La forma material y el contenido inmaterial

La ciudad comunal: la organización del espacio de intercambio-reproducción de la Materia-Energía (III/III)

"La ruptura del equilibrio sistémico natural, por el intercambio desigual que produce la acumulación de materia en grupos sociales minoritarios, distorsionó la relación hombre-espacio, y el poder resultante de la acumulación de los grupos sociales minoritarios, distorsionó la relación hombre-espacio, y el poder resultante de la acumulación de los grupos poseedores, determinó la apropiación del espacio por éstos y la expropiación del espacio del resto de los hombres". Héctor Iglesias

La definición del espacio negado de Iglesias [1], nos indica que los seres humanos sin espacio sólo obtuvieron de éste, en poder de los acumuladores, la Materia estrictamente necesaria para la reproducción de su Energía, que utilizarían los acumuladores, y la mayoría de la humanidad se alejó del proceso emprendido para la reconquista del placer y la libertad. Y ésta mayoría también fue privada del espacio para la conservación y reproducción de su Energía.

De allí, que en relación con ese cambio en la concepción espacial de la Arquitectura, nos preguntamos: ¿Es acaso necesario comprobar este aserto por los índices de desnutrición o por los de sus cinturones de miseria en las ciudades de Venezuela?

Desde esa respuesta, entonces, definiremos el espacio urbano como el punto donde se efectúan las reproducciones de la vida humana para el placer y la libertad. Y en él se producirá la organización otra del espacio de intercambio para la conservación y la reproducción de la Materia-Energía, lo cual define dos objetivos fundamentales:

En primer lugar, cada territorio tiene, en cada momento, un papel propio en el proceso productivo. Este, como es sabido, está formado de la producción propiamente dicha, la circulación, la distribución y el consumo. Y como los circuitos productivos se dan en el espacio de forma desagregada, aunque no desarticulada, la importancia que tiene cada uno de aquellos procesos, en cada momento histórico y para cada caso particular, ayuda a comprender la organización del espacio.

En segundo lugar, el proceso histórico sólo adquiere plena significación cuando se concretan por el impulso o desarrollo de las fuerzas productivas y por consiguiente, siguiendo a Marx [2], el conjunto de relaciones sociales que se estableció, dió lugar a la división del trabajo y, en consecuencia, al intercambio de productos signado por la desigualdad del mismo, rompiendo el equilibrio entre las relaciones entre los seres humanos y de éstos con el espacio, produciendo la acumulación de Materia en grupos sociales minoritarios y la apropiación del espacio del resto de las personas.

En consecuencia, la naturaleza es convertida en recurso económico y el ser humano es transformado en recurso productivo, es decir, la naturaleza y el ser humano son transformados en mercancías cuya principal cualidad es la de poseer valor de cambio.

UNA DETERMINACIÓN DE DISEÑO DE LA CIUDAD COMUNAL

La actual concepción de diseño conduce a la perpetuación de la actual configuración del espacio, porque la estructura social que la genera no soluciona las necesidades espaciales de crecientes cantidades de seres humanos. También existen diseños sustentados en acrobacias esteticistas o de otro orden, de aquellos que, consciente o inconscientemente, pretenden, como escape, completar con ellas la vacuidad de un diseño desprovisto de todo compromiso social.

De lo anterior, se debe negar la situación existente y crear el dato como anticipación del hecho, como decía Hegel [3], el hecho es antes de existir y, esta posición nos lleva a las siguientes negaciones –de lo que Es– y, afirmaciones –de lo que debe ser–.

Es decir, debemos plantearnos una concepción que considere las determinantes de diseño, del nuevo Hacer espacial, como un proceso que comporta dos tiempos: el momento "negativo" de la determinación dada y el momento "positivo", que es la afirmación de la nueva determinación, en este caso, es el proyecto de Arquitectura.

Según este criterio, de la determinación de diseño:

- Negamos un Hacer espacial relacionado con el Cómo Hacer por darle un valor de cambio a las clases sociales sin espacio.

- Afirmamos un Hacer espacial relacionado con el Cómo Hacer, con el Para Qué y el Para Quién, para dar un valor de uso a las clases sociales sin espacio.

Entonces, será imprescindible fijar direcciones que permitan clarificar la orientación de las determinaciones de diseño dada, negando el momento negativo y afirmando el momento positivo de la nueva determinación, en relación con el diseño del sistema de ciudades comunales. (Ver Gráficos Nº 3 y 4).

EL SISTEMA DE CIUDADES COMUNALES

Las Ciudades Comunales se mueven en múltiples dimensiones de una misma realidad para satisfacer colectivamente las aspiraciones comunales. Ellas no aparecerá jamás atendiendo por separado, los problemas y carencias de cada comunidad.

No entenderla como una forma de gobierno colectivo, con la vertiente organizativa territorial, con la cogestión laboral, con lo político-administrativa, con lo ético-cultural y con los ámbitos espaciales político-territoriales como unidad multidimensional, es condenar a la ciudad comunal a una actividad meramente reformista y apoyo invaluable ante las acciones inconexas de una tecnocracia que actúa arbitrariamente a través de proyectos reivindicativos.

