovidos por el Presidente saliente, primero contra Correa y ahora contra su homólogo Chávez, nos obliga suponer que si fuera por él, incluso sacrificaría la salud política y económica de su país con tal de salvar su propio pellejo. La posibilidad de futuras acciones judiciales en su contra, son factibles.

No cabe la menor duda que habrá que esperar un nuevo gobierno en la tierra de Santander a ver si el que viene no sostiene como su antecesor, la terca postura de anteponer a los caminos de libertad y soberanía que se merece Suramérica, la propuesta neocolonial que significan las bases militares extranjeras sembradas en la patria de Camilo; que entre otras razones, tiene como propósito, seguro estamos, sabotearían la cooperación libertaria Latinoamericana. No cabe la menor duda que estamos frente a dos proyectos antagónicos de vida y existencia, uno de ellos abiertamente identificado con la perspectiva ideológica que rige la geopolítica de los intereses vitales norteamericanos. De allí que sostengamos que Colombia es un “Nudo Gordiano” que en el marco de su conflicto interno que de no ser resuelto debida y oportunamente, afectará la tranquilidad y la paz en la Subregión dándole por tanto, justificación al “Gendarme”, para asegurar su presencia..

Al respecto, consideramos que la Propuesta de Paz no sólo significa deponer las armas (la historia neogranadina está preñada de escenarios como ése desde los años 50 hasta hoy en día, violentados y desconocidos por varios gobiernos, liberales y conservadores), por parte de las fuerzas insurgentes. Es necesario que la misma sea de otro talante y sin temores contenga, aspectos asociados: a la economía; democracia política; educación y salud para las mayorías; sobre la tenencia de la tierra; respecto de la justicia; sobre la erradicación del narcotráfico como fuente generadora de plusvalía; del paramilitarismo, en tanto mecanismo de defensa del estado y de la oligarquía colombiana (especialmente la cafetalera), contra el pueblo.

La República Bolivariana de Venezuela y demás integrantes de la ALBA y Unasur no pueden ser meros espectadores sobre los horrores y el genocidio (crímenes de lesa humanidad), que por más de 60 años en la tierra de Santander. No se nos puede exigir, que sólo nos preocupemos –lo que no significa violación de la soberanía o la autodeterminación- de la economía, en términos de la visión neoliberal mientras las grandes mayorías, mueren de hambre o en el fuego cruzado que se produce y atiza el Estado burgués.

En la República Bolivariana de Venezuela (sin contar los miles de refugiados que habitan otras naciones), pudieran estar viviendo cerca de 4 millones de hermanos colombianos quienes han visto en nuestro país no tan solo un refugio, sino un lugar donde materializar sus sueños, que bajo ningún concepto y dado el estado de cosas existentes en su país, hubieren ni siquiera imaginado concretar en su tierra natal. Entonces, ¿Quién es, el enemigo?.

(*) Politólogo e Internacionalista Venezolano

Magister en Seguridad y Defensa

monlan2001@yahoo.com


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Manuel José Montañez Lanza


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