¡Ay Colombia!

De la cauda luminosa de nuestros héroes ––que lucharon por la libertad ilustrada que serviría de fundamento para la construcción del capitalismo como sistema privado de la burguesía y de los grandes monopolios económicos y políticos que hoy dominan el mundo–– surgió la necesidad de una nueva constelación de hombres insuflados del heroísmo suficiente para luchar, no ya por la libertad, sino por el socialismo, traducido en la victoria de los trabajadores sobre el sistema de explotación capitalista. El principal héroe de este concepto de trascendencia de las ideas liberales, que hoy no sirven sino a los enemigos de la causa proletaria, es sin duda, Ernesto Che Guevara de la Serna.



En Colombia, quien encarna y sostiene en vilo las posibilidades de esa trascendencia son las FARC EP. En medio de una lucha fraticida, el ejército del pueblo ––aún no reconocido por la mayoría de los colombianos–– ha puesto la cuota de sacrifico más grande en toda la historia colombiana; sin embargo, la República en estos momentos está desaparecida en las garras del imperialismo norteamericano, quien utiliza el terruño nacional para producir la mayor cantidad de cocaína en el mundo, como parte de su lucrativo negocio de las drogas. El suelo de la tierra colombiana es hoy el asiento del mayor emplazamiento de bases militares de Suramérica. En medio de esta conmoción que significa la perdida de los derechos políticos de los trabajadores y de las mayorías empobrecidas, se dan unas elecciones, donde todas las encuestadoras daban una suerte de pareo en la intencionalidad del voto de los electores, entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus.

Las elecciones en Colombia, ha sido una cosa de ciencia ficción: a pesar de que el sistema electoral colombiano, es uno de los más manuales del mundo, en menos de 2 horas, la tortuga se convirtió en halcón, y contabilizó 11 millones de votos y dio el resultado que daba como ganador a Santos con un 46% sobre Mockus con un poco más del 21%.

Si se tiene en cuenta el hecho de que recientemente, en las elecciones para las nuevas diputaciones del congreso, ese mismo organismo electoral tardó más de un mes, y todavía no los ha dado claramente, deducimos por lógica elemental que estás presidenciales en Colombia son un gigantesco fraude, ejecutado por el Estado narcoparamilitar dirigido por la CIA y por el Mossad.

El papel de Mockus en toda esta parodia de legalidad es la del legitimador del supuesto triunfo de Santos. Los votantes votaron por él, y él lo sabe y no lo dice, porque es un liberal de los círculos intelectuales de Harvard. Antanas es un buen representante de la derecha que se incuba en las universidades, con sus privilegios de casta, esperando la oportunidad de vender sus opiniones de intelectual orgánico del capitalismo.

La eminente “victoria” de Santos en segunda vuelta, envuelve a Colombia por lo menos 8 años más en el oprobio de estar pisoteado por una mafia narcoparamilitar entregada a los perversos intereses del Imperialismo norteamericano.


tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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