Apure en llamas

Apure llora en silencio, mientras el arpa se oía, dice una de las estrofas de esta Quirpa llanera, popularmente conocida e interpretada magistralmente por el Quinteto Contrapunto y otras agrupaciones. Pero lo que en realidad no se oía era el clamor de las organizaciones nacionalistas venezolanas que por años, venían solicitando una un mayor atención y vigilancia a las zonas fronterizas de Venezuela, abandonadas y pasto de de aventureros, que luego fueron utilizadas en su debilidad, por las políticas de los vecinos, llamados, por algunos "hermanos", que no pierden la oportunidad de la fragilidad política de nuestros gobiernos para actuar como terrófagos y ampliar su territorio.

Y lo que observamos en Apure, prácticamente, un estado de guerra. En cualquier momento tenía que suceder, porque la penetración, ahora organizada del gobierno colombiano y su par los traficantes de drogas, era tan descarada, que tenían en nuestro territorio zonas "liberadas", bajo total control, asumiendo incluso, el rol de autoridades, a las cuales los residentes de la zona, tenían que rendirles cuenta y llevarle los problemas para que los resolvieran, ante la inoperancia por parte de nuestras autoridades.

¿Y esto es nuevo?, Noooo, en absoluto, tan vieja como la interpretación de la Quirpa por el Conjunto Contrapunto, eran las denuncias. Recuerdo, por ejemplo, que el Diario El Nacional, cuando este periódico se ocupaba de informar, publicó un reportaje, firmado por un colega periodista cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, donde con lujo de detalles informaba y denunciaba el estado de abandono en que se encontraba en zona fronteriza venezolana, y se decía por ejemplo, que poderosas organización, ya se iniciaba la formación de los carteles del narcotráfico, venían comprando hatos y haciendas en todas las zonas fronterizas con Venezuela, para ampliar su radio de acción y ganar territorio a expensas del nuestro. En ese reportaje, se daban incluso las coordenadas de ubicación de esos grupos y las zonas que para esos momentos habían sido invadidas.

Pero, los gobiernos de la IV República, identificados política e ideológicamente con la Oligarquía colombiana, hicieron caso omiso de estas denuncias, así como las formuladas por las organizaciones nacionalistas que existían para esa época en Venezuela, como el Frente de Defensa Integral de Venezuela, El Centro de Estudios Nacionales y personalidades estudiosas del área fronteriza que advirtieron oportunamente sobre este estado de abandono, penetración de elementos extranjeros y la reducción en la práctica de nuestro territorio, por el abandono oficial.

Hoy, quizás, con algo de retardo, observamos un cambio de política con relación las zonas fronterizas de Venezuela, y apenas han comenzado los operativos de la Fuerza Armada y otras organizaciones de seguridad en nuestro país, se pone al desnudo, la cruenta realidad que allí se venía forjando: Un territorio prácticamente minado por grupos para militares al servicio de los gobiernos colombianos, territorios tomados por los carteles de drogas para formar sus laboratorios, que funcionan a la par del paramilitarismo, bandas de delincuentes de toda calaña, que arremeten contra los propietarios legítimos de esas tierra (Haciendas, fincas, potreros, poblaciones campesinas etc.), para provocar una verdadera estampida de honestos propietarios y criadores que han tenido que abandonar sus predios para salvar la vida y la de sus familiares, ante el cuatrerismo y bandidaje de toda calaña que allí se practica.

Ya se pierde de vista el número de armas, laboratorios, minas, campamentos, incautación de armas y equipamiento militar, que viene anunciado el Gobierno Nacional, contra los ahora denominados TANCOL ( Traficantes y Terroristas colombianos), que han venido siendo desalojados por nuestras Fuerzas Armadas, con el lamentable número de bajas por nuestra parte.

Nunca es tarde cuando la dicha es buena, reza un refrán popular en nuestro país, y ojala este cambio de política hacia las zonas fronterizas marque una nueva pauta sobre la Seguridad Nacional de nuestro país, sometida al ataque no sólo intencional de las políticas de vecinos que apoyados en la fragilidad de nuestras defensas, pretende aumentar su territorio a costa del nuestro, sino, hacerlo pasto de cualquier aventurero o bandas organizadas, para utilizarlo en el cultivo de drogas, extorsión y secuestro y la sustracción de nuestra riquezas mineras y materiales que hoy tienen importancia estratégica. Es hora de que se oiga el Arpa de la Quirpa y que sus notas se dirijan también otras zonas de la geografía fronteriza de Venezuela, que también adolecen de vigilancia y control. Con el golpe de la Quirpa, la voluntad de nuestras Armadas y el sentimiento nacionalista de nuestro pueblo, defenderemos a capa y espada el territorio heredado de nuestros libertadores.



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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