Apreciados paisanos e invitados que nos honran con su presencia.
La historia de una joven ciudad, nos convoca y nos reúne en esta fecha: nuestra pequeña y amada ciudad Tucupita. Vocablo surgido de las raíces profundas de la ancestralidad de nuestra tierra deltaica orinoquense, amacurense, imataquense, esequibana y atlántica: Esas son nuestras referencias histórico geográficas, étnicas y sociales de identidad, desde los orígenes profundos de nuestra historia y nuestra carta de navegación del presente con proyección futura de alcanzar con éxito rotundo, el despliegue de la potencia que somos ante nuestros mayores y mejores planes, programas y proyectos, para cumplir las metas concretas de beneficio colectivo. Como todos los años, la fecha es centro de interés de un debate en torno a una interrogante: ¿poblamiento o fundación de Tucupita? No me detendré en estos hechos. Creo que ha habido suficiente debate al respecto, lo que permite a los ciudadanos, paisanos, compatriotas tucupitenses, disponer de suficientes elementos de juicio para el debate dialéctico, sincero, respetuoso y por supuesto, para extraer la síntesis respectiva, que nos permita avanzar y superar cualquier entuerto histórico de menor relevancia y consideración. La historia y en particular nuestra historia local y regional será y debe ser centro permanente para la investigación, revisión de documentos, fuentes y referencias de cualquier naturaleza, que nos permitan ir desempolvando nuestra historia de elementos distorsionantes y evitando las cegueras dogmáticas. Comunicar los resultados de estas investigaciones y acciones, nos hará ciudadanos críticos y avisados ante los hechos del pasado y del presente. En tal sentido agradecido profundamente de esta invitación, compartiré estos oportunos y preciosos minutos, con todas y todos ustedes, paisanos tucupitenses, para plantear temas de interés contemporáneos que estimo deben ser de consideración.
Tucupita, es numéricamente el centro urbano de mayor densidad poblacional y el centro del poder político de nuestra entidad, donde se toman y deben tomarse en cuenta las decisiones más correctas y oportunas, bajo el principio gobernar obedeciendo a nuestro pueblo. El pueblo bajo los principios de participación y protagonismo, contenidos y direccionados soberanamente desde nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha manifestado sus mandatos respectivos para que se hagan realidad mediante una revolución que debe política, social y económicamente debe transformar profundamente desde las raíces nuestra sociedad. Tucupita en revolución, se ha venido perfilando en revolución bolivariana, en la ciudad universitaria que muchos estudiantes deltanos anhelamos siempre. La historiografía registra, que buena parte de estos logros, fueron posibles, por las luchas estudiantiles emprendidas tempranamente, desde organizaciones como la Asociación de estudiantes Deltanos (ASOEDELTA). Los registros históricos recogen que muchos jóvenes tucupitenses y deltanos amacurenses en general, tuvimos que emigrar a otras regiones de nuestra patria e incluso otros países para obtener las suficientes calificaciones, certificaciones, acreditaciones hasta lograr los conferimientos de títulos como técnicos y profesionales universitarios. Algunos por distintas razones se quedaron en otros lares. Otros retornamos y hacemos vida técnica, profesional y productiva de conocimientos, bienes y servicios tangibles e intangibles, para el bienestar social y político de nuestra Tucupita y entidad federal toda. Actualmente nuestra Tucupita, con orgullo lo decimos, está formando y confiriendo títulos a los técnicos y profesionales universitarios de nuestra entidad, la región oriental, Guayana, el país venezolano e incluso hemos tenido experiencia en la formación y acreditación de técnicos y profesionales de nuestra patria grande latinoamericana y caribeña. Esa configuración de Tucupita contemporánea de hoy, nos demuestra que somos una ciudad, municipio y entidad federal del país venezolana en franco y raudo avance hacia un futuro de garantías con una población cada día más informada, formada y preparada para afrontar un futuro cierto y de bienestar colectivo. La potencia humana de nuestro pueblo Tucupitense y deltano amacurense por extensión, y todos nuestros recursos y espiritualidad, debe ser potenciada, desplegada y accionada hacia los más altos intereses, logros y beneficios colectivos de nuestra patria chica.
Tucupita, merece todas las atenciones en su condición citadina y municipio capital del estado Bolivariano Delta Amacuro, conformada de una población de hombres y mujeres Warao, Caribe, Jotarao e incluso de otras nacionalidades, que se integran y conforman el crisol humano, que nos da una configuración de rostro, cultura, espiritualidad e identidad particular, única. Lo que nos hace orgullosos integrantes del honorable gentilicio Tucupitense y en extensión deltanos, con toda la complejidad humana, histórica, geográfica estratégica que somos para nosotros mismos y el país venezolano. Debemos hacer consciencia cotidiana y reforzar nuestra identidad de fines y propósitos de crecimiento y formación permanente, cultivando el arraigo con nuestra tierra ancestral bendita. Recuerdo y refresco que somos la entidad venezolana conformada por dos grandes formaciones geológicas: una la de los más antiguos paisajes del planeta; la Sierra Imataca, ubicado al norte del macizo guayanés y el otro el paisaje mas reciente de las formaciones planetarias, nuestro Delta del Orinoco, que crece permanentemente, ganando espacio al océano Atlántico y consolidando territorialidad al país venezolano. Hecho fundamental de nuestra condición soberana que nos hace cada día más orgullosos.
Conocido es el hecho por todos ustedes, de la intervención imperial estadounidense y sus aliados, que contó con el apoyo de la oligarquía económica y política del pasado, como lo fue el cierre del caño Manamo a mediados de la década del sesenta (años 65 y 66). Este evento desconfiguró y altero la dinámica hidrobiológica y ambiental integral de nuestro Delta del Orinoco. Los Tucupitenses, deltanos y el poder popular soberano en ejercicio debemos prestar la atención que merece nuestra subcuenca caño Manamo. Teniendo en cuenta una visión complejizada, problematizadora, integral e integrada para atender el más grave atropello contra nuestra entidad federal, que supera a muchas otras intervenciones contra la naturaleza y sociedad en el resto de nuestro país. Esto ha sido tema de consideración que en oportunidades pasadas hemos tratado con nuestra apreciada camarada gobernadora Loa Tamaronis Reina. Contamos con un alcalde joven, el ingeniero Asnardo Rodríguez Santaella, formado en los conocimientos y experticias de los temas ambientales. Los felicito a ambos gobernantes. Es el escenario político de la revolución bolivariana y chavista triunfante de los poderes populares comunal, local, regional y nacional más propicio para acometer el mayor, comprometido y más desprendido ejercicio político para atacar, enfrentar esta realidad social, ambiental, de seguridad ciudadana, productiva y económica de nuestro estado. Debe conformarse un Plan rector de manejo integral de nuestra intervenida subcuenca caño Manamo. Plan que debe servir para resarcir los daños sociales y ambientales ocasionados por la fenecida cuarta república y confirmar que estamos dispuestos a superar este entuerto y mejorar las condiciones de bienestar sanitario, social, económico y productivo de todo nuestro amado pueblo deltano orinoquense, amacureño, imataquense, Esequibano y atlántico.
¡Gracias por su atención queridos paisanos, viva la Patria Bolivariana!
Tucupita, jueves 31 de julio de 2025.