La Epistemología en la producción científica

Amén de las varias definiciones que hacen referencia a la epistemología como "filosofía de las ciencias" entre otras, Figueroa y Jiménez (2012), al respecto en un análisis más detallado señalan que « Epi quiere decir "sobre", steme viene de la raíz sánscrita stha que significa "tenerse en pie", "fijarse sobre", y la encontramos en innumerables palabras latinas, como estar, estado, estatua, estatuto, estabilidad, constatar, construir, instruir, estructura, entre otras ». De allí que episteme como conocimiento legitimado por procesos racionales pertinentes, tiene el singular significado y particularidad, de ser un conocimiento validado, distanciado y prudentemente diferenciado de la doxa o conocimiento común, vulgar o mítico.

A partir de entonces, como proceso histórico de acumulación de conocimientos; tamizado por el legado generacional de la humanidad, la epistemología, viene cumpliendo su papel protagónico para una producción continua, sostenida y acelerada en los últimos decenios y quinquenios de avance para una producción social de conocimientos en la producción de bienes y servicios de interés y consumo cultural masivo. Teniendo presente que mucho de estos avances, tienen una arista ética de necesaria revisión dada la velocidad e imposición por parte de poderes fácticos de élites hegemónicas (cosa que no debe soslayarse).

Una condición de características axiomática, de la ciencia en su desempeño social, nos la trae como referencia un autor investigador y docente universitario clásico latinoamericano como lo ha sido el Dr Mario Bunge 1981, cuando manifiesta, "La ciencia como actividad -como investigación- pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales y culturales, la ciencia se convierte en tecnología." (p. 9). En tal sentido, los avances en el conocimiento indispensable para el avance de las sociedades van precedidos de una planificación y organización, donde la epistemología se constituye en una herramienta indispensable para tales avances.

Desde los siglos recientes próximos pasados, se viene haciendo transición de posiciones que negaban la razón, exaltando "(…) la intuición, al rechazarse el dato fundado y abrazarse al mito, se niega la ciencia, que es el enfoque racional del mundo; y por consiguiente se niega la epistemología que es la teoría de ese enfoque racional de los hechos materiales y espirituales" (Op. Cit. Ant., p. 91). De allí que la epistemología, como filosofía de las ciencias, viene ganando sus espacios a punta de legitimar la necesidad de darle preponderancia, genuina e indispensable presencia en los procedimientos para la producción social y pertinencia al conocimiento para la ciencia aplicada o tecnología. Siendo esta la que finalmente cobra cuerpo en el seno de la sociedad con la producción social de bienes y servicios que brindan aportes culturales concretos en la sociedad.

Toda sociedad tiene su propia conformación e hilo histórico no lineal, ni necesariamente emparentado o afines con otras culturas. Los aspectos sociales y definitivamente cultural producto de largos procesos relacionados intimamente con la cosmovisión de (del) mundo o como lo definen los alemanes, la Weltanschauung. Esta en principio con fuerte carga mítica imprimida por los pueblos. De allí que se hace necesario un entronque transicional hacia la producción de conocimientos que desmitifique los procesos que darán apertura a sociedades que legitimen la certeza de producción de conocimiento social de interés, haciendo énfasis en la certidumbre y propiedad colectiva para el beneficio directo de los pueblos. El sujeto social colectivo, debe permearse, apropiarse y hacer suyo la transformación cultural en beneficio de un nueva subjetividad colectiva social.

De lo anterior se deduce, que el papel de la epistemología, es indispensable en la producción legitima y pertinente que puede contribuir sustancialmente a producir el conocimiento o conocimientos validados y que socialmente hagan el aporte sustantivo en los cambios y las transformación efectivas de las sociedades hacia su soberanía. Por ello, es que la epistemología, no está separada de la ciencia, antes por el contrario, "está a la vez en la raíz, en los frutos y en el propio tronco del arbol de la ciencia." (Bunge dixit, p. 95).

En cuanto a la separación supuesta y de hecho que se ha dado entre las distintas ciencias y las humanidades, no debería seguirse permitiendo. Antes por el contrario ese campo común entre las distintas disciplinas, debe ser allanado y hacerlo complementario en busqueda de una estrecha relación dialógica, que potencie cualitativa y cuantitativamente la transdisciplinariedad en la complejidad de la realidad que vivimos y padecemos cotidianamente. Esta realidad evidentemente, no es fragmentada, de esto último se ha ocupado la mente del humano lamentablemente, en torcer el rumbo. Sin embargo se hace impostergable que la producción de conocimiento científico y no cientítifico, debe contar con los acuerdos propiciados a través del diálogo que conduzca a procesos inéditos de conocimientos tecnicos de interés colectivo en la transformación cultural de los pueblos, hacia nuevos estatutos de soberanía.

