Yungas: un escenario de escalada de violencia como Venezuela y Nicaragua para Bolivia

El alevoso ataque contra los erradicadores de la Fuerza de Tarea Conjunta en la Asunta en los Yungas, es apenas la punta del iceberg de un conspirador, como provocador proceso a la vez, que no sólo tiene un componente concerniente a impedir el cumplimiento de los compromisos que como metas de erradicación con la comunidad internacional el Estado boliviano ha asumido; sino que este componente ya está contaminado con una intencionalidad política, como la que vivió Venezuela el año pasado, y éste año el nicaragüense, por lo que tiene como objetivo derrocar al gobierno boliviano, en la lógica de acabar con los gobiernos “populistas” en la región latinoamericana.

Es en ese secuencial sentido que lo que sucedió; tanto en Venezuela (abril de 2017) como en Nicaragua (abril de 20018) debe servirnos para extrapolar que existe una ex profesa intención de generar también en Bolivia una espiral de violencia que ponga entre las cuerdas al gobierno.

Las advertencias que con anterioridad lanzó el dirigente de ADEPCOCA Franklin Gutiérrez, señalando que estaban en pie de lucha para impedir que se prosiga con las tareas de erradicación, dando ufanamente un ultimatun para que los erradicadores abandonen los Yungas, no es sino la confirmación de animus bellicus de generar violencia, como la vivida ayer, como vivió Venezuela el años pasado, y este año Nicaragua.

Pero no sólo que la complejidad de esta coyuntura está dada por las declaraciones de su dirigente, como por las acciones de confrontación que ayer derivaron en el deceso de un oficial miembro de los erradicadores; sino por el reciente informe de la UNODC sobre el crecimiento en un 6% de cocales, le añaden un grado de preocupación sobre la urgencia de dar cumplimiento a las metas. Pero además por cuanto es de conocimiento público, existe una orden militarizar la frontera de Bolivia con la Argentina por el incremento de las actividades de narcotráfico.

Y si dentro el análisis, añadimos además que los Yungas ha sido una región en la que USAID -por más que haya sido echada del país- ha tenido carta blanca para operar en ese lugar; nos daremos cuenta que este proceso desestabilizador tiene marca y sello. Y no se trata de buscar un chivo expiatorio, que exactamente sean los EE.UU., sino que los estadounidenses han usado el narcotráfico como un arma política, y que es lo que los yanquis en los Yungas están poniendo en ejecución. ¿O no fue acaso que en Nicaragua financiaron a los contras con el narcotráfico?

Así que hoy el gobierno; no sólo que no debe caer en el juego de la provocación y la violencia como se vivió en Venezuela y Nicaragua; sino que tampoco puede permitir que extranjeros -como los que actuaron asesinando en Venezuela, junto a las Guarimbas, y en Nicaragua de junto a los grupos violentos de estudiantes enmascarados- conviertan a los Yungas en el epicentro de una espiral que empiece con un teniente muerto, y no pare hasta que estemos contando por centenas.

prudenprusiano@gmail.com


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Rolando Prudencio Briancon


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