EL CARÁCTER SISTEMICO DE LA CIUDAD COMUNAL

No podemos abordar el carácter de la Ciudad Comunal sin referirla a la planificación urbana y territorial a través de coordinar seria, unitaria y coherentemente todas las acciones que se dan sobre la ciudad, las cuales han estado consciente o inconscientemente al servicio de la tasa de beneficio y del valor de cambio.

Tanto, es así, que orientamos un criterio y un campo de acción ampliado dentro de los problemas de la ciudad, condicionados a parámetros urbanos totales y a cambios no referidos exclusivamente a la Arquitectura, sino a propuestas que tienen como finalidad nuevos aspectos conceptuales, teóricos y operativos referidos a la construcción de un sistema de nuevas Ciudades Comunales.

Es importante plantear soluciones integrales de calidad de vida, a la unidad y escala; a calidad del entorno, a formas de uso del espacio público, a la sensación de seguridad del usuario, originada en su sentido de identidad, a la subordinación del edificio al espacio de uso público. Sin embargo, la ciudad podría transformarse en la unidad espacial de gobierno para darle el carácter sistémico de ciudad comunal, lo cual equivaldría a avanzar hacia la conquista del espacio para el ejercicio real de la soberanía popular como sujetos históricos del poder popular.

LA CIUDAD COMUNAL COMO CONSTRUCCÓN SOCIAL

Para Castells [4] el abordaje de la problemática urbana no es limitarse a la descripción geográfica y empírica del espacio, sino más bien "[…] considerar a la ciudad como la proyección de la sociedad en el espacio". El espacio urbano es un producto social diferenciado, estructurado por elementos, donde ocurren determinados procesos sociales que concretan, según Ziccardi [5] los "[…] determinismos de cada tipo y de cada periodo de la organización social". El énfasis de Castells es el de no confundir la planificación urbana con planes y programas, sino considerar el proceso social que esta práctica encierra, para resolver las contradicciones que dicho proceso genera en el interior de las formaciones sociales donde el modo de producción capitalista es dominante.

Esto implica asumir que el espacio como construcción social debe tomar en cuenta todos los aspectos de la realidad, sus interconexiones e interrelaciones, estructuras, condicionamientos múltiples e inter-influencias. De allí, la importancia de la precisión del concepto de la ciudad comunal como construcción social y el reconocimiento de que el ser humano se mueve en dos dimensiones de una misma realidad al asumirlo en sociedad como un todo.

En este sentido, Santos [6], desarrolla un método de análisis del espacio concebido como un factor de la evolución social, como "[…] instancia de la sociedad, al mismo nivel que la instancia económica y la instancia cultural-ideológica […]", continente y contenido de las demás instancias, pues la esencia del espacio es social. Y, como la sociedad está en permanente cambio y sólo se entiende con su perspectiva histórica y en su manifestación espacial, no queda más remedio que pensar geográficamente la historia, concebir históricamente la geografía y asumir el binomio Espacio-Tiempo como una unidad dialéctica.

La ciudad comunal como construcción social es todo aquello que otorga cohesión a un colectivo e identidad a cada uno de sus integrantes, porque facilita la organicidad, establece proyectos de vida y ofrece la estabilidad, la seguridad y la fraternidad. En efecto, el sistema de ciudades comunales que proponemos pueden ser los verdaderos territorios de la gente para la socialización, en donde exista el reconocimiento de que el ser humano se mueve en múltiples dimensiones de una misma realidad como un todo; en que la interdisciplinariedad se abra como una necesidad para satisfacer colectivamente y lleve a cada individuo en particular a concebirse como un elemento de la gran construcción humana de las ciencias sociales y, en particular, de la Arquitectura.

LA COMUNA COMO FORMA DE GOBIERNO

A partir de la noción de espacio de Santos "[…] como un conjunto indisoluble de sistemas de objetos y sistemas de acciones […]" podemos reconocer que la discusión es sobre el espacio y no sobre la geografía, puesto que esta última es una disciplina subordinada al objeto y no al contrario. El espacio determina los objetos. Y este esfuerzo interpretativo es susceptible de ayudar en la búsqueda ontológica de las categorías analíticas "desde adentro" del ser del espacio.

De tal manera que podríamos entender la Comuna, como la unidad del espacio, de lo geográfico y lo histórico, de lo natural y lo cultural, de lo humano y no humano, de lo material y lo inmaterial, de lo objetivo y lo subjetivo, de lo tangible e intangible, de lo global y lo local, de lo particular y lo diverso, de las creaciones y las tradiciones. Por lo tanto, creemos que la Comuna no podría existir, empírica y filosóficamente, si no retomamos la cuestión ontológica, como dice Santos, quien considera "[…] el espacio como una forma-contenido: la técnica, el tiempo, la intencionalidad, materializados en los objetos y acciones", es decir, como una forma que no puede ser separada del contenido y, al mismo tiempo, como un contenido que no podría existir sin la forma que lo sustenta.

