Se hace necesario
seguir profundizando, analizando, discutiendo y debatiendo el hecho
de que las garras imperiales continuarán arremetiendo contra este pueblo
de Bolívar, a costa de lo que sea, con el propósito de adueñarse
de nuestros recursos naturales y de pisotear nuestra soberanía y libertad
plena.
En esta era
bicentenaria, se hace imprescindible seguir rescatando nuestra memoria
histórica para, como siempre lo decimos, saber de dónde venimos, dónde
estamos y hacia dónde vamos. Por ello, la comparación de las luchas
libradas por nuestros ancestros para hacernos libres, están estrechamente
relacionadas con los hechos que hoy en día acontecen, aquéllos que
tanto Venezuela como el continente todo está viviendo, una lucha que
aún, después de más de 500 años, no termina.
Nosotros emprendimos
verdaderamente una lucha antiimperialista desde que los españoles tocaron
estas tierras, allí están nuestros antecedentes históricos,
nuestros ancestros luchando desde el primer momento contra el imperio
invasor. En aquellos años de lucha contra el imperio español se destacaron
los levantamientos de nuestros aborígenes, dirigidos por guerreros
de gran valor como Guaicaipuro, pero también los levantamientos conocidos
como movimientos precursores de la independencia de los negros esclavos,
de la época de José Leonardo Chirinos, y tantos otros.
Y rememorando
esas luchas antiimperialistas del pasado, es imposible no reconocer
nuevamente el pensamiento visionario e iniciador del antiimperialismo
de nuestro Padre Simón Bolívar cuando juró en el Monte Sacro: “No
daré descanso a mi brazo ni reposo a
mi alma hasta que no hallamos roto las cadenas que nos oprimen por voluntad
del imperio español”. Y además cuando dijo: “Por fortuna
se ha visto con frecuencia un puñado de hombre libres vencer a imperios
poderosos…”.
Terminó la
III República, con la traición al proyecto bolivariano y la muerte
física del Padre Libertador; y comenzó así la larga y tortuosa IV
República. Pasaron años de adormecimiento, de nuevos intentos y de
nuevas traiciones; se suscitaron luchas de diverso tipo, pasando
por las de Zamora, las de Maisanta y tantos otros; y llegar así a mediados
del siglo XX. En ese periodo se presenta en nuestro proceso libertario
la conocida y más cercana lucha de los años 60: la guerrilla venezolana,
que surgió después del “23 de enero” de 1958, donde también la
traición fue la protagonista de la historia en personajes como
Rómulo Betancourt. No les quedó otra salida a las y los revolucionarios(as)
de aquella época que irse a las montañas, con el fusil al hombro,
a luchar por la libertad de la Patria; a la lucha antiimperialista,
sin dudas.
Y mientras
aquí en Venezuela se batallaba con tantas traiciones e intentos
fallidos por alcanzar un camino hacia la verdadera soberanía, nuestro
camarada Fidel Castro en Cuba decía en 1956: “Soy de los que creen
que en una revolución los principios valen más que los cañones….
No cambiaríamos uno solo de nuestros principios por las armas que puedan
tener todos los dictadores juntos, esta actitud de los hombres que estamos
dispuestos a combatir y a morir contra fuerzas incomparables superiores
en recursos, sin aceptar ayuda extraña, es la respuesta más digna
que podemos darle a los voces de la tiranía”.
Después aquí
en nuestro país, pasamos por otras importantes luchas, ya mencionadas
en el artículo anterior (El caracazo 1989 – El 4 de Febrero 1992
– el golpe de estado de 2002 - entre otros) que nos han permitido
fortalecer nuestra conciencia revolucionaria, saber que es sumamente
importante seguir unificando nuestro movimiento cívico - militar, seguir
organizando nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela, organizando
el poder popular, junto a todas las fuerzas aliadas; y así seguir pintando
un panorama totalmente diferente para el imperio, porque el pueblo de
Bolívar nuevamente ha despertado y está dispuesto a ser definitivamente
libre.
El imperio
sabe que en estos momento le resultaría muy difícil implementar otra
vez el guión del 2002, y por eso, lógica imperial, están buscando
otros caminos, donde se incluye incluso, matar al presidente Chávez;
donde está contemplado montar un expediente de “estado fallido”,
para tratar de justificar ante la comunidad internacional una intervención
de cualquier tipo, donde el último eslabón de la cadena, seria la
invasión militar directa del país.
Pero entonces,
con esa convicción que nosotros tenemos, que hemos heredado de todos
esos procesos históricos, de ser verdaderamente libres, no valen
cañones ni armas atómicas. Así como lo dijo Fidel para la revolución
cubana, como lo dijo Bolívar en su momento, en 1818; y en tanto otros
de su vida revolucionaria, lo debemos asumir nosotros hoy: ningún imperio,
por más fuerza bélica que tenga, podrá detener la Revolución Bolivariana.
Esa es la respuesta
que damos nosotros como pueblo, dispuestos a lo que haga falta sin que
nos intimide el poderío militar del imperio norteamericano, porque
nosotros desde hace más de 500 años, tenemos la fuerte disposición
de ser definitivamente libres.
Por eso compañeros,
compañeras hay que estar preparados para lo que haga falta. Nos ha
traído hasta aquí, en esta nueva etapa del proceso bolivariano, la
vía electoral; pero no se niega, por supuesto, que para defender la
revolución, la soberanía, tengamos, en algún momento, que tomar de
nuevo, como lo hicieron nuestros antecesores, el camino de la lucha
armada. Tomar de nuevo el fusil que se calaron al hombro, los compañeros
de los años 60 y 70 de este siglo, que se calaron Zamora y sus guerreros;
que se calaron Miranda y Bolívar. Ojala que no sea necesario, porque
nadie quiere la guerra; y podamos continuar el proceso revolucionario
en paz. Pero eso depende, precisamente, de nosotros mismos, porque mientras
más unidos estemos, mientras mayor organización popular le mostremos
al mundo, mientras mayor disposición de lucha mostremos al imperio
y a sus aliados; mientras mayor pasión patria, para defender nuestra
libertad y soberanía, más difícil le resultará al imperio intervenir
a Venezuela por cualquiera de las maneras y métodos. Por eso, depende
de nosotros, como pueblo organizado, que continuemos por el camino de
la construcción del socialismo en paz.
Pero que no
se atrevan con nosotros, porque una gran cantidad de nuestra gente en
estos más de 500 años ha muerto defendiendo la patria, y nosotros,
los que quedamos vivos todavía, estamos ansiosos de correr la misma
suerte, si hace falta, defendiendo nuestra Revolución Bolivariana.
Ese es el compromiso, y debemos mostrárselo al mundo, por todas
partes; mostrar nuestra disposición autentica de lucha, para ser una
Venezuela verdaderamente libre, verdaderamente soberana…verdaderamente
revolucionaria!!!
Patria Socialismo o Muerte!!!
Necesario
es seguir venciendo!!!
La Lucha por la independencia continúa!!
sentirbolivarianobarinas@gmail.com