Por ser respetuoso con lo diverso y plural, coexistimos con las distintas formas político socioculturales que operan al noroeste del estado Zulia, en los municipios fronterizos de la Subregión Guajira, no obstante al mismo tiempo exigimos respeto y consideración de estos mismos factores gubernamentales y no gubernamentales presentes en estos espacios geográficos que como nosotros hacen vida cotidiana orientados en la búsqueda de la paz como el principal soporte conducente a la vida buena y al buen gobierno.
Consideramos como grupo que con esfuerzos colectivos sostenidos a través del tiempo podemos construir algunas formas autónomas de economía y organización que nos permitan impulsar desde abajo políticas públicas para no sólo darle respuesta a las carencias que acogotan nuestra existencia como comunidades indígenas, sino también ayudar a constituir con nuestra propia fuerza y ejemplo irrenunciable de alguna manera una sociedad y un Estado más democrático respetuosos con los derechos humanos de todos y en particular de los pueblos indígenas y de sus particulares maneras originarias únicas de ser, conducente este esfuerzo a conformar una gran fuerza social nacional capaz de crear en Venezuela el pase de un Estado Nación a un Estado Plurinacional. Queremos ser dueño de nuestro propio destino a través de nuestro de nuestra libre determinación y autogobierno tal como nos los permite el Capítulo VIII de la Constitución, la Ley Orgánica de los Pueblos y Comunidades Indígenas (LOPCI), el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ambos instrumentos jurídicos ya ratificados por la Asamblea Nacional.
Somos respetuosos con el Gobierno y las instituciones del Estado nacional, pero no aceptamos nada que nos violenten nuestros derechos como pueblo wayuu, no podemos prestarnos para destruir nuestra cultura y espacios tradicionales conquistados por nuestros padres o abuelos, o tíos o hermanos mayores, por esta razón nos oponemos a las minas que en nuestro territorio quiere abrir Carbozulia/Corpozulia o la empres irlandesa Compañía Carbonifera Caño Seco, ni mucho menos congeniar con formas organizativas estatales imponentes de políticas públicas desde arribas muchas veces creadas en nuestras comunidades a través de la trampa, el engaño y el proselitismo político de pacotilla o el interés minero destructor anti patria.
Si hace falta impulsar un proyecto extraño, porque así lo determinan en asamblea la mayoría de las familias wayuu de nuestras comunidades de manera informada, libre y consciente, lo aceptaremos; siempre y cuando no dañe el espíritu wayuu y la madre naturaleza. Bienvenidos las carreteras o los cables eléctricos, siempre y cuando dichas carreteras a construir estén abaladas por el MINAMB, presente el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y la consulta previa a la organización y a la comunidad tal como lo reza la Constitución y las leyes de este país, por ser estos espacios de montañas, bosques y embalses (Manuelote y Tulé), dadores de agua dulce a la ciudad de Maracaibo, Santa Cruz de Mara, la Concepción, San Francisco y el Tablazo, una Zona Protectora Núcleo Fronterizo San Rafael de Guasare. Decreto Número 1444, ordenado el 24 de octubre de 1973 para la protección, según su artículo 5º, de los suelos, bosques y aguas de las cuencas de los ríos Guasare, Socuy y Cachirí.
Pedvsa, el Ministerio de Minas y de Ciencias y Tecnología, y el mismo señor Alcalde de Mara Ing. Luis Caldera deberían, en lugar de general electricidad cara y contaminante en estos alejados frágiles parajes físicos y humanos, debería más bien unir esfuerzos con nosotros para llevar energía limpia solar o de la fuerza generada por las aguas de los ríos Socuy o Maché. El Gobierno nacional y municipal más que construir las nefastas carreteras asfaltadas al interior de nuestras comunidades Wayuuma`ana, Kasuusain y Tatuchima`ana debería ayudarnos para con la energía animal y humana construir caminos de piedra y financiar un centro de recría de mulas, caballos y burros en una de estas comunidades. Debemos comenzar a mirar desde ya hacia la Venezuela Post Petrolera, comenzando en estos micros espacios.
Nosotros con nuestro ingenio, fuerza propia y con una mínima ayuda gubernamental estamos impulsando en siete años de gobierno indígena en estas comunidades dos centros cultuales y de economía autónoma para fortalecer nuestra cultura wayuu y, por otra parte, comenzar a criar nuestros animales de manera tabulada, sembrar sin contaminar las aguas del Socuy y restablecer los bosques originales hoy en vía de desaparición.
Por una parte, con el Centro Cultural Mamá Rosario pretendemos seguir impulsando hoy la Escuela de Saberes Wayuu YALAYALAMANA, la Escuela Autónoma para la Autonomía para nuestros niños y adolescentes, la escuela IRFA para los adultos donde se les enseña a leer, escribir y obtener su boleta de Sexto Grado, el Museo Arqueológico y de la Cultual Wayuu, la Escuela de Cine Wayuu, la emisora Radio Nikiisa Socuy, así como poder construir nuestras viviendas de barro y de otros materiales nobles que nos ofrece los bosques, si mismo con la Escuela de los Saberes Agropecuarios para constituir una base económica propia a través de la cría tabulada de caprinos, gallinas ponedoras, cachamas (acuacultura), agroecología, lombricultura y viveros para la reforestación en esta zona intervenida. Visítenos como hacen los grupos sociales, los universitarios de la UBV, LUZ y ULA, Fundayacucho y el Banco de la Mujer. No hay puertas y las de nuestras casas están abiertas.
Soñamos en construir un país y un municipio, Mara, donde todos quepamos impulsado una patria digna, libre y soberana como soñó Bolívar nuestro Libertador y su Manueltia Sáez, su compañera eterna. Tierra, Agua y Dignidad
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