Carlos Mata Figueroa, así se talla un liderazgo

La revolución es el arte de las alianzas. Y el fundamento histórico de la revolución bolivariana es la alianza entre el pueblo y la Fuerza Armada. Las insurrecciones de febrero y noviembre del año 1992, no fueron más que el retoño de las rebeliones cívico militares de Carúpano y Puerto Cabello en la década de los sesenta, en las que un componente de primer orden fue la efervescencia revolucionaria que hervía en el país por aquellos años de comienzos del punto fijismo.

A pesar de las profundas modificaciones al servicio del poder burgués dependiente, impuestas durante el largo periodo gomecista. Y del intensivo y sistemático proceso de mediatización a que fuera sometido durante los tiempos de la guerra fría: del neocolonial “panamericanismo” y la asesina “Escuela de las Américas”, el ejército venezolano, conserva desde su génesis en la gesta independista, un espíritu igualitario y popular que lo han distinguido de sus similares en el continente latinoamericano.

Clarísima muestra de lo que aseveramos, la tenemos en la respuesta de los mandos y tropa de las Fuerzas Armadas Nacionales, ante la organizada, inteligente y silenciosa convocatoria a salvar la Patria y la Revolución, que el pueblo venezolano les hiciera en los históricos días de abril del 2002. En aquellos momentos el venezolano protagonizó una de los más extraordinarios hechos en la historia de las luchas de los pueblos, sellándose de manera irreversible la alianza cívico militar, ahora para construir la Patria justa y soberana: la Patria Bolivariana.

Por ser coprotagonistas de esta historia, por estar experimentando durante una década larga de resistencia y transformación revolucionaria, los cambios que convierten al Ejército venezolano en herramienta popular para la liberación nacional en camino al socialismo. Al decir Ministro del Poder Popular para la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, se está hablando de profesionales que se han forjado para un altísimo nivel de responsabilidades. Los cuadros que se forman en nuestra Fuerza Armada son cada vez más, instrumentos eficaces y probados para las tareas al servicio del pueblo.

Uno de ellos es el camarada Carlos Mata Figueroa, con quien la Revolución Bolivariana avanza a paso incontenible hacia la recuperación del Estado Nueva Esparta.

Científicos de renombre internacional, destacados poetas y cantores, artistas y pintores y grandes educadores, revolucionarios que dieron hasta la vida por la emancipación popular. Y centenares de margariteños que aportaron sus esfuerzos y sus pulmones para el arranque vigoroso de nuestra industria petrolera. Han sido expresión de uno de los pueblos que más ha emigrado a través de su historia por toda la geografía nacional. Pero por lo general el margariteño regresa al añorado terruño, al lar nativo, donde siempre es recibido con sus hijos y sus nietos como el hermano que regresa. Máxime si ese hermano retorna con la alforja repleta de logros para ponerlos al servicio de su gente.

Carlos Mata Figueroa es un humilde hijo de la población de Pedregales, en las afueras de Juangriego, cuya familia emigró hacia el sur en busca de nuevos horizontes. En la zona del hierro creció en comunicación directa con lo más avanzado de la clase obrera venezolana y como tantos otros jóvenes venezolanos ingresó a “La casa de los sueños azules” para iniciar una vida al servicio de la Patria a través de la carrera de las armas. “Formado para la guerra” como él mismo lo declara, el Comandante Chávez les enseñó el camino de la paz como la vía para lograr la transformación revolucionaria.

Una excelente hoja de servicios, con la lealtad como estandarte, es coronada cuando desde la más alta investidura lograda como Ministro de Defensa, hace dos años asume hacerle frente a unas terribles inundaciones que azotaron fuertemente a toda la región insular. Las soluciones no solo fueron de atención inmediata a los damnificados con albergues y enseres, sino permanentes con la dotación posterior de viviendas y los trabajos de infraestructura de canalización necesarios para prever en lo posible la recurrencia de desastres de semejantes magnitudes. Todo ello coordinado con Consejos Comunales e instancias del Poder Político local en los trabajos de evacuación y refugio que fueron las primeras expresiones del trabajo unitario para logro de los objetivos por difíciles que aparezcan.

El comandar la campaña de un candidato triunfador como el Presidente Chávez en Nueva Esparta le abrió al camarada Mata Figueroa la puerta grande para el reencuentro con su pueblo y para convertir en acción política la abundante capacitación obtenida a través de toda una vida al servicio de la Patria. En su hablar los margariteños reconocen en él a uno de los suyos y la disciplina adquirida en su formación, le dan las herramientas para abordar con eficacia la solución de los más urgentes problemas de la región insular. Siendo asumida con beneplácito por todos los factores políticos de la revolución, su candidatura a la Gobernación del Estado Nueva Esparta. La suya es una candidatura realmente unitaria.

El contacto directo y permanente con el sector pesquero artesanal, raíz cultural y política del pueblo neoespartano, reuniéndose con sus comunidades y conociendo sus requerimientos. La problemática del sector turístico y comercial y la urgente necesidad de seguridad social y personal. Son algunas de las cuestiones prioritarias para la futura acción de gobierno. Las cuales declara reiteradamente serán asumidas de la mano con el Poder Popular y conjuntamente con las fuerzas políticas que lo apoyan y las diferentes instancias del poder político local, regional y nacional. Así como un Consejo Legislativo Estadal que marche de la mano con el desarrollo del estado y el arranque definitivo e integral de la acción revolucionaria.

El camarada Mata Figueroa además de reiterar su decisión de trabajar para la construcción del Poder Popular, desde la campaña presidencial ha mantenido una relación constante con los medios alternativos y comunitarios como herramientas que son de ese Poder Popular, consciente como está de que son esas instancias comunicacionales la voz de la revolución entre las comunidades. Un liderazgo llano, sencillo, de la misma gente, que serenamente se ha venido construyendo, para enrumbar de una vez y para siempre al Estado Nueva Esparta por el camino de la Revolución Bolivariana y los pueblos da Margarita y de Coche, ni de vaina nos vamos a pelar ese boche.

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Edmundo Iribarren


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