Si la sociedad, es decir, el ser humano, anima las formas espaciales, atribuyéndoles un contenido, una vida, entonces, la comuna no sólo se podría definir como una forma de gobierno, sino que, además, sería capaz de darnos respuestas globales y unificadas de la existencia humana, de la consciencia social y de las bases espirituales de la nueva sociedad. En ella se desarrollaría el principio rector de la interrelación, de la interdependencia y de la complementariedad, a través de un proceso de integración del Ser humano como unidad de espíritu, mente, cuerpo y naturaleza.

LA CIUDAD COMUNAL: ¿ES UN PROBLEMA ESPACIAL O POLÍTICO?

Por todo lo anteriormente señalado, se hace necesario desmitificar que el problema del espacio social no es un problema técnico, sino un problema inmerso en la lucha de clases por el espacio y, por lo tanto, político. La solución no es espacial sino política, pues, el problema del espacio social está adecuado a la acumulación capitalista y a las relaciones de reproducción. No son las soluciones técnicas las que resolverán el problema del espacio construido sino la decisión política del uso del excedente de producción social.

GRÁFICO Nº 3. EL ESPACIO TETRALÉCTOGRÁFICO DEL SER

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GRÁFICO Nº 4. EL ESPACIO TETRALÉCTOGRÁFICO DEL DEBER SER

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REFERENCIAS

[1] IGLESIAS CHAVES, Héctor (1986:34). Ciudad, Arquitectura y Política. Maracaibo, (Venezuela): Universidad del Zulia.

[2] MARX, Karl (1986:688-689) El Capital. Tomo I. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

[3] HEGEL, Georg Wilhelm Friedrich (1968:104). Ciencia de la lógica (Wissenschaft der Logik, 3 vols., 1812-1816). Traducción de Augusta y Rodolfo Mondolfo. Tomo I, 2da ed. Buenos Aires. Editorial Solar. "El hecho es antes de existir", significa que "[…] el hecho se enlaza con otros hechos por los cuales se explica; deja de aparecer como un dato irreductible". Ésta es la contradicción que fue desarrollada por Hegel.

[4] CASTELLS, Manuel (1985:310). La cuestión urbana. (10a. ed.). México: Siglo XXI.

[5] ZICCARDI, Alicia (1991). Las obras públicas de la ciudad de México. México: Ed. Universidad Nacional Autónoma.

[6] SANTOS, Milton (1979). Espaço e Sociedade, Petrópolis, Vozes. [Luis Urteaga trad.]. Universidad de Barcelona. Disponible: http://www.ub.edu/geocrit/geo65.htm. [Consultado: 23 Noviembre 2012].

[7] ----------------------- (2000:54). La naturaleza del espacio. Barcelona: Ariel.

[8] MARÍN-LISTA, Servando E. (2010). Desde la comunidad. Caracas, (Venezuela): Marín-Lista / Gráficas Lauki.

[9] ----------------------------------------- (2013). La ciudad comunal. Cumaná, (Venezuela): Marín-Lista / Editoriales Radoca c.a.

NOTA 1

El modelo tetraléctico para la ocupación del espacio urbano y territorial, se apoya en la concepción del mundo dialéctico para la intervención en una realidad social. Creemos que por esta vía las relaciones de los binomios dialécticos: Espacio-Tiempo, Causa-Efecto, Teoría-Práctica y Materia-Energía, generan un modo de pensar y un método en la perspectiva de la lucha de clases por el espacio todo que se universaliza.

En efecto, nos planteamos un modelo teórico sobre el espacio que debe integrarse un hacer que transforme la realidad como proceso cambiante, histórico, social y ético, fundamentado en la participación de la comunidad, su contenido socio-económico-político y sus haceres como totalidad de un hacer político de todos. (Ver gráficos tetralectográfico Nº 3 y 4).

NOTA 2

En relación con la teoría que apoya nuestro Hacer, planteamos la Arquitectura en el Deber Ser espacial, como expresión de un Deber Ser social, que será el proyecto arquitectónico. Sin éste, la Arquitectura de Multitudes permanecerá en el anonimato.

Es ingenuo pensar en un Hacer de minúsculos trozos de espacio, para minúsculos trozos de sociedad, que perpetúe la determinación existente en un Hacer falso, opuesto al Ser, por incapacidad de comprender el Todo, al que debe integrar su Hacer. La Arquitectura en el Deber Ser espacial pretende sentar ciertas bases político-filosóficas, que expliquen la orientación de nuestro Hacer que lucha por el cambio político necesario. https://www.aporrea.org/actualidad/a172470.html, https://www.aporrea.org/cultura/a266631.html y https://www.aporrea.org/pachamama/a266300.html.

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡



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Servando Marín Lista

Arquitecto - Autor de los libros: 1.- La Geometría de los Afectos (2007). 2.- Desde la Comunidad (2010). 3.- La Ciudad Comunal (2013). 4.- El Caserío de Altagracia de Cumaná (2016). 5.- El Caserío de Santa Inés de Cumaná (2017). 6.- Cumaná: La Otra Ciudad (2019). 7.- Más allá de Tierra Firme (2022). 8.- Más allá de La Mar (2023).

 tetralectica77@gmail.com      @chevan2

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