Nos sorprendió enormemente la actitud asumida por el expresidente
brasilero Luis Ignacio Lula Da Silva, al ofrecer una entrevista a una
emisora de radio; en forma rampante expresó que "Jair Bolsonaro es
peor que Maduro". No sabemos si es la senilidad o su afán de
coquetear con la derecha que ahora Lula retoma el tema de caerle a
latigazos al presidente Maduro, cuando está en la antesala de una
elección y obviando que gran parte de la crisis nuestra se deben a las
sanciones gringas. Esto a nuestro parecer no fue ninguna ligereza, ni
espontaneidad e ingenuidad del aludido, nos parece que hay algo más
que eso, como sería la de abrirse camino en el escenario de la
derecha brasileña, esa misma que tercio el bulto cuando votaron por
Bolsonaro.
Luego de haber dicho lo que dijo, quiso enmendar la plana, defendiendo
la autodeterminación de los pueblos. La no injerencia y la decisión
que tiene los pueblos de elegir sus propios gobernantes. Todos sabemos
que Lula está montado en la elección presidencial de ese país para
el 2022 y está recurriendo a la misma práctica en América Latina, de
candidatos presidenciales no ligados a los sectores oligárquicos, que
para congraciarse con la derecha de esos países sueltan su animosidad
contra Maduro, lanzándole cañonazos y sometiéndole al escarnio
público, colocándonos como un mal ejemplo a seguir, con la somera
intención de cautivar votos y de esta forma alcanzar la presidencia.
De estos personajes hay una larga lista.
Todo el mundo sabe que atravesamos una terrible crisis económica y
financiera; que el gobierno hace tripas corazón para traer alimentos,
medicinas, combustible de países que nos tienden la mano amiga y que
logran evadir el bloqueo y las criminales sanciones que están ahogando
al pueblo venezolano.
A Lula hay que recordarle que gracias a Maduro, cuando cayó en las
garras de la oligarquía brasilera, recibiendo trompadas por todos
lados y hasta a la cárcel fue a tostar; el que le tendió un salvavidas
a través de una campaña internacional en favor de su imagen y de la
injusticia que se estaba cometiendo; Maduro salió en su defensa de su
causa a sabiendas que la mediática internacional lo condenaba y
satanizaba. Por eso es que somos partidarios que de mal agradecidos
está el infierno lleno.