La educación, como responsabilidad de todo Estado, tradicionalmente tiene el compromiso institucional de conducir la formación de los ciudadanos, en correspondencia con los principios e intereses de las clases que detentan el poder. De allí que la legitimidad de la educación que se le imparta a los ciudadanos, estará guiada por los hilos de unas relaciones de dominación por parte de las élites sobre grandes masas de ciudadanos controlados socialmente. Antes por lo contrario, una educación de inclusión, calidad, pertinencia y socialmente equitativa, debe estar soportada en procesos que permitan la producción de epistemes para la reivindicación social y soberanía de las grandes mayorías.

Rojas (2020), manifiesta que: "Las herramientas epistémicas disponibles y conocidas, tienen perfecto sentido en distintos y legítimos campos del conocimiento y de la academia tradicionalmente colonizada. Pero más, sin embargo las nuevas fronteras del conocimiento que enfrenta la humanidad requiere de novedosas herramientas epistemológicas." (p. 24). Teniendo presente que todos estos esfuerzos de cambio, requieren acudir alternativamente a nuevas herramientas epistemológicas diferenciadas y distanciadas de las tradicionales hegemónicas, neocoloniales, propias de las tradcionales dominantes. Esto considerando que, labrar y producir nuevos conocimientos científicos para la pertinencia social que contribuya a mejorar la producción de bienes y servicios socioculturalmente reivindicativos para atender necesidades colectivas de sectores excluídos.

A modo de recuento de este recorrido ensayístico, debe tenerse presente que la epistemología en términos de herramienta académica, genuinamente correcta, éticamente justa y socialmente emancipadora debe tributar a la producción de conocimientos científicos y no científicos validados técnicamente, que tribute a la producción sostenida y sostenible de conocimientos de alto tenor, valor social y cultural. En todos los procesos de investigación, la epistemología debe estar posicionada de modo transversal, involucrada intima y entrañablemente con la producción de ciencia; es decir de conocimientos en dinámica perfectible permanentemente hasta alcanzar estatutos de excelencia. Decirlo resulta sencillo, pero hacerse énfasis en la revisión, acompañamiento, cooperación y seguimiento permanente de todas las etapas de estos procesos que permitan perfilar rigurosidad con eficiencia en la producción socialmente justo del conocimiento.

De hecho, los procesos sociales y culturales contemporáneos de producción de conocimientos, en una sociedad altamente tecnificada, requiere de propuestas epistemológicas nuevas, que permitan contextualizar el momento coyuntural que se vive actualmente. Desnudar entrañablemente los procesos de producción y consumo de bienes materiales, culturales y servicios, ameritan una revisión a fondo del momento actual. Preguntas tales como ¿se produce los bienes y servicios culturales indispensables para el ciudadano común?¿La sociedad de consumo realmente está atendiendo con primacía verdaderas necesidades o resulta ser una mera fachada de una sociedad consumista?¿El productivismo está subsanando necesidades ciertas de los ciudadanos u obedece a leyes estrictamente mercantilistas capitalistas? Esas y otras preguntas en el campo ético, requiere de sujetos avisados, críticos de la situación actual, enmarcados en el justo mero centro medio, distanciados prudentemente de posiciones dogmáticas y escepticas en extremo; en posición propiamente kantiana pues. Para eso, se hace necesario nuevas propuestas epistemológicas que enfrenten la incertidumbre de un mundo que apabulla y aliena al ciudadano con ciencias y tecnologías que desbordan marcos éticos, productivistas y consumistas a ultranza que no están dando las respuestas que se esperan de una sociedad en busca de los equilibrios sociales, economicos, ambientales y politicos para una sana convivencia. De allí que las epistemologías son las herramientas para hacer las grandes preguntas y trazar las nuevas rutas en busqueda de respuestas certeras. Las epistemologías en el entendido de filosofías de las ciencias, en términos plurales, más que resolver enigmas, tiene el papel de elaborar y formular las grandes preguntas que desarrollen las capacidades críticas de los sujetos ante un mundo sorprendentemente convulsionado y cargado de incertidumbres.

¡Feliz y provechoso Equinoccio!

Referencias

  • Bunge, Mario (1981) La ciencia su método y su filosofía. Ediciones Siglo Veinte. Buenos Aires. 110 p.

  • Figueroa de Jiménez, Glenda y Jiménez Silva, Juan Ubaldo (2012). Epistemología e Investigación. Para investigar con éxito. Primera edición. 500 ejemplares. 196 p.

  • Rojas Moreno, Nalliver del Carmen (2020) Epistemologías insurgentes; irrupción gnoseológica del devenir. Universidad Territorial Deltaica Francisco Tamayo. Delta Amacuro. Venezuela. Revista REDICI. N° 3. Julio-diciembre 2020. Disponible: https://redici-utdft.webnode.es/. [Consulta: 2022, febrero 09]



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Aquiles J. Amares P.

Dr.. Docente universitario

 aquilesjap@gmail.com

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