Trincheras de Ideas

Bolívar: ¿Luchas por el poder económico más cesecionismo?

En el estado Bolívar al parecer la procesión conspirativa va por dentro, es decir, un sinuoso cuadro donde se mueven factores regionales, nacionales tanto del oposicionismo golpista como de factores o individualidades que, pese a decirse que están con el proyecto revolucionario bolivariano, golpean de manera abierta o velada las políticas que para el desarrollo de la industria minera impulsa el presidente Hugo Chávez. De todo este proceso naturalmente, no están ausentes empresas transnacionales, en parte afectadas por las políticas nacionalistas que impulsa el gobierno, empresas aliadas a grupos burgueses que han detentado o detentan poder económico en el área minera de la región.

Está meridianamente claro que, dentro del Plan Socialista de la Nación, ‘Proyecto Nacional Simón Bolívar’, el desarrollo sostenido en el área minera constituye un elemento estratégico para diversificar la economía, ir dejando la dependencia absoluta de la renta petrolera, poniendo el acento en el desarrollo de la minería y la agricultura en gran escala y de manera sostenida. Las muchas visitas del presidente Chávez al estado Bolívar, el decreto de creación de una nueva empresa siderúrgica, la construcción y ampliación del sistema energético de electricidad con la puesta en práctica de nuevos sistemas generadores de energía, la construcción de dos imponentes y descomunales puentes sobre el río Orinoco, la nacionalización de varias minas de oro más la no renovación de concesiones junto a la propuesta de planes sociales que tomen en cuenta al pueblo, siempre sumido en la miseria, en la pobreza, mientras cuantiosas riquezas van a parar a manos de empresas extranjeras y nacionales y/o gubernamentales, nos indican la firme decisión de desarrollar, bajo control del Estado, la industria de la minería.

La crisis económica mundial ha afectado o incidido dentro del proceso productivo del hierro, del aluminio, del oro, todo el sector minero agrupado en la CVG. Sin dudas que la crisis ha afectado la producción y, por consiguiente, el ingreso; pero más allá de eso, hay la agudización de algunas contradicciones donde un sector del movimiento obrero, más apegado al reivindicativismo, al economicismo, manipulado por grupos de la extrema derecha, y de sectores del propio gobierno regional, que tratan de pescar en río revuelto y de frenar el desarrollo de envergadura de los planes de desarrollo.

Pero no sólo lo ya dicho, a ello hay que agregar que se mueve tras bastidores una lucha por el control de la CVG, de las empresas que forman parte de dicha corporación, así, superada en parte las crisis en SIDOR, Venalum, al sólo anuncio público de la alianza estratégica entre Venezuela y Cuba para la exploración, investigación y explotación del recurso minero del estado Bolívar, le tocó el turno a Minerven con una absurda e ilegal huelga –como lo fueron las otras– y las exageradas pretensiones “reivindicativas” del sindicalerismo que controla el sindicato y que en buena medida obedece a las orientaciones de un sector de la Gobernación, empecinado en torpedear la gestión del Ministro Rodolfo Sanz y de los diferentes directores de las Empresas Básicas. A ello hay que agregar las ambiciones de algunos funcionarios que quieren acceder de manera personal a la riqueza minera y le hacen el juego a las tratativas conspirativas.

Sólo con el gobierno revolucionario es que se ha comenzado a valorizar la importancia estratégica del estado Bolívar. Esa importantísima región fue una especie de tierra de nadie donde cuanto aventurero, mercenario, mercachifle, garimpeiros brasileños, guyaneses, colombianos; paramilitares y guerrilleros colombianos, transnacionales estadounidenses, canadienses y de otros países, grupos “evangelizdores” como las ‘Nuevas Tribus’, narco tráfico, sectores de la oligarquía criolla. Todos han ido en pos del oro, los diamantes, el uranio y decenas de minerales, muchos estratégicos, y en Venezuela y en el pueblo nadie había pensado, sólo para poner la infraestructura y continuar entregándole las riquezas a las empresas extranjeras o enriqueciendo a sectores de la burguesía oligarca venezolana.

El plan cesesionista es una carta que tienen bajo la manga los sectores de la derecha, poco o nada se habla de eso, pero si se analizan las diferentes posturas de los diversos actores del cuadro socio/político/económico regional, hay que considerar seriamente esa posibilidad. La derecha no está sólo en la oposición, dentro del proceso ha venido siendo denunciada una llamada “derecha endógena”, ésta no es una caracterización caprichosa y se expresa de muy diversas formas, la más importante es aquella que busca sabotear y frenar las políticas presidenciales para el sector minero y para el estado Bolívar en su conjunto, controlar la CVG, ensamblar y canalizar todas las fuerzas que interactúan en oposición abierta o soterrada contra el proceso, para intentar lo mismo que se vienen planteando los sectores de la contrarrevolución y el fascismo en los estados Táchira y Zulia: intentar o pretender fracturar Bolívar de la nación venezolana.

Estamos ante un complejo cuadro socio/político que amerita una ofensiva revolucionaria por parte de los sectores auténticamente revolucionarios, de las masas trabajadoras, de los mineros independientes, de los obreros mineros, del pueblo todo de Bolívar para ponerle un freno al proceso conspirativo y a las pretensiones de detener el desarrollo minero en Bolívar. (04-08-09)

* Escritor, educador, periodista alternativo y militante revolucionario, bolivariano y socialista, autor de una importante obra literaria, política, periodística, de investigación histórica.


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

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