Trump: ¡a Colombia ni loco!

Han de creer, pero ese Trump es más inteligente de lo que parece, aunque su coeficiente intelectual es bajo, su fortuna de magnate lo ampara de ser lo que quiera ser y sobre todo de mandar como un republicano nada democrático que todo lo enreda o, sino lo deja a medias, lo cancela y, eso ha pasado con la pretensión del gobierno colombiano de invitarlo a que visitara Colombia, aunque fuera por horas que, para ellos sería su mejor sueño: tener al jefe del imperio en su presencia que con toda seguridad uno de los planes de Iván Duque además, de seguirle sacando dólares, lo pondría a cantar un ballenato a dúo con él y, hasta le pediría que se bañe en el Río Magdalena y, como gesto de paciencia de patrón a la tradición cultural, Shakira le bailaría su danza del vientre con un waka waka y Trump se la comería con una sonrisa gringa a lo africano y soplaría al viento encantado de emoción: ¿qué me falta para ser el rey del mundo? Sí Colombia es un sueño..., un sueño de los tantos que explotan en mi memoria -diría entre sí.

Pero como querer no es poder comprar. La mercancía se le quedó fría al gobierno colombiano que, a Iván no le queda sino verlo de lejos y, por tv cuando Trump se lo imponga que Trump bien preocupado desde la Casa Blanca en momentos de suma concentración para dar el sí definitivo o, el no despreciativo de su ida a Colombia de tanta ida y venida de caminar en su despacho pensó en Maduro, y se extrañó y, acertó por ahí me pegaré, para no ir a Colombia y así el mundo deja de estar rezando por mí -lo pensó- de mal humor que, a veces se le escapa de su vivencia particular de tímido engreído nada popular.

No iré a Colombia, participó de inmediato a sus colaboradores y, el porqué me lo reservo se afincó en decir y con una mezcla pegajosa de alegría suntuosa dijo, no suelten más de lo necesario que si le dan riendas los colombianos son astutos y son capaces de mandarme un cargamento de droga sentimental que triture mi ánimo y me haga cambiar de opinión que, ellos son muy diestros en vivacidad con la palabra engorrosa de frases elegantes que afeitan la solvencia del más pintado y, por eso son famosos con la tremenda particularidad que cuando no la hacen a la entrada la hacen a la salida y, ese es mi miedo espantoso de ir a Colombia que, van a querer hacer de mí su miriñaque popular para arrechar a Maduro con mi ida de hecerle ver que voy a invadirlo de gustos caprichosos, y a darles el complemento de vivir de las costillas de los EEUU mientras, ellos nos meten cada año más su porquería de la coca por donde mejor le parezca que como puente inventen y, además, el expresidente Alvaro Uribez me cae mal tan mal que me quita el sueño de noche.

Decir que en lo adelante después, que Trump desechó el viaje a Colombia ha dormido bien es mentir, precupado ha estado y preocupado ha de seguir por no caerle al mónton de chismes que le tendrían guardado a su reserva, pues bien sabe que el gobierno de Iván Duque no se preocupa por el pueblo de colombia, sino por los miles de refugiados venezolanos que están en su país que le están comiendo de todo que, por ellos arruinados van a quedar y, que le quedaba al presidente Duque: meterle por los ojos a Trump a los refugiados venezolanos, por los que le pedirían más millones de dólares a cambio de mantenerlos como en el paraíso que nunca tuvieron en Venezuela y, hasta le dirían que el Bolívar que murió en Santa Marta lo había predecido mucho antes cuando, habría dicho con sorna que, los venezolanos vivirían más felices en Colombia que en Venezuela gracias, a un alto representante extranjero que me correspondería a él en el papel y lo más triste es que irá a Chile se entrevistará con Xi Jinping y de nuevo a su país y, ¡a Colombia ni loco!

Mientras, Maduro más alegre de satisfacción sin paralelo pensaba: ve que sí hay un Dios en el cielo que el coñazo de oraciones que le sumbaron Cilia y él con los cinco metros de cirios encendidos hicieron su efecto por lo que, no see enverracaré de rabia esta vez contra Trump, que no se prestó a la jugada de Iván Duque de tirarle más mierda de la que me ha tirado como "dictador" como lo trata, pero con Dios y su revolución nadie puede, aunque se la pinten de negro tedioso con sus calambres de egoísmos y de injurias como entrometidos que son del proceso como potencia que anuncia después de Cristo cuando, llegue la hora y el momento que nuestra moneda definitiva no sea el dólar sino el Petro.

Y, a todas ellas en Colombia hay un entierro de velas de todos los coloreas en que el gobierno de Duque finge el malestar comprimido que, lo tiene en el diván de las preocupaciones sin un Trump que lo distraiga con el zumbar de su ruido melodioso de hablar mal hasta de su sombra y, con un espolón de iras injerencistas le preocupa más la entrada del Petro en la dinámica economía mundial como criptomoneda de una dictadura que no se ve ni se toca, pero distrae y lo que más le enreda el papagayo es que el dictador le mandé más refugiados ahora con petros.

Bueno, de pan y de ideas vive el hombre y, los colombianos por lo general de los venezolanos -aquí los hay por millones- y ahora por la ayuda de Trump Colombia sufre.



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Esteban Rojas


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