De la Valencia fantasmal a la Valencia del 2030

La ciudad de Valencia,casi pudieramos decirlo, es una ciudad fantasmal.La existencia de sus habitantes es vagar invadidos por la tristeza y la desolación . Se perdió toda la actividad vital que la caracterizaba.Basta con recorrer, con profunda atención sus calles, a "la hora en que mataron a Lola", para confirmar lo que estamos diciendo.Todo su funcionamiento se fue al carajo.El parlay es la acividad cultural y más esperanzadora a la cual se tiene acceso.Los servicios públicos básicos como: la distribución del agua potable, energía eléctrica, distribución de gas comunal, transporte público, telefonía, aseo urbano, mantenimiento de plazas y parques, mantenimiento de la infraestrucura, asistencia de salud pública y seguridad pública simplemente dejaron de existir o presentan una situación muy precaria.Valencia dejó de existir.

La ciudad no funciona.Mientras se va asemejando a un territorio abandonado y desesperanzado, semblanza del Parapara de Ortiz de la novela "Casas Muertas" de Miguel Otero Silva. Valencia cada vez más se convierte en un espacio lleno de gente sufriento las consecuencias de una guerra interburguesa que nada tienen que ver con los intereses del pueblo pero quien sufre es la gente más pobre.

Una ciudad requiere de un Plan bien concebido.De una planificación resultado de la participación democráica de sus habitantes.Y su cumplimiento debe hacerse con la dialéctica de la rigurosidad y la flexibilidad.La dirección de los destinos de una ciudad hoy debe estar pautada con lo más avanzado de las ciencias de la complejidad por ser la ciudad un organismo históricamente vivo. Pero una nueva Valencia no podrá nacer jamás si el poder lo sigue ejerciendo la recién nacida burguesía parasitaria que la dirige para sus intereses de clase. Se necesita de una nueva clase política, más democrática.Dispuesta a emanciparse de la decadente dictadura del capital. Que asuma la democracia popular y la edificación del Estado Comunal Socialista como objetivo supremo.

La nueva ciudad deberá nacer tomándo en cuenta que lo hará condicionada por un contexto nacional en crísis y al mismo tiempo de una crísis global del sistema mundo capitalista al borde del colapso nuevamente mucho más profundo que el 2008 como resultado de las mismas causas. De acuerdo con la agencia prodesarrollo Oxfam, el uno por ciento de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza del mundo y el 20 por ciento mas rico posee el 94.5 por ciento de esa riqueza, mientras el restante 80 por ciento tiene que conformarse con tan solo el 5.5 por ciento. Todo un horror economico al decir de Vivian Forrester. En este escenario, las matanzas, en sus distintas escalas mundial o locales, asumen la perfecta justificación montadas a partir de falsos positivos usados por las clases capitalistas para ocultar y solucionar sus problemas .

La nueva ciudad de Valencia deberá enterrar las cenizas de la vieja ciudad de la oligarquía taurina que imaginaba ser la Roma tropical Imperial regando de sangre su tremedal orgullo. La Valencia que nazca deberá ser sinónimo de vida buena para todos sus habitantes, de ecodesarrollo,de democracia directa; de comodidad y ,de seguridad y alegría para los niños y niñas,de tranquilidad para los ancianos; de producción de lo suficiente y necesario,de estudio e investigación, que sea bien venezolana pero solidaria y fraterna con todos los pueblos del planeta.

Se necesita,por supuesto,mucha voluntad política e inteligencia para aprovechar los recursos naturales y el talento humano dispuestos en la región para asumir la histórica misión de edificar la nueva ciudad comunal . Parece que todavía queda algo de tiempo para alcanzar con los internacionales acuerdos y edificar la Valencia del 2030.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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